Editorial

Editorial: :: LA CRISIS POLICIAL ::

Dos intervenciones en menos de una semana y tres nuevos efectivos policiales tras las rejas, no es un registro que pueda ignorarse o asumirse de manera ligera, por el contrario, es una coyuntura que debe mantener con una extrema inquietud a los altos mandos de la institución tutelar y, especialmente, a los mandos locales y regionales.

En efecto, la semana que paso concluyó con la captura de tres sub oficiales de la Policía luego que habían cobrado sumas de dinero a ciudadanos que fueron intervenidos por una infracción y quienes fueron compelidos a entregar una suma de dinero para que se deje sin efecto la sanción a la que se harían responsables.

El primer caso ocurrió al promediar las 7.35 de la noche del domingo antepasado, cuando agentes del Departamento Desconcentrado de Investigación de Delitos Contra la Administración Pública (DEPDIDCAP) se percataron que, de manera sospechosa, un motociclista se encontraba conversando con un efectivo policial en una camioneta y tras ello, el ciudadano se dirigió hasta el grifo “Primax” en el P.J “Primero de Mayo”.

Fue en esas circunstancias que el personal del DEPDIDCAP, se acercó al conductor de la motocicleta identificado como Martin Alberto Fernández Zegarra de 21 años, quien informó que al momento de ser intervenido por no tener su acompañante casco de seguridad, los suboficiales Hemiltor Alexis Andrade Montero y Joseph Lozano Carhuallanqui, le solicitaron acudir a la comisaría de Villa María, pero estando a solo una cuadra de ella, le exigieron dinero para evitar la intervención de su unidad.

Lo curioso y descarado es que al no tener sencillo para pagarles la coima, los efectivos policiales le indicaron que acuda grifo para cambiar un billete y fue en esas circunstancias que reveló al personal de la Policía anticorrupción que estaba siendo virtualmente sobornado por los dos custodios.

Fue entonces que se puso en marcha una celada para dar con los responsables, se le indicó al motociclista que acudiera a entregar el dinero y previamente se filmaron los billetes y monedas que se disponía a entregar, por lo que tras hacerse efectivo el acuerdo el motociclista se retiró y los efectivos anticorrupción procedieron a intervenir la unidad policial hallando parte del dinero que les entregaron pues, al parecer, uno de ellos se tragó uno de los billetes para borrar la evidencia.

Apenas tres ó cuatro días después se registró otro hecho de presunta corrupción cuando otro motociclista denunció ante la Policía anticorrupción que estaba siendo presionado para entregar la suma de cien nuevos soles en la Comisaría de Buenos Aires para que le devuelvan su unidad vehicular que fue intervenida por carecer de SOAT.

En esta oportunidad el agraviado sindicaba al responsable de la Unidad de Tránsito de la mencionada dependencia policial, el Sub Oficial de primera Igor Velásquez Navarrete,  quien sostenía que le había advertido que la infracción le costaría 400 nuevos soles pero que si le entrega 100 soles podía devolverle la unidad y llevársela sin problemas, siempre y cuando regularice la situación de su vehículo menor.

Con la denuncia se puso en conocimiento del Fiscal Carlos Roncal Cancino quien dispuso la inmediata ejecución de una celada, se dio las indicaciones al denunciante que acuda a la dependencia policial con un billete debidamente fotocopiado y al cual se le agregó un reactivo químico con la finalidad de dejar huellas en las personas que lo manipulan.

De esta manera, tras la transacción el Fiscal y los investigadores incursionaron en la Comisaría y en su mismo escritorio sorprendieron al denunciado con el dinero y con los restos del reactivo en sus manos, razón por la cual lo llevaron detenido y ayer debería haber sido sometido a la audiencia de pedido de prisión que hizo el Fiscal de 9 meses y el inicio de un proceso inmediato en razón que estábamos ante un delito de flagrancia.

Estamos frente a hechos que, sin lugar a dudas, desdicen la función policial, que atentan contra la buena imagen de la institución tutelar, una entidad que debería estar siempre al servicio de la población y no ponerse a la vereda del frente, allí en donde se asalta a los ciudadanos y se viste de otro ropaje la labor que realizan.

Por ejemplo, es realmente inaudito que los efectivos policiales de la Comisaría de Villa María que interceptaron a un motociclista que llevaba a una pasajera sin el casco de protección, le haya exigido que acuda a un grifo cercano para cambiar sencillo porque no tenían para darle un vuelto a la coima.

Se está perdiendo el respeto por la institución y se permite que esto solo genere desconfianza en la ciudadanía porque de esta forma solo se confirman los rumores que pululan por las calles y que dicen que cualquier problema en una entidad policial la puedes resolver con dinero, cuando en realidad existen procedimientos, instancias y leyes que se deben aplicar al margen de cualquier componenda.

Es momento que el general Eslava que personifica a la Policía Nacional en nuestra región se pronuncie respecto a estos hechos, no es la primera vez que un efectivo de la Policía nacional es detenido en flagrancia de delito, recordemos que hubieron dos casos anteriores, uno en la Comisaría de San Pedro y otro en la misma Comisaría de Buenos Aires cuyos efectivos fueron confinados por el Poder Judicial en el Penal de Cambio Puente.

Por entonces se dijo que se trataba de casos aislados, sin embargo, ahora se advierte que no se trata únicamente de uno o dos malos Policías que están pidiendo coima por aquí o por allí, hay muchos mas y afortunadamente están siendo denunciados.

El detenido Sub Oficial Igor Velásquez ha revelado públicamente que ha sido sembrado por otros colegas y ha dejado entrever que existe interés en algunos miembros de la propia Policía en dejar mal parados a quienes actúan con transparencia y tienen una foja de servicios limpia, empero, lo cierto es que ha sido intervenido en el marco de una celada y si es que existen otros intereses de por medio que el Ministerio Público investigue.

Lo que no se puede pasar por alto es esta crisis moral que afecta a la Policía, no podemos olvidar que desde chicos siempre vimos al Policía como el hombre ejemplar, como el hombre confiable, a quien todos podíamos acercarnos para resolver algún problema, no permitan que este semblante se pierda por las malas acciones de algunos cuantos.