Revela estudio:
Violencia contra la mujer tiene causas vinculadas al machismo e inequidad en sociedad.
Una de cada dos mujeres en nuestro país, anualmente, han sido víctimas de abuso y maltrato por parte de su pareja actual. Así lo indica Vanessa Herrera, médico psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, al comentar los Estudios Epidemiológicos de Salud Mental del INSM “HD-HN”.
La especialista indicó que los casos de violencia hacia la mujer son cada vez más visibles. Éstos se encuentran relacionados a factores como: machismo, violencia estructural e inequidad hacia las mujeres así como factores sociales, económicos y culturales en nuestro país.
“Lamentablemente, entre los factores que se asocian a que un hombre llegue a agredir a una mujer están las diversas creencias irracionales que tienen algunos varones. Así por ejemplo, creer que son dueños de su pareja, justificar la violencia porque “ella se lo merecía o lo provocó”. El hombre violento adopta un sentimiento de posesión hacia su pareja y cosifica a la mujer. Esa simbología errada se origina desde la infancia y sólo se da en una sociedad que permite la violencia de forma crónica, siendo ésta permitida y tolerada”.
¿Cómo detectar a un acosador?
La M.P. Herrera señaló que es importante identificar los signos de alarma: cuando la persona invade los límites de confianza y es intimidante; cuando insiste en invadir los aspectos de privacidad, afectando la comunicación y es intrusivo, faltando el respeto y la confianza. En dichos casos es necesario pedir ayuda. Otro aspecto a considerar es el tema de confianza en las instituciones que deben poner freno a la violencia: “Un problema muy grande es la desconfianza a las autoridades. La mayoría de las mujeres no confían en los servicios públicos y no hacen las denuncias. Una persona acosada puede tener sensaciones de miedo, angustia, tristeza y problemas para dormir. Las personas perseguidas pueden desarrollar cuadros depresivos y de ansiedad y es necesario brindar el apoyo continuo”, puntualizó la psiquiatra.
Los agresores tienen un problema de salud mental
Asimismo, Vanessa Herrera señaló que la mayoría de los actos violentos no necesariamente están asociados a un trastorno mental presente. “Muchos peruanos creen que es normal agredir a las mujeres y esto es un tema básicamente de machismo estructural y no está asociado a un cuadro psicótico u otro trastorno mental necesariamente”.
El impacto de estas situaciones de violencia tiene que ver con la escasa inversión en salud mental. “Somos uno de los países de Latinoamérica que menos invierte en el tema. Actualmente existen 31 centros de salud mental comunitaria especializados y se necesitan más de 300 en nuestro país. Se está impulsando desde hace dos años una reforma en la atención de salud mental para que haya más recursos humanos especializados y servicios de calidad para la comunidad”.
Secuelas de las víctimas de violencia
La M.P. Herrera aseveró que las secuelas psicológicas en una mujer violentada son severas a corto, mediano y largo plazo y se pueden transmitir en las tres generaciones subsiguientes. El impacto en la familia también es preocupante ya que puede propiciar la presencia de cuadros de depresión, ansiedad, problemas de consumo de alcohol, drogas, repercutiendo en la dinámica familiar, generando un duelo prolongado, situación que puede agravarse en el tiempo.
“Una mujer violentada tendrá su autoestima seriamente afectada, pasando por episodios de inseguridad emocional, mayor riesgo de estrés postraumático, problemas de ansiedad y depresión. Podría afectar el vínculo con su niño y afectar todas las relaciones que se den con su familia”. Precisó que en estos casos es necesario intervenir lo más temprano posible, a través del apoyo emocional a la víctima y a su familia.
Recomendaciones
Vanessa Herrera explicó que es importante resolver los problemas de violencia. Uno de los factores es invertir de manera prioritaria en la niñez de las mujeres, invertir en una equidad de acceso educativo. Actualmente, todavía las mujeres tienen menor acceso a instrucción comparado al de los varones. Es importante que las mujeres tengan mayor empoderamiento y liderazgo, pues todavía no tienen posiciones de conducción equitativamente. Invocar a todos los decisores políticos para que se priorice la salud mental, con mayor inversión económica y social de manera sostenible y que haya una continuidad política en el país al respecto.
Si conoce a una persona que está siendo violentada o acosada aconséjela en buscar ayuda inmediatamente. Si se está sintiendo afectada emocionalmente acuda al centro de salud más cercano.