El ex gobernador regional Waldo Ríos Salcedo se encuentra purgando carcelería en el Establecimiento Penal de Huaraz por haber sido condenado por delitos contra los deberes de función, colusión con empresarios, registrados hace más de una década atrás, cuando se desempeñó como alcalde de la sede regional.
Debido a la tibia defensa que ensayó, a muchos no le quedaron dudas de la responsabilidad penal que le alcanzaba en los malos manejos de la cosa pública, menos aun cuando al retomar el manejo de los recursos del estado, esta vez ya como gobernador de la región Ancash, comenzó a cosechar rápidamente nuevas denuncias por esta misma clase de hechos, el embuste, la componenda, el contubernio.
Por lo menos en nuestra ciudad arrastra procesos penales relacionados con la famosa donación del millón de soles para que se pueda rehabilitar o la falsa promesa de los 500 soles, entre otros casos, empero, en el curso de la semana que pasó se pudo conocer de un hecho que pinta de cuerpo entero el ventajismo de ciertas autoridades de la catadura de Waldo Ríos.
Nos referimos a la denuncia pública que formularon los dirigentes de la Urbanización Bellamar, quienes cuentan con un complejo deportivo que no puede funcionar porque se inauguró por todo lo alto sin que cuente con servicios básicos de energía eléctrica, agua y desagüe y telefonía.
Pese a que es una obra que ha involucrado la inversión de más de dos millones de soles, permanece cerrada y sin uso alguno porque en esas condiciones nadie quiere hacerse responsable en la medida que la obra fue indebidamente recepcionada por la dirigencia vecinal anterior que se prestó a este juego.
Ello porque la obra fue inaugurada en medio de una fanfarria, la población esperó casi todo el día al gobernador regional de entonces Waldo Ríos pensando que gozaría de una envidiable infraestructura como se observaba a “ojo de buen cubero”.
Muchos aún recuerdan la absoluta y escandalosa informalidad de Waldo Ríos tanto así que se hizo esperar hasta casi las 6.00 de la tarde cuando arribó para cumplir con el protocolo de bendiciones e inauguración para cosechar los aplausos de una comunidad que pensaba estaba recibiendo una obra imperecedera.
Sin embargo, esa misma noche algunos vecinos quedarían decepcionados en la medida que fue entonces que se percataron que carecía de energía eléctrica, pues la llegada del ex funcionario regional se produjo cuando ya caía la noche, por lo tanto, la ceremonia debió realizarse sin energía y sin que exista un megáfono, fue entonces que muchos entendían como es que Waldo Ríos tenía que alumbrar su papel con la linterna de su teléfono celular, lo que desde ya resultaba un despropósito.
Cuando accedió al manejo de este complejo la nueva dirigencia se encontró con este grave problema, acudieron a la Sub Región Pacífico y allí no pudieron atender su pedido para que se implementen los servicios básicos o por lo menos para que termine n la obra, pues les indicaron que la obra había sido liquidada porque los propios dirigentes habían suscrito la conformidad en la entrega de la obra.,
En tal sentido explicaron que solo en caso la dirigencia vecinal no haya entregado su conformidad hubiera servido para detener el pago íntegro solicitado por la Constructora, sin embargo, atendiendo a que todas las partes, incluida la empresa supervisora dieron su conformidad, la entidad procedió a cancelar el trabajo y no puede realizar una nueva inversión sobre lo que se supone ya se hizo a costa de los recursos del estado, pues eso es lo que señalan los documentos.
ÂÂ De allí que la dirigencia se ha visto en un menudo problema en la medida que no puede disponer el uso de estas instalaciones porque sería mucho peor, y se tiene que buscar la manera de implementar la obra y concluirla, por lo pronto la salida que se impone es la denuncia penal contra los que resulten responsables, no solo con una autoridad mentirosa sino contra dirigentes que se prestaron a la maniobra.
No se puede soslayar que en los dos años que se mantuvo Waldo Ríos en la gobernación su gestión no hizo absolutamente nada, si es que tomó parte en ceremonias de inauguración ello fue porque sus funcionarios tomaron las obras abandonadas en fase final de sus acabados y apenas les dieron un maquillaje como para presentarla ante la comunidad, pero que hayan iniciado un expediente y lo hayan ejecutado eso no es cierto.
Ahora se conoce que la gestión de Waldo Ríos no fue más que un cascarón, no se planificó, no se proyectó y menos aún se ejecutó nada, por ello es que los indicadores económicos señalaban a Áncash como la región que se ubica en el último lugar de ejecución presupuestal y ello no era más que una muestra de la mediocridad que llegó a las dependencias regionales junto al estrambótico Waldo Ríos.
Y ello porque todo se hizo de esta manera, como lo han revelado los dirigentes de la Urbanización Bellamar, mediante burdas maniobras que nos presentaban supuestas inauguraciones de obras que han involucrado el gasto de miles de soles del erario regional pero en las que no se aplicaron los presupuestos y seguramente se desviaron a otros beneficios como que la instalación de estos servicios habría involucrado el pago de 20 mil soles que es el monto que cobran entre las empresas Hidrandina y Sedachimbote.
Alguien se quedó con ese saldo y ahora la población es la que paga los platos rotos, se ha quedado con una enorme infraestructura que carece de servicios básicos y que ha quedado en un entrampamiento legal del cual nadie sabe cómo salir, ni siquiera los nuevos funcionarios de la administración regional en la medida que implica no solo asumir responsabilidades sino hallar recursos de sonde no existen.
Lamentablemente esta es la herencia que nos dejaron los aventureros que pasaron por la gobernación en los últimos años, esta es la canallada política que representa ejecutar obras y dejarlas sin concluir, afortunadamente uno de los responsables de esto se encuentra en la cárcel pagando otras culpas tanto o más graves que esta.