Editorial

Contaminación tenemos para rato

Río Santa sigue indefenso:

Hasta hace dos días, todos en Chimbote  dábamos por descontado que los organismos regionales encargados de hallar una solución inmediata al problema de contaminación de las aguas del río Santa, ya tenían en sus manos algunas medidas concretas para conseguir este objetivo.  Lamentablemente, acabamos de comprobar que no es así.  A  dos meses de conocerse los efectos de este daño contra la salud y el medio ambiente, causado por la minería ilegal, es desconcertante comprobar que estos organismos no hayan hecho absolutamente nada para contrarrestar tales efectos y que tampoco tengan en su poder  planes concretos como para poder hablar de una solución a corto plazo o mediano. Lo que significa que tenemos contaminación para rato.

Así de contundente, y al mismo tiempo  desalentador, es el corolario que se ha podido constatar al término de la reunión que han sostenido este miércoles los funcionarios de dichos organismos con representantes  de las organizaciones agrarias y de la sociedad civil que han resultado directamente afectadas por este desastre.  Lo único que se escuchó decir a los funcionarios regionales es el llamado a unir esfuerzos para enfrentar el daño causado por la minería ilegal, que no es otra cosa que una invocación monocorde y consabida, vale decir un saludo a la bandera y nada más.

En dicha reunión no se escuchó hablar de ningún plan de contingencia, ni de cronogramas de trabajo, ni menos del pedido perentorio para declarar en emergencia sanitaria a la provincia del Santa. Asimismo, cuando se pensó que la intervención del director regional de Minería iba a servir para confrontar la gravedad de la contaminación con las medidas que se tiene pensado adoptar para atacar las causas y no solo los efectos del mal,  el funcionario regional volvió a salirse por la tangente y a exponer la misma retahíla de excusas que suele mencionar en cada una de sus intervenciones.

Como ya lo ha dicho hasta el cansancio, el director regional de Minería reiteró que solo en la zona de Pampas, provincia de Pallasca, existen cerca de cuarenta pasivos mineros, que son yacimientos supuestamente inactivos pero que en la práctica están más activos que los propios funcionarios regionales. Lo único nuevo que se ha escuchado decir es que la Dirección Regional de Minería, no cuenta con el presupuesto necesario para realizar   labores de fiscalización, con lo que prácticamente se lavó las manos y puso la pelota en los chimpunes de la gobernación regional.

Un tema que sí se mencionó pero que por su connotación debe ser abordado en una mesa de trabajo, es el que se refiere a las aguas servidas que generan todas las ciudades del Callejón de Huaylas y que vierten directamente al río Santa; un problema tan antiguo como ya insostenible cuyo tratamiento demanda la intervención, entre otros organismo, del ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Una gestión multisectorial y del más alto nivel.

Que después de dos meses de producido el problema, hasta hoy no se tenga nada concreto, dice mucho de la lentitud y de la falta de capacidad de gestión que existe en los predios del gobierno regional de Ancash. Esperemos que en la próxima reunión, programada para la semana entrante, tengamos mejores noticias.