Opinión

El legado de un líder

Por. Fernando Zambrano Ortiz

Analista Político

Con profundo pesar y muestras de cariño y reconocimiento a su legado, simpatizantes, eventuales rivales políticos y hasta detractores, lamentaron el sensible fallecimiento de quien fuera el artífice de la pacificación el país y el desarrollo económico logrado por más de tres décadas: el presidente Alberto Fujimori.

Durante la década de 1990, el gobierno de Alberto Fujimori en Perú se enfrentó a desafíos monumentales, incluyendo una hiperinflación devastadora y una violencia terrorista que asolaba al país. Sin embargo, su administración logró implementar reformas significativas que transformaron la economía peruana y sentaron las bases para el crecimiento futuro.

Una de las medidas más emblemáticas de Fujimori fue el “Fujishock”, un programa de estabilización económica lanzado en agosto de 1990. Este conjunto de políticas drásticas incluyó la eliminación de controles de precios y la liberalización del tipo de cambio, lo que resultó crucial para controlar la hiperinflación, que había alcanzado un asombroso 7,649% en 1990. Aunque estas medidas causaron un impacto inmediato en el costo de vida, lograron estabilizar la economía y sentar las bases para el crecimiento sostenido en los años siguientes.

Entre 1991 y 1998, Fujimori llevó a cabo una la política de “apertura comercial” que eliminó barreras arancelarias y no arancelarias, promoviendo un entorno más favorable para el comercio exterior e incentivando la inversión tanto nacional como extranjera.

La promulgación de la Constitución de 1993 fue un hito fundamental en la historia económica del Perú. La Constitución definió el modelo económico del país como una “economía social de mercado”, garantizando la libertad de iniciativa privada y estableciendo la autonomía del Banco Central de Reserva del Perú. Estas reformas institucionales no solo proporcionaron un marco legal sólido para la inversión, sino que también promovieron la estabilidad macroeconómica, al limitar la intervención del Estado en la economía.

Uno de los logros más significativos de Fujimori fue la reducción de la violencia generada por grupos terroristas como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). A través de una estrategia de mano dura y la implementación de medidas de seguridad, su gobierno logró restaurar la paz en muchas regiones del país, capturando a los lideres terroristas Abimael Guzmán (Sendero Luminoso) y Víctor Polay (MRTA), lo que permitió un ambiente más propicio para el desarrollo económico y social. Esta mejora en la seguridad permitió a muchas comunidades retomar sus actividades cotidianas y a la economía comenzar a recuperarse.

A pesar de las críticas sobre su enfoque autoritario, Fujimori también implementó programas sociales, como el Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (FONCODES), que buscaban atender a las poblaciones más vulnerables. Estos programas fueron esenciales para mitigar los efectos negativos de las reformas económicas en los sectores más pobres de la población.

Como resultado de estas reformas, la economía peruana comenzó a experimentar un crecimiento sostenido. Durante los años posteriores a la crisis, el Producto Bruto Interno (PBI) creció de manera constante, lo que permitió a muchas familias mejorar su calidad de vida. El legado de Alberto Fujimori es inobjetable.

Hoy, ante su lecho de muerte, reflexionamos, sobre el peso de sus decisiones y su legado. Un líder que, con todas sus contradicciones, marcó un capítulo en la historia de esta Nación. Su historia es un mosaico de lucha y anhelos, y aunque el juicio del tiempo sea severo, su huella en el Perú siempre será parte de nuestro relato.

Descanse en este viaje final señor presidente Alberto Fujimori Fujimori.