Editorial

La guerra de las falacias

Contratistas regionales:

Durante las dos gestiones de César Álvarez Aguilar (2007-2014), la empresa Berea Contratistas Generales EIRL, con  RUC 20541653156, ha sido una de las empresas favoritas, no solo del ahora encarcelado ex presidente regional, sino también de casi todos los gobernadores que han desfilado por el gobierno regional de Ancash.

Pero conforme se ha podido constatar,  en el año 2016 la empresa Berea Contratistas Generales EIRL decidió acogerse a la figura jurídica de cambio de razón social, pasando a partir de ese momento a denominarse  Corporación Andina Yiret EIRL. Sin embargo, este cambio de razón social lo hizo manteniendo el mismo número de RUC (20541653156), una decisión potestativa  que la SUNAT admite y autentifica. La misma chola con diferente RUC.

De esa manera la experiencia empresarial adquirida por Berea Contratistas ha pasado automáticamente a formar parte de la experiencia de Corporación Andina Yiret; una jugada maestra  que le permite a la nueva empresa  competir favorablemente, ya sea en forma individual o consorciada,  en cuanta licitación pública participe; una maniobra que la ley de contrataciones con el estado también lo permite.

De esa manera, Corporación Andina Yiret EIRL ha logrado mantener su presencia y  favoritismo, no solo en los predios del gobierno regional de Ancash sino también de algunas municipalidades provinciales y distritales.

Ha sido gracias a este favoritismo  que Corporación Andina Yiret obtuvo la buena pro de la obra de mejoramiento del colegio Pedro Pablo Atusparia del distrito de Yánac, provincia de Corongo,  que desde hace siete años permanece inconclusa y abandonada. Se sabe que también participa en la obra de mejoramiento de la avenida Pacífico de Nuevo Chimbote. Pero  donde recientemente Corporación Andina Yiret  acaba de hacer noticia ha sido con la obtención de la buena pro del colegio Politécnico Nacional del Santa, obra valorizada en más de 50 millones de soles, donde esta empresa aparece integrando el consorcio Ballamar.

Lo sorprendente del caso es que, a los pocos días de adjudicada y celebrada la buena pro, el gobierno regional se vio en la obligación de declarar nula dicha adjudicación.  Según se ha dado a conocer, esta repentina decisión obedece a una observación hecha por la Contraloría General de la República a raíz de cierta incongruencia relacionada precisamente con la experiencia acreditada por las empresas que integran el consorcio Bellamar.

Nada raro sería que, como ha trascendido,  estas observaciones tardías sean producto de un revanchismo o vendetta por parte de las empresas que perdieron la buena pro. Una guerra donde todo puede suceder.

A propósito, algo raro debe estar pasando con la empresa Corporación Andina Yiret ya que, tras la anulación de la buena pro, ha empezado a circular en las redes sociales comentarios que relacionan a esta empresa con el consejero regional por la provincia del Santa, Alexander  Iván Peláez Vera. ¿No que los consejeros han sido elegidos para fiscalizar la labor del gobierno regional?

Frente a tanta controversia, algo tiene que hacer el gobierno regional de Ancash, y con suma urgencia, para poner las cosas en claro y sanarse en salud. A todos nos consta que detrás de cada obra paralizada o postergada, existe una gestión  amañada. Y así lo demuestra el hecho que por segundo año consecutivo, Ancash se mantenga inamovible en el primer lugar de corrupción a nivel nacional. La guerra entre las empresas contratistas es una guerra de falacias donde todo tiene su precio. Hoy pueden darse la mano, pero mañana se dan de manotazos.