Editorial

Editorial: ::: SORPRESIVA ACUSACIÓN :::

Hace ya algunos meses atrás, el ex titulare del sexto Juzgado de Investigación preparatoria, Eudosio Escalante Arroyo, emplazó en audiencia pública al Fiscal anticorrupción Laureano Añanca Chumbe y le exigió que enmiende su investigación en la medida que advertía que no contaba con una “teoría del caso”, por lo tanto la pesquisa no tenía un objetivo definido.

Se trataba de la carpeta fiscal en la que se investiga a un grupo de efectivos de la Policía Nacional que han sido sindicados de traficar con información reservada de su institución con la finalidad de alertar a la mafia dedicada a la venta de droga en el sector de “La Antena” a efectos de frustrar los operativos que se planificaban.

En ese entonces se debatía una incidencia relacionada con pedidos de las partes y el magistrado evaluó los cargos que se formulan contra los efectivos policiales, hallando una serie de incoherencias que se las hizo ver en ese mismo momento al magistrado y hasta le devolvió la carpeta a efectos que enmiende su estrategia de investigación.

Luego de ello no se pudo conocer nada de este proceso que en su momento generó conmoción en la colectividad chimbotana debido al calibre de los cargos delictivos que se estaban formulando y la implicancia nada menos que de oficiales de la Policía que estaban en actividad, lo que no podía dejar de pasarse por alto.

Incluso, por la forma como se llevó aquella audiencia y la contundencia en el pronunciamiento del magistrado, en algunos medios de comunicación se pensaba que los cargos ya se habían desvirtuado o que la denuncia había perdido mucho peso y de esta manera se perdía en el tiempo, pues pasaron muchos meses sin saberse nada de ella.

Sin embargo, la semana pasada se ha podido conocer que el Fiscal anticorrupción mantiene su posición y ha remitido al Juzgado su requisitoria escrita solicitando pasen los actuados a la siguiente fue procesal, es decir, el control de acusación que precede al juicio oral y en donde se define si existe materia penal que deslindar en una sentencia.

El representante del Ministerio Público ha hallado responsables del delito de Cohecho pasivo propio a los Policías José Santillán Saavedra, Víctor Uceda Irribarren y Ronald Berna Cabrera y al primero de ellos también por delito de lavado de activos.

De la misma manera, ha acusado a los conocidos traficantes de drogas Juan Rivadeneyra Vásquez, más conocido como “Chato Juan” y Wilmer Rivadeneyra Villacorta, los que supuestamente recibían la información filtrada por los Policías, a quienes ha acusado por delito de cohecho activo genérico.

Finalmente, el documento acusatorio comprende a Doris Benites Vásquez y Frank Santillán Benites, la esposa e hijo del oficial José Santillán Saavedra, a quienes está acusando por delito de lavado de activos.

Hay que hacer la salvedad que los tres efectivos de la Policía Nacional se encuentran en calidad de prófugos, sin embargo, siguen perteneciendo a la institución policial habida cuenta que se dijo que ellos serían sancionados a resultas de lo que se determine en este juicio y por las pesquisas que realiza paralelamente la Jefatura de Inspectoría.

En materia de penalidad, quien se encuentra más complicado es José Santillán Saavedra, a quien se le pide una pena de 16 años de carcelería por ser acumulativa, es decir. 8 años por Cohecho y los otros 8 por lavado de activos, para dos otros dos colegas exige una pena de ocho años de cárcel y la misma pena para los familiares del oficial Santillán., mientras que para los ex regentes de “La Antena” que se encuentran en estos momentos purgando carcelería solicita se les imponga 4 años y 8 meses de prisión.

El magistrado sustenta los cargos en los audios que fueron interceptados por una orden de la Dirección General de la Policía, los cuales fueron trabajados por agentes de Inteligencia que consiguieron escuchar y grabar las conversaciones recogidas de los teléfonos de los efectivos policiales contactándose nada menos que con quienes manejaban la mafia de la venta de drogas en Chimbote.

¿Qué hace un efectivo policial conversando por la vía telefónica con delincuentes de tan alto calibre? Esa es una de las interrogantes que se hicieron los altos mandos policiales cuando dispusieron una investigación interna que luego fue derivada al Ministerio Público y concluyó en la denuncia contra los involucrados, la misma que comprende a otros dos efectivos, uno de ellos una mujer, quienes han sido separados de la pesquisa por el propio Fiscal que está solicitando el sobreseimiento de los cargos respecto de ellos al no haberles hallado mayores pistas.

No se puede olvidar que “La Antena” es un sector peligroso en donde por espacio de 30 años fue dominado por la mafia del narcotráfico, manejado y administrado por el “Chato Juan”, quien había emprendido un negocio que se extendió a través de sus familiares y quienes manejaban el negocio en horas de la noche.

Este enclave del narcotráfico fue desvirtuado por una prolija y paciente investigación del Departamento Antidrogas de Chimbote, en el marco de un operativo para el cual solicitó no solo la presencia de un numeroso contingente policial sino un equipo de fiscales especializados, todos ellos traídos de Lima con la finalidad de impedir que se filtre la información.

Justamente, ya para entonces en la Policía se conocía que la mafia de “La Antena” recibía información privilegiada por parte de malos Policías, se contaba con los medios de prueba y las interceptaciones, por ello hoy estamos no solo ante un imperio desmembrado que era el paraíso de la droga sino con miembros de la Policía que deberán sentarse en el banquillo de los acusados si es que son aprehendidos.

Por lo menos esto es lo que dice el fiscal en una sorpresiva acusación que se deriva de una pesquisa que había sido abiertamente descalificada por el anterior magistrado que tuvo a su cargo esta causa. Ahora será la oportunidad que el juez que se ha avocado a este caso analice los hechos y determine si en verdad el representante del ministerio Público no cuenta con una estrategia o si los cargos siguen siendo tan sólidos como cuando los presentaron ante la prensa. Veremos que sucede más adelante.