Editorial

Un pozo lleno de aguas turbias

Sedachimbote:

Desde que fue inaugurado el 3 de setiembre del presente año, con ceremonia y brindis incluido,  el pozo tubular número 18 de la empresa municipal Sedachimbote hasta hoy ha funcionado irregularmente, pero  no da señales de vida.  Algo muy raro debe haber sucedido para que esta millonaria instalación, indispensable para garantizar el abastecimiento de agua a  87 mil usuarios de Chimbote, se encuentre como está: sin brindar servicio a la población.

A los pocos días de su inauguración conforme lo dio a conocer el Diario de Chimbote en calidad de primicia, el pozo tubular número 18 de Sedachimbote dejó de funcionar ante la sorpresa de muchos, y posiblemente ante la sospecha de otros. Lo cierto es que recién en ese momento, se confirmó la noticia periodística de que el motor adquirido para impulsar el funcionamiento  del pozo  ¡no era nuevo!. Contrariamente a lo que exige a Ley de Contrataciones con el Estado, el dichoso motor era de segunda mano. A pesar que entre gallos y medianoche se cambió el motor de segunda por uno nuevo, igual, el pozo volvió a colapsar, ésta vez por la rotura del eje vertical impulsado por el motor.

Hasta hoy, la construcción del pozo ha demandado al Estado una inversión de  1 millón 416 mil 966 soles y desde luego no se trata de una inversión cualquiera. La obra fue ejecutada con la participación del Ministerio de Vivienda y del Organismo Técnico de Administración de los Servicios de Saneamiento, OTASS, además de haber contado en todo momento con el servicio permanente de un ingeniero supervisor y, se supone, también con la vigilancia de la gente que integra el directorio y la plana mayor de Sedachimbote.  La pregunta que se cae de madura es ¿cómo pudo entonces un motor de segunda mano pasar todos estos filtros?. Y eso no es todo. ¿Cómo es que se pudo autorizar la inauguración y puesta en funcionamiento del pozo si -supuestamente- la obra no ha sido oficialmente recepcionada?.

En un reciente informe de fecha 6 de diciembre, la Contraloría General de la República ha concluido que, a tres meses de su inauguración, el pozo número 18 de Sedachimbote se encuentra en calidad de “inoperativo” y exige a la empresa del agua levantar las observaciones sobre el particular en un plazo de diez días.

De hecho, el pozo tubular número 18 se ha convertido en  una piedra en el zapato para  los funcionarios de Sedachimbote, quienes no han tenido la deferencia de dirigirse a la opinión pública para brindar las explicaciones correspondientes. El que no la debe, no la teme. No está nada bien que a más de tres meses de su inauguración y cuando ya debería de estar abasteciendo agua de calidad a sus miles de clientes, esta millonaria instalación se mantenga como un pozo lleno de aguas turbias.