La Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de la República terminó con la serie de especulaciones que se venían tejiendo en la ciudad de Huaraz respecto a la condiciónÂÂ jurídica del hasta hoy suspendido gobernador regional Enrique Vargas Barrenechea y ratificó la condena de cinco años de prisión efectiva que se le impuso tras ser hallado responsable de los delitos contra la fe pública y contra la administración pública.
Esta fue la secuela final del juicio que se le inició al controvertido Vice Gobernador Regional, quien para entonces de desempeñaba como Gobernador provisional tras el encarcelamiento de Waldo Ríos Salcedo, y quien venía siendo juzgado por haber falseado información en su hoja de vida con respecto a la naturaleza de sus estudios superiores, pues dijo que era Chef egresado de una afamada escuela de Chile.
Ya todos conocen en que terminó la falsa máscara que se colocó Enrique Vargas para postular, las pruebas establecieron no solo que había mentido descaradamente, lo cual se considera como Falsedad Genérica, un delito castigado por la legislación penal, sino que había consignado información falsa en un documento público, lo que agravó su situación al extremo que el Ministerio Público solicitó se le imponga una pena efectiva.
Sin embargo, pese a que el fallo del Juez y la sentencia de vista de la Sala Penal de la Corte Superior de Ancash eran contundentes respecto a la calificación de los delitos y las pruebas que respaldaban los cargos incriminatorios, se tejieron una serie de comentarios que aludían a un supuesto exceso en la valoración que hicieron los magistrados, incluso, aprovecharon esta suerte de ignorancia supina de los comentarios para deslizar la posibilidad que el mentado “Chef” pudiera ser absuelto.
Obviamente que estos comentarios estaban relacionados con una corriente de opinión generada en las entrañas de los sectores políticos recalcitrantes y la prensa huaracina obnubilada con la idea que se mantenga al frente del gobierno regional de Áncash el Ingeniero Luis Gamarra Alor, el actual gobernador encargado que ha conseguido encausar la marcha de la administración regional que ha conseguido reactivar una serie de obras paralizadas y ha emprendido la marcha de una esperada reactivación pero cuya partida de nacimiento se hace como una suerte de sartén hirviendo para algunos sectores de Huaraz.
Por ello es que alardeaban con la presumible absolución de Vargas Barrenechea porque solo de esa manera se aseguraba el inmediato alejamiento del actual Gobernador Regional, incluso, allí se confundieron aquellos que durante su gestión se convirtieron en sus enemigos y hasta se enfrentaron judicialmente por acusaciones mutuas, pues el objetivo era eminentemente político.
De la misma manera, estos opositores recalcitrantes eran conscientes que Enrique Vargas no es un profesional y no tiene estudios de nada, es un hombre que no está preparado para conducir un gobierno regional, cuyas limitaciones son evidentes y no solo basta con escucharlo para colegir esto sino que los meses que estuvo al frente de la Región demostró que es poco más que un cero a la izquierda.
Sin embargo, nada de esto interesaba para los enemigos del gobernador encargado para alentar una absolución del chef, llegaron al extremo de cuestionar al Jurado Nacional de Elecciones cuando, en el ínterin, se había consumado la vacancia de Waldo Ríos y esperaban con ello sacar del cargo a Gamarra pero el organismo electoral no accedió a eso y por eso fue objeto de una serie de absurdos cuestionamientos.
Lo extraño es que alentaron tendenciosamente la absolución de Vargas Barrenechea señalando que habría sido juzgado por un delito que no había sido materia de emplazamiento judicial, como el relacionado con el uso de información falsa en un documento público, cuando en el procedimiento no se cuestionó nada de ello.
De la misma manera llegaron a manifestar que la pena que se le había impuesto era excesiva, como pretendiendo dar a entender que una mentirilla la puede decir cualquiera o que existen otros casos de autoridades que han sido sorprendidas en la misma falsedad de la hoja de vida y no han sido sancionados de la misma manera, lo que se podría tomar algo así como “mal de muchos consuelo de tontos”.
Empero, el delito que cometió Vargas no era uno cualquiera y menos aún es un hecho que no amerita un castigo carcelario, por el contrario, se tiene que tener en cuenta que la falsedad de una declaración jurada es un delito calificado en la ley penal, se trata de la hoja de vida que se expone ante la opinión pública como una información veraz y transparente.
En ese sentido, si un candidato falsea la verdad, inserta información que es falsa con la finalidad de fortalecer su condición personal, lo que está haciendo es embaucar a un electorado, confundirlo e inducirlo a que le otorguen un voto en función a una información que ha sido dolosamente adulterada, se busca y se consigue el respaldo popular en base a un hecho o una condición que no se tiene.
El condenado vice gobernador hizo alarde de tener un respaldo profesional falaz y con ello trató de persuadir a quienes no lo conocían como si tuviera pergaminos competitivos inexistentes, hizo que todos piensen que cultivaba el arte culinario que está muy en boga en estos tiempos, en otras palabras estafó la fe pública regional.
Si esta conducta dolosa no debe castigarse con cárcel habría que preguntarse que otra clase de fraudes o engaños ameritaban una drástica sanción por parte de las autoridades judiciales, estamos seguros que no podrá encontrarse otra figura delictiva como esta que no amerite que se encierre a las personas para dejar sentado un precedente jurídico que termine por persuadir a otros políticos a no proceder de la misma manera pues si lo hacen terminarán encerrados como el “chef” Enrique Vargas Barrenechea.
Lo que ha hecho la Sala Penal de la Corte Suprema es corroborar que la justicia debe aplicarse con rigurosidad en todos los casos, con mayor razón cuando el agente del delito es una autoridad, por lo que estamos ante un final previsible como es el que ha observado el suspendido vice gobernador. Ahora habrá que esperar que el consejo regional sea notificado con la ejecutoria, sancione la vacancia de Vargas Barrenechea y se ponga a consideración del Jurado Nacional de Elecciones para que cancele las credenciales y proceda a establecer si se requiere designar a un nuevo Gobernador o se mantiene al encargado a la luz del poco tiempo que resta para elegir a otra autoridad regional.