Editorial

Marcha y contramarcha

Politécnico:

Hasta el jueves de la semana pasada, todo estaba listo para que el gobierno regional de Ancash, a través de su unidad ejecutora la Sub Región Pacifico, oficialice el otorgamiento de la buena pro otorgada al consorcio Bellamar para la construcción del nuevo local del colegio Politécnico Nacional del Santa, obra que a la fecha  ya lleva varios años dando marchas y contramarchas, sin salir de su estancamiento.

Sin embargo, el viernes en la mañana el organismo regional emitió una nota de prensa dando a conocer que se había declarado la nulidad de la referia buena pro,  con lo que todo el proceso de licitación regresa a fojas cero. La nota de prensa hace referencia a un informe del Sistema Electrónico de Contrataciones con el Estado, SEACE, según el cual existen incoherencias en el porcentaje de experiencia y obligaciones  que a su turno han declarado las empresas DIGEMACO y Corporación Andina Yiret, integrantes del consorcio Bellamar.

Coincidentemente, ese mismo día se conoció en paralelo  un informe de la Contraloría General de la República dando cuenta que la empresa constructora Corporación Andina Yiret EIRL, es la misma que hace seis años dejó inconclusa y en abandono la obra de mejoramiento y ampliación del  colegio Pedro Pablo Atusparia del distrito de Yanac, provincia de Corongo, noticia que apareció  en nuestra edición del sábado. En este medio de comunicación no somos quiénes para adelantar juicios ni conjeturas respecto a la verdadera razón por la que a última hora se ha dispuesto la anulación de la buena pro. Serán nuestros lectores quienes sacarán sus propias conclusiones.

Si lo que se desea con esta medida es cortar por lo sano y evitar futuros contratiempos, en buena hora que se haya anulado la buena pro. Más vale curarse en salud y poner el parche antes que salte la pus. Ya son varias y millonarias las obras emprendidas por el gobierno regional que se encuentran paralizadas y abandonadas precisamente por las incoherencias que se han pasado por alto en los procesos de licitación.

Lo sucedido con el colegio Pedro Pablo Atusparia y lo que viene ocurriendo con el Politécnico Nacional del Santa, no son hechos aislados. Son dos rayas más al tigre. El historial del gobierno regional de Ancash en materia de infraestructura educativa, es escalofriante, por decir lo menos.

Hablan los hechos. La reconstrucción del colegio Víctor Andrés Belaunde, iniciada el año 2010 durante la gestión de César Álvarez Aguilar, recién pudo ser concluida el 2022 ¡12 años después!.  Similar  desventura ha tenido que padecer el colegio Inca Garcilaso de la Vega de la urbanización El Trapecio.

Actualmente, este mismo calvario lo vienen padeciendo, entre otros, los colegios Santa Rosa de Viterbo de Huaraz y Santo Domingo de Guzmán del distrito de Tauca, provincia de Pallasca. La lista de locales escolares abandonados es larga, pero tiene un común denominador:  la unidad ejecutora de  estas obras de infraestructura educativa es el gobierno regional de Ancash. Y eso, ya no es ninguna coincidencia. Es una persistencia.

Volviendo al tema del colegio Politécnico, la voz de alerta que hizo en su momento el Diario de Chimbote tuvo que ver con la licitación que  el gobierno regional tenía planificado realizar el pasado 25 de abril. Desde estas páginas, lanzamos la advertencia que dicha convocatoria adolecía en ese momento de una grave irregularidad. Fuentes confiables nos hicieron saber que, a pesar de los dos años transcurridos, el expediente técnico todavía arrastraba cuatro graves observaciones. Sin embargo –no se sabe porqué razón-  los funcionarios del gobierno regional  insistieron hasta el último momento  en licitar la obra el 25 de abril, pero afortunadamente alguien los hizo desistir. De haberse licitado en esas condiciones, en este momento la construcción del Politécnico estaría engrosando la lista de colegios paralizados y abandonados.

Por fortuna, en esa oportunidad prevaleció el buen criterio, no entendiéndose por tanto cómo es que el otorgamiento de la buena pro haya pasado por alto tantas incoherencias y desinformaciones, que han obligado al Politécnico a dar una nueva contramarcha.