Editorial

Una actividad criminal imparable e intocable

Minería ilegal:

Ante la desconcertante incapacidad de las instituciones y organismos del estado por desterrar la minería ilegal que impera a sus anchas en la zona de Pasto Bueno, provincia de Pallasca, diversas organizaciones agrarias y de la sociedad civil han anunciado para mañana la realización de una marcha de protesta. Pues consideran que la contaminación de las aguas del río Santa, ocasionada por esta actividad ilegal, ha puesto en grave peligro no solamente el consumo humano sino también la producción agrícola y el equilibrio ecológico.

A mes y medio de haberse conocido a nivel nacional este desastre causado contra el medio ambiente, es realmente inaceptable,  por decir lo menos,  que las instituciones  y los organismos  públicos encargados de combatir la minería ilegal, hasta hoy no hayan hecho absolutamente nada para cumplir con su obligación. Es lamentable que  para los responsables de estas instituciones y organismos, no haya pasado absolutamente. Que todo está normal y que no existen motivos para alarmarse.

Como lo ha revelado el Diario de Chimbote en su edición de ayer, los propietarios de estos yacimientos,  que operan libremente en forma clandestina, lejos de haber tomado conciencia del daño que están ocasionando, continúan extrayendo minerales y arrojando el agua de los relaves a la cuenca de los ríos Plata, Tablachaca y Santa. Una actitud totalmente condenable.

Y no solo eso. Aparte de seguir  profundizando socavones,  estos mineros ilegales han instalado plantas procesadoras que operan al margen de todo control, sin que nadie se atreva a decirles  una sola palabra. Muchos de los que explotan de estos yacimientos  están plenamente identificados pero siguen operando a su antojo y hasta tienen carta libre para desviar sus cargamentos hacia la región La Libertad, utilizando para eso la ruta de Pampa del Cóndor. Lo demuestra que, efectivamente, la minería ilegal es una actividad criminal muy bien organizada que no la para nadie.

Ante esta desconcertante realidad, la pregunta que se cae de madura es ¿qué hace la Dirección de Minería del gobierno regional de Ancash?. ¿Qué han hecho hasta hoy la Fiscalía Ambiental y la Policía Ecológica?. ¿Están pintadas en la pared?. Asimismo, tras confirmarse la contaminación de las aguas del Santa con minerales pesados ¿Qué ha hecho la Autoridad Nacional del Agua?.

Por mucha que sea la indiferencia de la que hacen gala estas instituciones y  estos organismos frente a la contaminación de las aguas del río Santa, algo se tiene  que hacer no solo aliviar el daño, sino también para eliminar la causa del mal  y evitar que éste vuelva a repetirse. Sin vuelta qué darle, la solución del problema está en manos del estado. Que la minería ilegal deje de ser una actividad criminal,  imparable e intocable, es algo que depende de cuán efectiva, confiable y transparente sea la labor de estas instituciones.