Editorial

¿Invitados formales o convidados de piedra?

No se trata  precisamente de una convocatoria formal o que haya sido asumida bajo los procedimientos propios de la gestión pública, sino una invitación generalizada lanzada a los cuatro vientos  mediante un comunicado difundido por las redes sociales. A través de este documento, la actual gestión del gobierno regional de Ancash encabezada por el gobernador Fabián Koki Noriega Brito, ha invitado a profesionales de las diversas especialidades a presentar su currículum vitae para ocupar cargos de confianza en las diversas dependencias del aparato regional.

Aun cuando no se habla de requisitos  ni de plazos de presentación de documentos y menos de la existencia de una  comisión encargada de evaluar a los candidatos, no por ello deja de llamar la atención que después de dos años de encontrarse al frente de la conducción regional, la actual gestión  haya decidido cumplir la promesa que debió haber realizado incluso antes de  su juramentación. Repitiendo el mismo discurso de todos sus antecesores, Koki Noriega le aseguró al electorado ancashino que ya tenía al equipo técnico y profesional  encargado de llevar adelante su hasta hoy desconocido  plan de trabajo.

En estos dos años transcurridos, hemos sido testigos no solo de la falta de dicho equipo técnico sino también de la ligereza y de la falta de seriedad con la que se ha venido nombrado a funcionarios de confianza. Prueba de ello es que por segundo año consecutivo, la región Ancash ocupa a nivel nacional el último lugar  de la tabla en ejecución presupuestal.  Y no solo eso. Desde hace varios años, existen en cartera muchos proyectos en favor de la comunidad que están a la espera de ser destrabados, en tanto que aquellos que han tenido la suerte de salir de esta situación en este momento están paralizados o tienen serios problemas precisamente de gestión y  de carácter técnico.

Salvo honrosas y contadas excepciones, la gran mayoría de los  funcionarios que han sido nombrados en altos cargos de  confianza, no han respondido a las exigencias técnicas y de confiabilidad. Igual que en las gestiones anteriores,  ese es el Talón de Aquiles de la gestión que dirige Koki Noriega. Una falla   humana que es el resultado de nombramientos donde prima el amiguismo  y el intercambio de favores, dejando atrás el nivel profesional y la condición situacional de los elegidos. Muchos de ellos arrastran serias denuncias  formuladas por la Contraloría General de la República y otros organismos del estado.

Si esta vez la invitación apunta a sacudirse de una vez por todas de este lastre, los dos años que aún le quedan a Koki Noriega  podrían marcar un antes y un después. Pero si la invitación no pasa de ser un sicosocial y una suerte de cirugía estética propios de la fiesta de fin de año, entonces los invitados podrían terminar siendo convidados de piedra como ya ha sucedido tantas veces.