Editorial

UNA ABSURDA POSICIÓN

Los miembros del directorio de la empresa paramunicipal SEDACHIMBOTE se han metido en un menudo problema al no manejar convenientemente el caso que ha generado el ex gerente de esta entidad, John Milla Díaz y cuya situación está a solo un paso de derivarse a la vía judicial.

Ello porque a pesar de las advertencias públicas que se formularon, no han hecho absolutamente nada frente a la situación que se ha generado en la empresa al tener a un funcionario estable que ha dejado su plaza y no pueden remplazarla porque se fue creando falsas situaciones que deberían ser sancionadas antes que encubiertas.

Los hechos están relacionados con la decisión del ex gerente John Milla Díaz de alejarse de la empresa alegando razones de salud, empero, lejos de tomarse ese descanso para recuperarse, como podría suponerse, lo ha hecho para postular y acceder a un cargo importante en la superintendencia de servicios de saneamiento SUNASS, para la cual ahora presta servicios en la ciudad de Huaraz.

Este hecho fue públicamente descubierto por el alcalde de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote, Valentín Fernández Bazán, quien ajeno a lo que se manejaba al interior de la empresa de saneamiento, reveló que el ex gerente Milla Díaz se hallaba trabajando en Huaraz para la SUNASS que es el organismo que supervisa a Sedachimbote, lo que se podría tomarse como un conflicto de intereses y lo asumía como una posición perjudicial para los proyectos que deben beneficiar a Sedachimbote y que el ex funcionario se opuso en su momento.

Sin embargo, esta revelación del alcalde sureño no serviría para poner de manifiesto una actitud negativa hacia su distrito, sino que descubría una acción presuntamente dolosa por parte del ex funcionario al haberse alejado sin presentar una renuncia formal como lo haría cualquier profesional que desea superarse y acceder a cargos más importantes, sino que babia solicitado una licencia por enfermedad y aprovecharse de esa coyuntura para acceder a un trabajo para la SUNASS en la ciudad de Huaraz.

Esto quiere decir que el ex funcionario mantenía vigente su plaza en la empresa de saneamiento y mediante una mentira monumental se va a trabajar a otra entidad en la que se remunera con recursos del estado, lo que resulta realmente incompatible.

Por ello es que el pasado fin de semana, el procurador anticorrupción del Santa, Dr. Richard Asmat Urcia, ha decidido terciar en el tema y ha revelado que está evaluando una denuncia formal contra el ex gerente de Sedachimbote y para ello ha solicitado la documentación pertinente, pues entiende que si ha solicitado una licencia por enfermedad, es posible que siga cobrando sus remuneraciones en las dos entidades.

Lo cierto es que la situación del ex gerente no ha sido solo materia de cuestionamiento por parte de la procuraduría si no de la propia alcaldesa provincial Victoria Espinoza García, quien en su condición de Presidente de la junta de accionistas, en su debido momento ha emplazado al Directorio de la empresa de saneamiento a tomar una posición respecto al ex funcionario que se encuentra trabajando fuera de la ciudad mientras mantiene en reserva su plaza en Chimbote.

Aun cuando discrepa respecto a esta suerte de enroque que ha hecho el ex gerente John Milla, lo que no acepta la burgomaestre es que haya sorprendido a los miembros del Directorio con una falsa enfermedad para poder obtener una licencia, señalando que este solo hecho lo descalifica por completo y debería llevar al directorio a tomar una medida drástica y ejemplar a efectos de impedir que otros procedan de esta manera.

Esto es lo que llama poderosamente la atención en este peliagudo tema, la actitud indiferente de un directorio que no toma en cuenta la gravedad de la conducta de su funcionario y la grave falta que significa el hecho de faltar a la verdad para pretender nuevas posiciones y ambiciones.

Ello porque ante el inicial reconocimiento de la falta del ex gerente, al señalarse que éste había solicitado licencia por enfermedad, posteriormente el mismo Presidente del Directorio, Luis Bambarén Miasta, ha pretendido argumentar que el pedido de licencia era estrictamente personal, como tratando de justificar su alejamiento y que ello corre por cuenta del funcionario.

Esto no es cierto, por el contrario, demuestra cierta pretensión de blindaje por parte del Directorio a un funcionario que no ha procedido legalmente sino que ha tratado de sacar ventaja y provecho de su posición, tanto así que ella se extendería hasta el momento si es que el alcalde sureño no alertaba de lo que estaba sucediendo.

Por ello es que el procurador ha sido claro y tajante al señalar que la denuncia que estaría formulando en estos días no se dirigiría solo contra el ex funcionario sino contra el mismo Directorio de la empresa por haber permitido que se presente un caso de esta envergadura, más aun cuando después de conocerse la trampa no ha decidido ninguna sanción contra quien supuestamente los sorprendió.

Nadie puede negarle el justo derecho de cualquier profesional de superarse en su vida y trayectoria profesional, eso es inalienable con la persona misma, empero, si el ex gerente de Sedachimbote y alto funcionario de esta empresa aun, tiene esa expectativa, si su trabajo como gerente lo ha llevado a relacionarse con organismos de mayor nivel que consideran necesaria su presencia, entonces lo que debería hacer es dar un paso al costado, debería haber renunciado a su cargo en Chimbote y viajar a trabajar en donde lo llamen.

No es posible que por medio de una mentira el ex gerente se aleje de su cargo, que apele a razones de salud que no ha demostrado y que exija una licencia para reservar su cargo mientras se va a trabajar a una entidad que, precisamente, es el organismo superior de la empresa en la cual presta servicios.

Cierto es que todo esto no es sino de absoluta responsabilidad del funcionario que ha generado este desbarajuste que tienen evidentes connotaciones penales, sin embargo, lo que no se entiende es la indiferencia del directorio, una absurda posición que le puede costar una denuncia penal por no saber cautelar los intereses de la empresa de saneamiento.