Editorial

EDITORIAL ::SEGMENTO OLVIDADO::

La tragedia se apoderó nuevamente de las pistas en la Panamericana Norte, pues en esta oportunidad el hecho se registró en la bajada de Coscomba, como se le conoce a la pendiente ubicada cerca al límite de las regiones de Ancash y la Libertad en donde los choferes deben conducir con toda la atención del caso por la velocidad que suelen adquirir sus unidades y la serie de carriles que muestra ahora ese sector.

Lamentablemente, allí se ha accidentado un ómnibus cuyo chofer perdió el control y volcó aparatosamente, dejando como saldo doloroso la muerte de cuatro personas, algunas de las cuales fallecieron aplastadas por el mismo vehículo tras salir disparados por las ventanas, un accidente muy similar a uno que hace un tiempo protagonizó un ómnibus de la empresa de Transportes Línea, cerca al mismo lugar.

El ómnibus siniestrado pertenece a la Orquesta Musical chimbotana “Gemma”, en el que viajaban todos sus integrantes hacia la ciudad de Guadalupe en donde debería cumplir un contrato para amenizar una fiesta, una rutina casi conocida por los músicos que están en constantes viajes a uno a otro punto del país.

Los fallecidos fueron identificados como Hair Charlie Bermúdez Ortega, el vocalista Kike Paz Díaz, el bongolero Luis Angelo Aguirre y un día después dejó de existir Christian Bermúdez de la Cruz, hermano del primero de los mencionados, haciendo mucho más dolorosa esta tragedia.

Los hermanos Bermúdez son hijos del conocido percusionista Alfonso Bermúdez Arteaga, uno de los fundadores del conocido grupo musical “Los Ponchys” y quien a la fecha se encuentra trabajando en Chile, país desde el cual se trasladó para despedir a sus hijos artistas en medio de un incontenible llanto y pesar.

Solo después que se consumara esta tragedia se ha podido conocer las difíciles condiciones en las que deben laborar los músicos, debiendo emprender largas rutas sin que exista de por medio contrato alguno y menos aun pensar que cuentan con un seguro que le garantice una atención o una pensión en caso de accidente o muerte, como ha ocurrido en esta oportunidad.

Cuentan apenas con una paga mensual y en caso de una desgracia son los familiares los que deben arreglárselas exigiendo que se cubran los gastos a un responsable si es que lo existe, de lo contrario, deberán bailar con su propio pañuelo porque lamentablemente nada de esto está previsto y ordenado.

Los músicos son artistas que solo consiguen una holgada economía cuando se hacen famosos, cuando consiguen una canción que suene en todos lados y cuando los derechos de autor le alumbran la vida, de lo contrario, deberán trabajar como cualquier mortal expuestos al peligro y la falta de un respaldo para él como para su familia.

Los fines de semana no solo se presentan en un evento, por el contrario, terminan uno y se dirigen a otro, al día siguiente deben estar en otro punto del país, cuentan con sus propias unidades para que apenas termine una función comiencen a desplazarse hacia la otra, en otras palabras, son gente que tiene una sobrecarga laboral importante y el despliegue físico tiene que ceder en algún momento.

El accidente registrado por los integrantes del grupo Gemma tiene algo de estos ingredientes, el vehículo no se chocó con otro, sencillamente se despistó por una mala maniobra del chofer, éste aduce que se habían colocado piedras en la pista pero quienes se desplazan por esta vía saben que por allí no ocurre esto, por el contrario, esta clase de secuelas es producto de un descuido o un pestañeo, de allí que los compromisos permanente de los músicos terminan de esta manera.

Hay que tener en cuenta que no es la primera vez que se registra un accidente de estas características, por el contrario, ya se han registrado otras tragedias tanto o más fatídicas, como la que ocurrió, por ejemplo, con el grupo Néctar en argentina u otras registradas en nuestro país, siempre de este mismo corte.

Seguramente, las razones de este trágico accidente se deberán conocer más adelante, cuando las autoridades policiales de la circunscripción de Virú concluyan con los peritajes en la zona del accidente y en la revisión de las condiciones del propio vehículo, empero, es evidente que los factores contributivos saltan a la vista, el accionar de los músicos de las diferentes orquestas y agrupaciones musicales está sometido a un stress permanente y ello afecta a cualquier persona en su desempeño.

Por lo demás, han quedado sembradas en el ambiente las quejas de los familiares de los fallecidos, las difíciles condiciones en la que trabajan, la falta de un régimen legal que domine las actividades que realizan y, esencialmente, la inexistencia de un control por parte de las autoridades para que puedan preservar los derechos que tienen como cualquier trabajador y que garantice a sus familias en caso de cualquier inconveniente.

Cierto es que nadie sale a trabajar pensando que ya no volverá a casa, eso es lo más absurdo, sin embargo, siempre existen imponderables y ellos se pueden dar no solo por la negligencia o la imprudencia, también tiene orígenes malintencionados, en la desidia, en la indiferencia y en la típica maniobra para sacarle la vuelta a la ley.

De allí que frente al dolor que representa el deceso de cuatro músicos, jóvenes de gran proyección en este ambiente musical y con una vida por delante, será pertinente que la desgracia no se cierre como un capítulo más de la azarosa estadística mortal de los accidente de tránsito, sino que represente una buena oportunidad para que a los trabajadores de este rubro se les brinde las mismas garantías y se les respete sus derechos como servidores para que no se presenten casos similares.

Es evidente que estamos ante un segmento olvidado, un numeroso grupo de artistas que laboran en condiciones difíciles y seguramente ello obedece a que las apariencias engañan, porque existen cantantes y actores afamados que cuentan con pingües ganancias y se piensa que todos son así. Los musivos deben contar con contratos previos, con fondos destinados a una posible atención frente accidentes o desgracias, más aun cuando trabajan con sobrecargas y deben estar viajando permanentemente de un punto a otro. Los promotores tienen que brindar todas estas garantías.