Editorial

EDITORIAL ::EL CANDOROSO WALDO::

Mientras pasa los días en su centro de reclusión de Huaraz, el ex gobernador regional Waldo Ríos Salcedo, atendió la citación del Juzgado Penal que lo procesa en nuestra ciudad por delito de abuso de autoridad, y respondió un interrogatorio en el cual ha desnudado sus pretensiones de confundir a la autoridad judicial.

Se trata del juicio oral que se le sigue por el nombramiento ilegal del ex Director Regional de Trabajo, Yuri Espinoza Vargas, quien fue ungido como tal a pesar de no llenar los requisitos de ley, el fundamental que era tener titulo de abogado profesional y ostentar la experiencia que demandan las normas.

Conectado con la sala de audiencia vía teleconferencia desde Huaraz, Waldo Ríos pretendió convencer al juez que fue totalmente ajeno al nombramiento de su co-investigado y señaló que ni siquiera lo conocía, menos podía saber si contaba con título de abogado, como el mismo lo alegaba.

En tal sentido, en una declaración propia de un guión de programa cómico, Ríos Salcedo aduce que fue sorprendido por sus propios asesores para firmar la resolución de nombramiento de un personaje que ni siquiera contaba con el título profesional, que es el documento mínimo que debe ostentar cualquier profesional que pretenda ser nombrado en un cargo público.

Lamentablemente, en el interrogatorio no le preguntaron si tomó las previsiones mínimas antes de firmar el nombramiento de un importante cargo como la Dirección Regional de Trabajo, pues por lo menos lo que debió hacer es preguntar si el designado tenía título profesional.

Waldo Ríos ha señalado que nadie le advirtió este detalle y fueron sus asesores los que lo sorprendieron, cuando en realidad estamos hablando de un funcionario de confianza, es decir, aquel que responde a la más absoluta relación de amistad o compañerismo de quien lo decide encumbrar en un cargo.

No se trata de un nombramiento cualquiera, por el contrario, cuando se apela al cargo de confianza lo que hace un funcionario o autoridad en capacidad de ejercer estos nombramientos, es convocar a quienes conoce cuál es su capacidad y cuáles son sus pergaminos, jamás se nombra a un desconocido en un cargo de confianza.

Esto lo sabe Waldo Ríos sino que pretende vendernos la idea del pobrecito funcionario al que lo engañaron de la peor manera, cuando eso no es cierto y esto lo sabemos de antemano los periodistas.

Por ejemplo, cuando estalló este escandalete y Waldo Ríos llegó a Chimbote, fue entrevistado por la prensa respecto a esta denuncia y lo que hizo es tratar de encubrir el problema, respondía que si se trataba de un abogado y hasta llegó a preguntarle a Yuri Espinoza delante de los periodistas si era letrado y aquel respondió afirmativamente.

Sin embargo, Waldo Ríos designa a Yuri Espinoza el 17 de mayo del año pasado, el aludido carecía de un título de abogado, era solo un egresado de la facultad de Derecho de la Universidad San Pedro y estaba en trámite la entrega de su título profesional.

El ex funcionario obtiene su título recién el día 13 de Julio del año pasado, mientras que su colegiatura la obtiene el 12 de agosto, lo que quiere decir que el nombramiento se hizo ilegalmente, no solo porque el beneficiado no contaba con el título profesional sino porque era imposible que tenga la experiencia profesional que exige la ley.

Esto lo sabía perfectamente Waldo Ríos porque al menos debió haber preguntado a sus asesores en que cargos se había desempeñado Espinoza Vargas antes de ser presentado a su despacho, empero, todo indica que tampoco lo hizo.

Lo cierto es que, y esto lo sabe todo Chimbote, Waldo Ríos colocó en un cargo de confianza a un personaje al cual le debía un enorme favor y era el hecho de haber hipotecado el local político del partido al cual pertenecía para apoyar totalmente la candidatura del ex gobernador regional durante la segunda vuelta.

En efecto, Yuri Espinoza era secretario general del comité provincial de Acción Popular cuando se realizaron las elecciones regionales del 2014 y en la medida que su partido no tenía candidato puso el local político que tiene en la Plaza de Armas de Chimbote a disposición de Waldo Ríos, a pesar que su movimiento político profesa una línea radicalmente diferente a la que mostraba el entonces candidato.

Inclusive, muchos deben recordar que esta absurda posición fue materia de rechazo de conocidos ex dirigentes y militantes de nuestra ciudad que reclamaron la forma como se manoseaba al tradicional partido que fundara don Fernando Belaúnde Terry, empero, nada de ello detuvo a Yuri Espinoza que, evidentemente, tenía otros objetivos, como exigir un puesto a cambio del favor electoral.

Por ello es que Waldo Ríos se ve precisado a nombrarlo como Director Regional de Trabajo sin haber reparado ni siquiera si tenía condición profesional. Es difícil aceptar que no conozca a su co investigado si se tiene en cuenta que hicieron un pacto político para que le facilite el local de Acción Popular de la Plaza de Armas, Waldo Ríos miente en este sentido y su versión ha dejado mucho que desear.

Lamentablemente, esta es la secuela de las componendas, de esta dura manera se pagan los conciliábulos cuando se hacen de manera subterfugia y cuando se apela a personajes que no tienen pasado funcional alguno, individuos sin cartel profesional que lo único que han conseguido es que se ganen un proceso penal más.

Difícilmente los magistrados se coman este cuento del cuestionado ex gobernador, el mismo que pretende colocarlo como el candoroso Waldo, aquel que fue capaz de designar a un desconocido en un cargo de confianza, algo tan difícil de creer como las cuentas del presidente Kuczynski.