Por: WALTER MIGUEL QUITO REVELLO
¡Que muera el pueblo! ¡Que viva la minería! Parece ser el eslogan de nuestras autoridades. Al permitir, el desarrollo de actividades mineras sin control que lindan con el delito. Poniendo en peligro a otras actividades económicas como la agricultura y nuestras vidas.
El 6 de agosto se propago la noticia sobre lo que sería la contaminación por relaves mineros en el río Plata en la provincia de Pallasca en Áncash. El río Plata es un afluente del río Pelagatos, el que al unirse con el río Conchucos forman el río Tablachaca, que, finalmente, desemboca en el río Chavimochic, ¡…perdón…! Río Santa. Lo que pone en riesgo el abastecimiento de agua a varias ciudades y localidades de las regiones Áncash y La Libertad.
La minería sin control y la contaminación en la región de Áncash, especialmente en el río Santa, no son problemas recientes. La OEFA tiene conocimiento por su informe en las muestras que tomaron en siete puntos distribuidos entre las subcuencas de Santiago, Sipchoc y el río Santa. Los resultados mostraron niveles alarmantes de contaminación en los sedimentos: en todos los puntos de control de las subcuencas de Sipchoc y del río Santa, el arsénico excedía los valores establecidos, alcanzando en un caso hasta un 9382.35% por encima del límite. Se encontraron niveles elevados de cadmio, cobre, mercurio, plomo y zinc, superando los límites permitidos en varios puntos, con picos de hasta 840.85% en el caso del plomo y 332.70% en el zinc. Cuyos informes son de los años 2015 y 2016.
La Ley 29325, establece que el OEFA, adscrito al Ministerio del Ambiente (Minam), es el encargado de fiscalizar, supervisar, evaluar, controlar y sancionar en materia ambiental las actividades de gran envergadura, es decir, la gran y mediana minería. Por otro lado, los gobiernos regionales y la Dirección General de Minería son los responsables de la fiscalización de las actividades de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE). Ya que son los gobiernos regionales los que otorgan la certificación ambiental, cuando aprueban la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) o el Estudio de Impacto Ambiental semidetallado (EIA-sd). Con esta certificación, la Dirección General de Minería (DGM) y sus dependencias regionales acreditan o renuevan la condición de pequeño productor minero o minero artesanal por un periodo de dos años.
En enero, personal del MINSA informó al Municipio del distrito de Cáceres del Perú (Jimbe) que, de doce niños, ocho niños habían dado positivo para plomo y arsénico en el caserío de Rayan, y en otro caserío de cinco niños tres dieron positivo para plomo y arsénico. Ante ello nos preguntamos ¿Qué está haciendo la OEFA, el ANA, la fiscalía ambiental, la policía ecológica, el gobierno regional y el gobierno central, nuestros congresistas por Áncash frente al problema medioambiental que padece Ancash? Nada de nada.
Nuestras autoridades a lo Shakira, son ciegos, sordos y mudos. Se dedican a capacitarse para que cuando haya un problema se tomen fotos. Lo que ha pasado con la contaminación del río Santa por relaves mineros. Todos vivieron se tomaron las fotos y se fueron. Está bien la capacitación, pero para ponerlo en práctica ante el problema. Lo que queremos los ciudadanos es que se controle todas las actividades económicas desde el punto de vistas ambiental para poder vivir en armonía. Y que nuestro presidente regional, entienda que ganó las elecciones, que es hora de gobernar. Que no se esconda. Que dé la cara. Que nos explique ¿Qué pasó con esas mineras? ¿Administrativamente los va a fiscalizar? Al parecer este problema será una raya más al tigre.