Editorial

Editorial: ::: PREOCUPANTE REALIDAD :::

“Es como votar por el cáncer o el sida” dijo alguna vez un candidato a la presidencia de la república para referirse a la posibilidad que queden en segunda vuelta dos contrincantes a los que consideraba eran lo peor de la parrilla electoral, claro está que finalmente quien dijo esta frase, Alejandro Toledo Manrique, resultó peor que ambos.

Hacemos este introito para tratar de comprender la gravedad de un tema de salud que ha perdido un tanto de importancia en el seno de la colectividad, como es el relacionado con el Sida, y ello se percibe en el poco interés que se muestra por los alcances de esta enfermedad a diferencia de lo que ocurría hasta hace unos años cuando se advertía que había mucha preocupación por las formas y modalidad de prevención de este mal. Las comparaciones que hiciera el entonces candidato a la presidencia estaban relacionadas a la peligrosidad de estos dos males, tanto el cáncer como el Sida son enfermedades mortales, que en algunos casos se pueden controlar pero cuya consecuencia mayormente deriva en la muerte de la persona.

Por ello es que al Sida se le conoce como la “peste del siglo XX” un mal que apareció de pronto para diezmar el organismo de las personas y acabarlo rápidamente pues el virus del Sida lo que hace es eliminar el sistema inmunológico de las personas, termina con su ejército de defensas de tal suerte que las enfermedades por inocuas que resulten, desde una gripe hasta una hepatitis se convierten en riesgo de muerte para una persona contagiada. Lo que sucede es que en la medida que la ciencia ha podido investigar y plantear algunas modalidades para contrarrestar este mal, el Sida se ha vuelto como el cáncer, es decir, una enfermedad que no es necesariamente mortal sino que puede controlarse a través de retrovirales y la persona que lo padece puede realizar su vida normal en tanto se proteja con estas medicinas cuyo costo es elevado.

De la misma manera el cáncer ha llegado a ser controlado siempre y cuando se detecte de manera oportuna, cuando se encuentre en una fase incipiente, sin embargo, se trata de enfermedades que no son curables, que solo pueden soportarse y tolerarse siempre que el paciente se encuentre en condiciones físicas, económicas y psicológicas de hacerlo. Todo esto se trae a colación en la medida que el pasado viernes Io de este mes se conmemoró el “Día Mundial de Lucha contra el Sida” y fue la oportunidad para que especialistas, profesionales y medios de comunicación dediquen espacios a la situación de este mal en la región, en el país y el mundo, llegándose a la conclusión que sigue siendo la amenaza mortal como hace muchos años.

Lo que sucede es que en la medida que han aparecido tratamientos médicos para este mal, muchos han perdido el interés en seguir las campañas de sensibilización, de orientación y conocimientos relacionados con la secuela de esta enfermedad, cuando el riesgo de contagio está siempre latente en nuestras actividades y en la vida personal. Las especialistas en estos casos de Sida de los centros de salud de nuestra localidad no han ocultado su preocupación en la medida que el número de pacientes no se reduce y, por el contrario, aparecen nuevos estratos de la población que son vulnerables ante esta enfermedad, como el caso de las mujeres en estado de gestación.

En el hospital regional de Nuevo Chimbóte se han registrado cinco pacientes nuevos con el mal del Sida, de los cuales dos son mujeres embarazadas, lo que quiere decir que existe el riesgo que el niño que llevan en las entrañas también padezca el mismo mal y pueda llegar al mundo padeciendo uno de los males universales más repudiables de los últimos años.

Esa criatura si es vulnerable y diticiimente pueda hacer trente a este enfermedad, de allí que las mujeres deben tener mucho cuidado en sus relaciones de pareja, generalmente ese es el vehículo de la llegada del virus a su cuerpo y la posibilidad que contagie a otros de su entorno.

Se ha dicho hasta el cansancio que el mal entra por la sangre y por las relaciones de pareja, de allí que también existe la posibilidad que se transmita el contagio a través de los inyectables, de las transfusiones y en todo aquello que implique el contacto de un portador con la herida que presenta alguna persona.

Esperemos que la población tome conciencia que el mal del Sida no ha sido derrotado ni superado, sigue presente en todo el orbe y se tienen que tomar las debidas precauciones, se deben seguir las instrucciones de los profesionales de la salud pues la única manera de evitarlo es la prevención, no hay otra manera, de allí que estaños ante una preocupante realidad en la que la responsabilidad está en manos de cada quien.

SANCIÓN EJEMPLAR

El secretario general del Sindicato de Motoristas de Chimbote ha revelado que la Sunafil ha sancionado a la poderosa empresa pesquera HAYDUK con una multa de más de 350 mil soles por discriminación salarial, al imponer una absurda política de represalias y vindictas que solo le costará más caro de lo que pensaban.

El dirigente señaló que la posición absurda de la empresa nace de una reclamación que hacen los servidores por el pago de reintegros que les correspondía, el mismo que lo lleva a una instancia de arbitraje que la empresa consideró como una acción lesiva cuando se trata del derecho de cualquier trabajadores.

Lo más graves que ante estas acciones la pesquera exige a los trabajadores a renunciar al gremio sindical porque de lo contrario no le otorgaría beneficio alguno, consecuentemente, frente a la denuncia de algunos por temor a las represalias lo que hace es pagarles todos los reintegros completos solo a esos servidores y no hace lo mismo con los demás. Más claro no puede estar el acto de discriminación salarial, esto es lo que ha verificado la Sunafil y ha procedido de sancionar a la empresa con una fuerte multa, una sanción ejemplar que debe servir para que otras empresa no procedan de esta manera, que no hagan valer su posición de poder para maltratar y humillar al pescador, obligándolo a renunciar a su gremio sindical como condición para que le cancele los importes que le corresponden por ley. Este maltrato no debe repetirse.