Fin a 30 años de…
Cierto, no basta la ejecución de obras de ladrillo, fierro, cemento y asfalto para medir los resultados de una gestión municipal. En la misma medida, es la consagración del respeto al principio de autoridad, el complemento fundamental para acertar de manera irrefutable con esta medición. Y eso es precisamente lo que se acaba de acontecer con el desalojo del restaurante Rico Chimbote que por casi treinta años ha venido ocupando en forma ilegal y prepotente un terreno de 300 metros cuadrados ubicados en la urbanización Santa Cristina, destinado a áreas verdes.
De nada valieron las argucias legales y el abierto desafío al principio de autoridad del que valió el propietario del negocio para permanecer durante todo ese tiempo en un terreno que es de uso público y que como tal es de propiedad del Estado. Agotadas las vías administrativa y judicial, anteayer jueves la procuraduría de la municipalidad distrital, hizo lo que tenía que hacer. Con la participación de sesenta efectivos policiales y el apoyo de maquinaria pesada, la autoridad municipal procedió a cumplir la orden de desalojo. No dejó de ser lamentable desde luego la actitud de algunos familiares del propietario del negocio quienes trataron de conseguir a golpes lo que no pudieron conseguir en los tribunales de justicia.
De nada valieron asimismo los triunfos, bien ganados por cierto, que en varias oportunidades obtuvo el restaurant Rico Chimbote como uno de los principales exponentes de la gastronomía chimbotana. Aun cuando una cosa nada tiene que ver con la otra, no por ello está bien que lo que se hizo con la mano, se haya borrado con el codo.
Lo que sí ha tenido mucho que ver en estos treinta años de angustia, es la posición indeclinable de los vecinos de la urbanización Santa Cristina quienes en todo momento se han mantenido de pie para exigir mano dura a la comuna de Nuevo Chimbote y se proceda con el desalojo. Un terreno de uso público, así establecido en los planes de desarrollo urbano aprobados por el ministerio de Vivienda e inscritos en la SUNARP, de ninguna manera puede ser ocupado por una persona en particular así pretenda hacer valer la falacia de ser considerado “posesionario”. Ha sido como consecuencia de esta ilegalidad que hace año y medio la obra de remodelación de pistas y veredas de la urbanización Santa Cristina se vio interrumpida y seriamente afectada justamente por la presencia ilegal de restaurant Rico Chimbote.
Es obvio que este desalojo va a dejar sentado un buen precedente. En diversos sectores de Nuevo Chimbote existen calles y avenidas que han sido tomadas por negocios particulares. Las venidas Pacífico, Argentina, Brasil y Portuaria, son prueba de ello, como también lo es la presencia de escalaras de concreto y ampliaciones domiciliarias que algunos malos vecinos han levantado en plena vía pública. Es hora de poner el pare a tanto abuso contra el principio de autoridad.