La Municipalidad de Nuevo Chimbote puso al descubierto una vez más que cientos de chanchos son llevados a los basurales de La Carbonera con la finalidad de ser alimentados con los restos de basura que llegan al lugar, lo que representa un grave atentado contra la salud de la población en la medida que, posteriormente, la carne de esos animales llega a los mercados de la localidad.
El gerente municipal, Víctor Hernández, dio a conocer en conferencia de prensa la intervención que se hizo en horas de la madrugada en el sector de “La Carbonera”, junto a autoridades de otras entidades que fueron convocadas con este motivo, como el Ministerio Público, el Ministerio de la salud y la comuna provincial.
Ocurre que los criadores de estos animales los llevan a este lugar para que se alimenten, de esa manera se ahorran en la compra de alimentos balanceados y en buen estado para sus anímenles, a los cuales sueltan y dejan que coman los desperdicios de la basura.
Incluso, cuando la autoridad municipal ha intervenido, muchos de ellos se hacen los recicladores y niegan que los animales les pertenezcan, por lo que se requiere de una acción más firme y contundente, como el decomiso y la eliminación de esos animales luego que se analizara al estado en el que se encuentra su carne.
Lo extraño es que, tal como lo ha admitido el gerente municipal, no es la primera vez que la Municipalidad sorprende y debe expulsar del Botadero de La Carbonera a estos animales porque se expone la salud de la población, empero, a pesar que pone en conocimiento estos hechos a las autoridades de salud y de la Policía y el Ministerio Publico, hasta el momento no se adopta una sola medida para detener esta impune actividad.
Por el contrario, en nuestro medio de comunicación hemos publicado incursiones que hacían las autoridades en este mismo lugar desde hace muchos años atrás, con otras autoridades, como de la Subprefectura que en alguna oportunidad llegó hasta las chancherías que existían en la zona.
Y, de acuerdo a lo que ha descrito el gerente municipal, es evidente que estas chancherías aún existen en esa zona y desde allí trasladan a los cerdos para que se alimenten amparados en la oscuridad de la noche y de la madrigada, por lo que el objetivo de las autoridades debe ser ese, allanar y erradicar estas sucias chancherías en las que se dedican a criar chanchos en las peores condiciones de salubridad.
Por ejemplo, en alguna oportunidad nuestro medio de comunicación dio a conocer el hallazgo de animales con enfermedades a la piel que estaban hacinados en estas chancherías y frente a este cuadro deplorable lo que se imponía es el sacrificio y la eliminación de la carne por hallarse en mal estado.
No basta con descubrir y expulsar a los chanchos, menos aun con candorosos interrogatorios a los sujetos que se encuentran al cuidado de estos animales y que se niegan ser los propietarios de los mismos pues es evidente que ellos los llevan hasta allí para que se alimenten y luego los retornen a sus corrales.
Cierto es que la zona es casi inaccesible porque allí existen solo extensos arenales sobre los cuales se lanza la basura que diariamente recogen los carros compactadores de basura, no existe un sistema de reciclaje y menos aún de eliminación de la basura a través de procedimientos industriales, ello solo puede hacerse a través de un relleno sanitario que hasta la fecha no puede ejecutarse porque al cabo de casi una decena de años el proyecto especial Chinecas y el gobierno regional de Ancash no terminan de transferir los terrenos a las municipalidades de Chimbote y de Nuevo Chimbote.
Lo que sucede en los campos de “La Carbonera” es sencillamente el imperio de la ley de la selva, allí todos hacen lo que quieren y se impone el más fuerte, las chancherías clandestinas actúan a sus anchas porque las autoridades no son capaces de llegar hasta ese lugar y decomisar los animales a efectos que puedan ser sometidos a análisis y revisiones por parte de veterinarios que están en capacidad de establecer si su carne es apta o no para el consumo humano.
Lo que se tiene que hacer con urgencia es erradicar esta actividad temeraria que expone la salud de las personas, con mayor razón cuando en ese lugar se ha formado un Asentamiento Humano que lleva el mismo nombre y en donde existen niños y mujeres que estan expuestos a las enfermedades que allí se generan.
El gerente de la Municipalidad sureña, Víctor Hernández, ha formulado un público llamado a la alcaldesa provincial a efectos que atienda un pedido que han formulado hace ya mucho tiempo y el cual tiene que ver con la necesidad de contar con un terreno que se destine a la construcción de un futuro camal municipal en Nuevo Chimbote, está convencido que de esta manera se terminará con la informalidad y se dejará de vender carne sin sellos de garantía y en buenas condiciones para su ingesta y consumo.
Indudablemente con un centro oficial para la matanza de animales, en donde se verifique la permanente presencia de un veterinario garantiza la comercialización de carne de buena procedencia y con garantía para la salud de las personas, inclusive, si la memoria no es frágil hace algún tiempo se habló de instalarse un Camal privado en Nuevo Chimbote, el mismo que terminó siendo un establecimiento de sacrificio de equinos que dio mucho que hablar el año pasado.
Lo que no se puede perder de vista, como la ha destacado el funcionario municipal, es que en este tema de la existencia de chancherías clandestinas hay un problema sanitario de por medio, las autoridades del sector salud, del Ministerio Público y de la propia Municipalidad deben tomar acciones inmediatas a efectos de frenar la contaminación de los mercados con carne de animales que son criados en condiciones deplorables y que son alimentados con la basura que se elimina en La Carbonera. Hasta el momento no solo no se sanciona a nadie sino que tampoco se eliminan a estas chancherías, de allí que convivimos con una impune actividad que tiene que ser erradicada lo más pronto posible.