Por: Walter Miguel Quito Revello
Un hecho que forma parte de nuestra historia en la provincia del Santa, es: “La masacre del Santa” ocurrida el 2 de mayo de 1992, por parte del Estado peruano que debemos recordar para no repetir la historia y no permitir ni dictaduras, ni dictablandas sea de izquierda o de derecha.
En Santa funcionaba la compañía denominada “Molinera San Dionisio”, del fundo “San Dionisio” que era propiedad de la familia Fung y tenía una desmotadora de algodón y piladora de arroz. A fines de 1991, se produjo en diversas localidades del distrito del Santa una movilización que fue denominada “marcha campesina” contra los abusos y arbitrariedades cometidas por los dueños de las fábricas, exigiendo a su vez la entrega de una parcela de terreno para todas aquellas personas que no poseían tierras. Cuando los manifestantes se desplazaban por inmediaciones de la fábrica “San Dionisio” Jaime Fung, hijo del dueño de la fábrica, se bajó de su camioneta y, sin mediar razón alguna, apuntó con su arma a uno de los hermanos Noriega Ríos que iba al frente de la marcha y amenazó diciendo: “Uds. se van joder conmigo porque no saben con quién están”
El 29 de marzo de 1992, a las 8:00 de la noche se produjo un incendio en la compañía “San Dionisio” como consecuencia de un asalto perpetrado por 30 subversivos senderistas, que colocaron explosivos en las oficinas administrativas, quemaron máquinas y unos 50 fardos de algodón desmotado y se destruyó catorce depósitos de algodón y otros. El empresario Jorge Fung Pineda era amigo de Juan Bosco Hermoza Ríos, hermano del entonces Comandante General del Ejército Nicolás de Bari Hermoza Ríos, a quien habrían solicitado su colaboración.
En abril de 1992, se llevó a cabo una reunión. En la reunión estuvieron presentes: el empresario Jorge Fung Pineda, el Mayor E.P. Santiago Martín Rivas, quien a su vez convocó a los jefes de los sub grupos operativos del “Destacamento Colina”: Antonio Sosa Saavedra, Julio Chuqui Aguirre y Pedro Guillermo Suppo Sánchez, además de Capitán E.P. Carlos Pichilingue Guevara. Después de la reunión, Sosa Saavedra comentó que se trataba de un trabajo particular, porque el señor Fung era amigo del Comandante General EP Hermosa Ríos, que tenía propiedades en Chimbote.
El primero de mayo de 1992, Santiago Martín Rivas habría coordinado el viaje al Distrito del Santa, provincia de Chimbote con los jefes de los sub grupos operativos y partieron de la ciudad de Lima 18 miembros del “Destacamento Colina”, todos provistos de armas de fuego de largo y corto alcance, palas, picos, una bolsa de cal y capuchas. Para realizar tres intervenciones el 02 de mayo.
En la primera intervención se produjo en el pueblo joven la Huaca cuando intervinieron a Gilmer Ramiro León Velásquez, confundido por dos sujetos que con anterioridad se habían escapado. Pedro Pablo López Gonzáles se encontraba en su domicilio descansando en compañía de su familia cuando la puerta de su casa es violentada por varios sujetos. Denis Atilio Castillo Chávez, se encontraba en su casa cuando sujetos encapuchados intervinieron su casa. A Pedro Federico Coquis Vásquez lo encontraron durmiendo y se lo llevaron por equivocación.
En la segunda intervención se produjo en el Pueblo Joven “Javier Heraud”. En este lugar se encontraba durmiendo Jesús Manfredo Noriega Ríos, con su conviviente y sus cuatro menores hijas en su domicilio ubicado en la calle Luis Pardo. De pronto escucharon fuertes golpes en la puerta y al incorporarse se percataron que ingresaban entre cuatro a cinco personas.
La tercera intervención se produjo en el Pueblo Joven “San Carlos”, donde vivían los hermanos Carlos y Jorge Luis Tarazona More, y Jesús Roberto y Carlos Alberto Barrientos Velásquez, con sus respectivas familias. Las intervenciones eran espantosa tan solo imaginen que a Cruz Velásquez León de Barrientos, madre de las víctimas le dieron un cachazo de revolver y la desmayaron.
Para finalizar el grupo colina pintaron grafitis pro-senderistas como parte de una operación de bandera falsa e inculpara a los senderistas de sus crímenes.
Después de once años se ha podido establecer, por declaraciones de testigos acogidos al beneficio de la colaboración eficaz, que la misma madrugada del 2 de mayo de 1992 las víctimas fueron ejecutadas y enterradas en tres fosas comunes ubicadas en Huaca Corral, en la región de La Libertad por Carlos Eliseo Pichilingue Guevara a pedido de Santiago Martín Rivas.
En la actualidad vemos como desde el Congreso los partidos políticos a la cabeza de los fujicerronistas han tomado el Tribunal Constitucional, la Junta Nacional de Justicia, el Poder Judicial, el Ministerio Publico, en donde vivimos prácticamente una dictablanda es por ello las leyes que penalizan las manifestaciones populares y encarcelan a los jóvenes de comunidades andinas por protestas contra la planchada presidenta. En estas elecciones que se avecinan el poder está en nuestras manos. Tengamos un voto consiente sino queremos que nos pase, lo que les sucedió a las víctimas del Santa: Carlos Alberto Barrientos Velásquez, Roberto Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez, Federico Coquis Velásquez, Gilmer Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles, Jesús Manfredo Noriega Ríos, Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More. “Eternamente presentes”.