Editorial

Hospitalitis aguda

Nuevo mal endémico:

Más allá de una comparación paradójica pero incuestionable, hablar de infraestructura hospitalaria en el ámbito de Chimbote, no es otra cosa que  poner el dedo en la llaga. De un tiempo a esta parte,  abordar este tema referido a la construcción de hospitales se ha convertido en un insoportable dolor de cabeza; un tema martiriza a una gran mayoría de la población, sobre todo de escasos recursos, pero que aún así parece no causar mayor inquietud ni zozobra en los organismos del estado.   

Y no es que  esta situación se deba a la falta de disponibilidad económica por parte del estado, sino más  bien a la falta de capacidad de gestión y transparencia de las instituciones y organismos públicos encargados precisamente de construir nuevos centros hospitalarios.

Sin duda, el más ilustrativo de estos casos es  lo que viene sucediendo con la construcción del hospital El Progreso a cargo del PRONIS. A más de 3 años de haberse iniciado esta obra con un presupuesto de 54 millones de soles y a más de un año de haberse cumplido el plazo para que concluya su ejecución, según la Contraloría General de la República a la fecha el avance de la construcción bordea apenas el 16.7 por ciento no obstante que el presupuesto se ha incrementado a 105 millones de soles.

En el mismo estado de shock se encuentra postrada hace ya más de un año la construcción del hospital del centro poblado San Jacinto, a cargo de la municipalidad distrital de Nepeña. Esta gestión edil consiguió el presupuesto después de mas de año y medio de bregar por diferentes instancias del estado y ahora la  infraestructura avanza y en algún momento nos dirán en que porcentaje nos encontramos. Esta es una obra tan esperada por los pobladores del valle de Nepeña. 

Por su parte el proyecto para la construcción del nuevo Hospital La Caleta ya ha cumplido más 14 años postrado en la sala de espera, sin que se pueda hablar de fechas, presupuesto, ni nada que permita vislumbrar algo concreto. Hasta hoy, todo no pasa de discursos, promesas y especulaciones.

Y asimismo, conforme hemos dado a conocer en nuestra edición de ayer, ya ha transcurrido más de tres meses desde que Essalud firmó contrato con IBT Health LLC para la construcción y concesión del Hospital Especializado de Chimbote,  sin que hasta  hoy la obra haya empezado a ejecutarse. En un recorrido que personal de este Diario realizó ayer por los terrenos destinados para la ejecución de la obra, se observó que éstos permanecen desolados, sin dar el menor indicio de construcción alguna.

Todo esto ocurre cuando la  infraestructura, equipamiento y capacidad de atención de los hospitales III de Laderas del Norte y I de Nuevo Chimbote, ya prácticamente han colapsado y donde la atención que se brinda a los asegurados está muy por debajo de los límites  permisibles. Con más de 50 y 30 años de antigüedad, respectivamente, ambos  centros hospitalarios han dejado de proporcionar seguridad y tranquilidad social a más de 300 mil asegurados que dependen de ellos. 

A estas alturas, ya es tiempo de poner fin a esta especie de hospitalitis aguda que lo único que hace es propiciar que los males de salud sigan en aumento, elevando aún más la angustia y desesperación de la población.