Editorial

Editorial: ::: PURGA NECESARIA :::

Cuando una institución se ve precisada a realizar cambios es porque sus directores entienden que algo está caminando mal y que se deben optar por nuevas alternativas para enmendar los rumbos equivocados o para satisfacer la necesidad de resultados que no se estaban dando.

Esto es lo que parece haber ocurrido la última semana en la Policía Nacional tras confirmarse los cambios dispuestos por la alta superioridad en los mandos operativos y en algunas comisarías de Chimbote en donde no se tenían resultados efectivos o sencillamente sus titulares arrastraban inconductas por sancionar.

Y es que no se puede colegir otra cosa comenzando por el hecho que el Jefe de la División Policial no ha formado parte de esta suerte de “razzia” registrada en la Policía de Chimbote, por el contrario, el Coronel Víctor Sifuentes Yáñez., sigue al frente a la institución titular en nuestra jurisdicción a la espera que los recambios satisfagan la sed de resultados que existe en la localidad.

La principal modificación que ha operado en nuestra ciudad es la que corresponde al Jefe del Departamento de Investigación Criminal, Coronel Jorge Luis Esquerre García, quien ha sido removido hacia la ciudad de Trujillo e incluso ya se ha designado a quien los remplazará en el cargo.

El coronel Esquerre se había identificado como el paladín de las investigaciones en los delitos que se registran en nuestra ciudad, el rol más importante que tiene la Policía, y, a partir del cual se puede establecer la efectividad y eficacia en la labor de la Policía en nuestra jurisdicción.

El análisis más ligero podría establecer que el mencionado oficial no dio la talla para este difícil y complicado cargo, empero, los rumores y el “correo de brujas” hablan de un enfrentamiento interno entre grupos operativos de la Policía Nacional así como otros hechos que habrían sido materia de un seguimiento por parte de un equipo de élite del alto mando policial.

Todo ello habría derivado en un informe que decidió cortar de raíz los males que afectan a la Policía de nuestra jurisdicción que suman a esta purga a otros altos oficiales como el Comandante José Revelo Giraldo, también parte del grupo de Investigación Criminal que ha sido enviado, como García Esquerre, a la jurisdicción de La Libertad.

Además de estos dos altos oficiales de la Policía local, también ha sido desembarcado el jefe de la oficina de Inspectoría, Comandante Rolando Santiago Ochoa Minaya, como coronando ese trascendido en la medida que si existen enfrentamientos internos no ha existido un control interno que haya puesto coto a esta situación o la haya alertado a la superioridad.

También forma parte de este grupo de “descabezados” el Comandante Luis Alberto Zevallos Saavedra, Comisario del 21 de Abril, que hace algunos meses se vio involucrado en un bochornoso incidente de abuso de autoridad que no solo fue denunciado por los canales internos de Inspectoría sino ante el Ministerio Público.

Así como ellos han sido removidos el Mayor Eduardo Pérez Solís, adjunto del titular del departamento de delitos de alta complejidad y varios oficiales que cuentan con años en nuestra ciudad, como el mayor Edwin Soriano Cruzado, entre muchos otros.

Todo indica que el alto mando policial quiere reestructurar el rumbo de la Policía Nacional, hace solo unos días dispuso la remoción inmediata del Jefe del Departamento de Tránsito de la Policía sindicado en las redes sociales por Policías Femeninas de haber impuesto una suerte de chantajes y acoso que resultan inaceptables, hechos que se dijo también son materia de investigación pero que habrían formado parte de esta pesquisa que ha concluido con el desembarco de ocho altos oficiales de la Policía local.

No se puede soslayar que nuestro medio de comunicación adelantó la información, en calidad de exclusiva, respecto a la decisión que tomó la Dirección General de la Policía en Lima, empero, el Jefe de la región Policial de Ancash, Coronel Felipe Eslava, se negó a pronunciarse sobre los mismos en la medida que para entonces no tenía ninguna información oficial y cuando esta llegó prefirió no hacer comentario alguno asumimos que debido a lo mal que había quedado.

En los estamentos policiales se califica estos cambios como “necesidad de servicios”, algo así como parte de una estrategia interna, empero, quienes conocen como se maneja la Policía son conscientes que esto no es más que un “terremoto” al interior de la institución tutelar, una medida tajante que busca que cortar ciertas argollas en el manejo operativo de la institución.

Si los altos mandos se han visto obligados a tomar una decisión radical como la registrada en nuestra ciudad es porque entienden que algo estaba fallando en la lucha contra la delincuencia, responden a los resultados nada halagadores y que no responden a los objetivos de la institución.

Esto lo dijimos en este mismo espacio editorial, señalamos que el tema de la inseguridad era patético en nuestro Puerto en la medida que los hechos delictivos habían dejado hace tiempo la periferie y se internaron en pleno casco urbano de la ciudad sin que la Policía muestre alguna reacción que detenga esta ola delictiva-.

Todo indica que los altos manos de la institución se preocuparon por ello y enviaron a equipos especializados para investigar cuales eran las razones por las cuales el rol operativo de la Policía de Chimbote no estaba respondiendo, y, en ese afán hallaron desentendimientos clamorosos que llevaron a recomponer los cuadros de manera inmediata.

Seguramente en la propia Policía no aceptarán estas premisas como ciertas, por el contrario, ya es una regla en la institución tutelar, las rechazarán y señalarán que existen otras razones que por reglamento se mantienen en estricta reserva. Si lo quieren tomar así ese es su problema., lo cierto es que los chimbotanos no veíamos resultados y la razzia decretada por el alto mando así lo confirma. Esperemos que con esta purga necesaria los nuevos oficiales que tomarán el mando operativo encuentren el camino de la eficacia en la cerrada lucha contra la delincuencia.