Hoy lloran su partida como millones de católicos:
Cuando el papá Francisco visitó nuestro país en enero del 2018, el 20 de ese mes llegó a la ciudad de Trujillo y entre los niños que tuvieron el privilegio de acercarse a él estaba Matias Ismael Ramírez Beltrán, único chimbotano a quien Dios le brindó la gran oportunidad de estar cerca del Sumo Pontifice.
La felicidad de Matías de ver de cerca al Papa Francisco se elevó a una dimensión extraordinaria al intercambiar algunas palabras y tocar al líder de la iglesia Católica después que junto a su pareja bailó marinera en el aeropuerto trujillano para recibirlo.
En aquella fecha Matías Ramírez Beltrán contaba con 9 años, y siendo proveniente de una familia netamente católica, estar cerca de la máxima autoridad de la iglesia universal fue de gran impacto que hasta ahora lo lleva vivo en su mente.
Junto a él estaba una joven que también recibió a su santidad con baile de marinera y fue testigo del regalo de su sombrero de baile que le ofrecía el pequeño chimbotano al Papa Francisco.
“Fui Testigo! El Papa le decía, yo bendigo tu sombrero para estar siempre contigo. El niño lloraba de emoción y le decía yo quiero regalartelo. Quedó en mi corazón ese bello gesto, luego lo bendijo y luego alcanzamos su mano los que estuvimos en ese momento”, contó la joven testigo que también tuvo el privilegio de acercarse a su santidad.
Ella narró este episodio tras la penosa noticia del fallecimiento del Papa Francisco, que la sumió en la tristeza al igual que a Matías. Él cuenta ahora con 17 años y el impacto del deceso de su santidad lo ha impactado tan inmensamente como fue la felicidad del momento de estar cerca de él, conversar y tocarlo.
Los padres de Matías, Harold Ramírez Salinas y su mamá Fanny Beltrán, también se encuentran profundamente apenados por el deceso del sumo pontífice y elevan sus plegarias porque Francisco siempre ilumine el camino de su hijo, muy creyente de la fe católica.