La verdad de Chinecas:
Habla la historia. Antes de concluir su segundo mandato el 28 de julio de 1985, el ex presidente Fernando Belaunde Terry, sin duda el último mandatario realmente comprometido con el Perú profundo, dejó todo en marcha para que, al igual que la magnífica experiencia lograda con la represa Gallito Ciego, el gobierno entrante de Alan García Pérez inicie la ejecución del gran proyecto de irrigación Río Santa que abarcaba los proyectos regionales Chavimochic y Chinecas. El planteamiento tenía como base fundamental el principio de equidad: una sola bocatoma y una sola represa para ambos proyectos, sin discriminación y sin privilegios.
Pero a tan solo cuarenta días de iniciar su mandato, Alan García mandó al tacho el proyecto Río Santa y mediante Decreto Supremo N° 072-PCM de fecha 7 de setiembre de 1985, dispuso que tanto Chinecas como Chavimochic bailen cada uno con su propio pañuelo. Al menos eso era lo que estaba escrito en el referido decreto supremo.
Pero a partir de esa fecha, y hasta el día de hoy, no se puede negar que la balanza del gobierno central y de todos los organismos públicos, se mantiene inclinada a favor de Chavimochic. En este momento, el proyecto liberteño ya destrabó la ejecución de su III Etapa, que le permitiría llevar las aguas del río Santa hasta Chicama. Y, para eso, no solamente ya tiene un reservorio propio y una bocatoma única, sino también, contra toda disposición técnica y jurídica, se le ha permitido construir inconsultamente en medio del río un dique de concreto para captar el volumen de agua que mejor le parezca.
Han pasado 39 años desde aquella ominosa decisión y, en cambio hoy, el vilipendiado proyecto de irrigación Chinecas se mantiene a fojas cero y, como siempre, a cargo de malabaristas de circo que lo único que saben hacer es repetir las palabras mágicas de un nuevo estudio de factibilidad. Eso no es otra cosa que 39 años de falsedad.
Como lo hemos traído a la memoria en más de una oportunidad, el tiro de gracia contra Chinecas una vez más vino de parte del ex presidente Alan García Pérez. El 19 de junio del 2007, en su segundo mandato presidencial, promulgó feliz de la vida el Decreto Supremo Nº 051-2007-PCM por el que puso el Proyecto Especial Chinecas en manos del gobierno regional de Ancash. Esta, sede luego, no fue una decisión concebida para fortalecer el proceso de descentralización y regionalización. Por supuesto que no. Con la transferencia de Chinecas, Alan García se sacó una piedra del zapato y se quitó de encima un enorme peso de conciencia. Oficialmente se estaba desentendiendo totalmente de Chinecas y sabía de antemano la suerte que le esperaba al proyecto en manos de un depredador.
En los 17 años que lleva Chinecas en manos del gobierno regional, este es el único proyecto nacional que ha retrocedido en el tiempo y el espacio. Muchos de aquellos “comandos” que conformaban las portátiles de Álvarez, ahora, como premio, son empleados a sueldo en las planillas de Chinecas y al mismo tiempo son invasores del proyecto. Ha sido a partir de ahí que los invasores se han multiplicado como una plaga de langostas habiéndose adueñado por la fuerza de más del 50 por ciento de las tierras, haciendo de Chinecas un proyecto inejecutable. Son 17 años de una gran canallada. Con las disculpas de nuestros lectores, no hemos encontrado sinónimo para calificar semejante infamia.
Como lo ha declarado ayer a este medio el dirigente de los regantes afiliados a IRCHIM, Linder Mauricio Diestra, a nivel del gobierno regional de Ancash no existe ninguna voluntad para solucionar los problemas que están destruyendo al proyecto. Y razón no le falta. Por todo lo que se ha visto a lo largo de los últimos 17 años, el interés de quienes dirigen el organismo regional no es precisamente impulsar la ejecución del proyecto, sino el direccionamiento de los jugosos contratos de obra.
Lo sucedido con el ex gerente Camilo Carranza Lecca, que es la punta del hilo de la madeja, no hace sino confirmar todo lo que trasciende desde dentro y desde fuera de las oficinas de Vichay y Tangay. Hecho que se ha producido en un momento crucial para Chinecas, como es la elaboración de un nuevo perfil, donde, aparte de los factores propiamente técnicos, es imposible obviar una necesaria contraparte de seriedad y honestidad.
En vez de gastar tiempo y dinero en la elaboración de estos estudios ¿no sería mejor considerar la conveniencia que Chinecas regrese a manos del gobierno central, de donde nunca debió salir?. Pensar en otra cosa sería correr el riesgo de enfrentar 39 años más de falsedad y 17 años más de canallada.