Editorial

AHORA LE TOCA AL INEI

Ni siquiera un evento de interés nacional podría haber dejado vacías las calles de nuestra ciudad como lo hizo el censo nacional realizado anteayer domingo a nivel nacional y que, en líneas generales, ha resultado un éxito en lo que se refiere a los resultados que había proyectado el organismo competente, en este caso el INEI.

Los periodistas destacados en la jornada dominical, quienes debieron ser empadronados en los días previos, se encontraron con un panorama absolutamente desolador, con el transporte totalmente paralizado, con los mercados con las puertas cerradas, con los comercios como si estuvieran en un feriado absoluto y la presencia de personas en las calles era mucho menos que mínima, uno que otro ciudadano saliendo u momento a las calles con la finalidad de observar si ya estaba llegando el censador a su domicilio.

En buen romance, la orden de inamovilidad decretada por el Gobierno a través de las normas emanadas del Instituto Nacional de Estadística y que importaban una exhortación al cumplimiento de un deber cívico, fue acatada casi al 100% por la población en nuestra provincia, incluso, luego de la hora señalada para el cierre del censo se observó un movimiento mucho menor al que es habitual en estos días de descanso dominical, pues muchos prefirieron mantenerse en casa que salir a la calle.

Esto es sumamente importante si se tiene en cuenta la campaña orquestada por algunos sectores políticos e institucionales que lesionaron seriamente la buena marcha del proceso censal, especialmente cuando asumieron una postura absurda con respecto a la inamovilidad decretada por el organismo gubernamental como herramienta eficaz para cumplir el objetivo trazado en esta jornada estadística.

Aquello del abuso y la arbitrariedad que se esgrimió como argumento jurídico y constitucional, señalando que se trataba de una norma que atentaba contra los derechos de la persona, fue solo una parte de este ataque artero a la columna vertebral del censo nacional, se trataba de confundir a la gente e incitarla a que salga sin problemas a la calle porque antes que cualquier actividad institucional estaba su derecho constitucional.

Lamentablemente, quienes promovieron estas articulaciones no tenían en cuenta algo esencial y fundamental como era el futuro del país y la necesidad de contar con una información oficial que determine cuantos peruanos somos, cuantos han fallecido y cuantos han nacido desde el último censo realizado hace diez años atrás.

Esta información es fundamental con la finalidad de delinear las políticas de estado con respecto al bienestar de la población, es el pilar para poder identificar los focos de pobreza y extrema pobreza, es necesario para poder incorporar o mejorar los programas sociales del gobierno que forman parte de una necesidad social indispensable en el país. 

De allí que a poner reparos en torno a la inamovilidad resultaba realmente una felonía y darle la espalda al país, la inamovilidad antes que una imposición entrañaba una exhortación a los peruanos a poner de su parte para el éxito del censo nacional pues la mecánica utilizada es la entrevista casa por casa y persona por persona.

Es el mecanismo más eficaz para poder redondear una estadística más cercana al objetivo trazado, por ello era fundamental que las personas se mantengan en su domicilio y esperen pacientemente la llegada del censador a efectos que, tras dejar su información, puedan desarrollar posteriormente sus actividades sin inconveniente alguno.

Y así lo ha hecho la población, por lo menos la mayoría de ella, a expensas de la productividad del país y de la economía de muchos hogares que no pudieron desarrollar sus tareas habituales en la medida que no solo ellos deberían respetar la orden de inamovilidad, sino que sus potenciales clientes tampoco estarían en las calles, por ende, lo más recomendable en estos casos era cerrar las puertas por un día y cumplir con el censo nacional.

Por ello es que los mercados, que es una de las actividades principales en una jornada dominical, suspendieron ña atención a las amas de casa y decidieron sumarse al censo nacional en sus domicilios, igualmente los transportistas y el comercio en general, salvo algunas excepciones de personas que poco a poco se convencieron que lo mejor era acudir a su vivienda y esperar la llegada del censador.

Pero esto no ha sido solo una respuesta repentina o inmediata de los comerciantes y las amas de casa, por el contrario, esto es consecuencia de una meditada reacción ante el censo pues en las viviendas, por ejemplo, debieron apertrecharse de los insumos para el almuerzo del día, es decir, que con antelación hicieron sus compras y de esta manera no estar a la carrera buscando alguna bodega donde adquirir sus productos antes de las 8.00 de la mañana.

Este escenario fue el mismo que los periodistas recorrieron por nuevo Chimbote, el cercado de Chimbote, Coishco y Santa, salvo la Policía, el cuerpo de serenazgo y algunos trabajadores que por su actividad estaban obligados a concurrir a su centro de trabajo, como los centros asistenciales, en las calles no se observaba un alma, la población en general se concentró en sus domicilios a la espera del empadronador del INEI.

Ello quiere decir que el ente organizador tiene en sus manos la información suficiente como para desarrollar el cómputo final de la población y numero de viviendas existentes en nuestro país, hay material suficiente como para desarrollar estadísticas por rubros y ello requiere su tiempo.

Inclusive, se sabe que en estos días el INEI sigue el trabajo censal en la zona rural del país, lo que quiere decir que el informe final con las cifras oficiales que arrojará el censo tomará todavía algunos días más y solo cabe esperar.

Sin embargo, en lo fundamental, es importante que la población le haya dado un espaldarazo al censo nacional, se haya sumado a las recomendaciones que con antelación dio a conocer el INEI y respondiera atentamente las preguntas.

Se sabe que se registraron algunos incidentes, como la actitud destemplada de un internista en el hospital Regional que ni siquiera respetó el orden de llegada., empero, en líneas generales el proceso censal se ha desarrollado sin contratiempos y ha cumplido los objetivos que se trazaron. Ahora la pelota está en la cancha de los promotores, le toca al INEI coronar este esfuerzo con una información precisa y transparente, aquellas que se maneja en los entes de planificación en el país.