Cuando los peruanos pensábamos que ya lo habíamos visto y escuchado todo acerca de la costra de corrupción que envolvió al país con la intervención de la empresa brasileña Odebretch, aquella que fue capaz de llenar los bolsillos de funcionarios corruptos de todo nivel, las pesquisas siguen revelando nuevos casos y uno de ellos ha salpicado nada menos que a nuestra ciudad.
Cierto es que en Ancash no extraña la mano negra de la corrupta empresa brasileña, ya la vimos envuelta en la denominada red de corrupción que operó en la gestión del encarcelado ex presidente regional César Álvarez Aguilar y las investigaciones han podido identificar que no solo estuvo metida en los pagos de coimas para la adquisición de la millonaria obra de la carretera Chacas Sam Luis, sino que también había puesto la mira en el proyecto especial Chinecas.
Estos hechos se encuentran, inclusive, en investigación judicial, empero, las investigaciones relacionadas con el enorme manto de corrupción de Odebretch reventó el año pasado cuando se comenzaron a revelar los manejos turbios en gobiernos anteriores, fue la piedra angular para la caída del ex presidente Pedro Pablo Kuczynski y se ha extendido a los gobernantes de hace una década atrás.
Justamente durante el gobierno de Alejandro Toledo, a quien la empresa brasilera pagó 20 millones de dólares por la adjudicación de la carretera interoceánica, los brazos corruptos de la misma empresa llegaron a nuestra ciudad, según ha revelado hace algunos días un informe de investigación de “IDL Reporteros”.
Se afirma que la empresa brasileña ha pagado millonarias coimas por la adjudicación de proyectos de saneamiento en Piura y en Chimbote, los cuales fueron direccionados hacia un consorcio que estaban integrado por Odebretch que acaparaba los proyectos de gran envergadura y cuyos presupuestos superaban los 20 millones de soles.
En el caso específico de Chimbote el proyecto en el cual la empresa brasileña habría sobornado a los funcionarios estatales es el conocido como P-25, el mismo que se trabajó con la empresa Seda Chimbote y la Municipalidad Provincial del Santa y fue ejecutado bajo la supervisión del PARSSA que fue un organismo creado en el Ministerio de Vivienda a efectos que canalice y monitoree los proyectos.
Muchos deben recordar que el P-25 fue un proyecto por el que la sociedad civil luchó a brazo partido en la medida que era un proyecto que se trabajó bajo los márgenes de la cooperación internacional, se requería de un convenio de gobierno a gobierno porque el financiamiento llegaba del extranjero, de allí que los reparos que se hicieron a su diseño inicial fueron minándolo poco a poco.
Y es que este P.25 no consideraba únicamente la ejecución de redes matrices y domiciliarias, cuyo cambio se hacía inminente por la antigüedad del sistema de saneamiento de Chimbote, sino que se había considerado la construcción de lagunas de oxidación y el emisor submarino que se requiere para eliminar las aguas servidas una vez tratadas con dirección a altamar, la añorada alternativa que, por ejemplo, ya se ha implementado en la pesca.
Sin embargo, la oposición del gobierno a cubrir el porcentaje que le corresponde en un proyecto del orden de los 77 millones obligó realizar recortes y finalmente terminó solo con los cambios de las redes de agua y alcantarillado por un valor que oscilaba en los 21 millones de soles, los cuales, al finalizar la obra se convirtieron en 27 millones en la medida que se aprueban adicionales que terminan inflando estos proyectos.
Lo cierto es que por entonces la obra se ejecutó en medio de cuestionamientos y nadie imaginó que detrás de todas las gestiones que se hicieron a nivel de gobierno se había tejido ya una red de corrupción que dispuso millones de soles para el pago de sobornos a los funcionarios de entonces, eso es lo que se ha podido corroborar por el momento en el marco de la investigación de Lavajato en nuestro país.
Y si la misma memoria no nos traiciona, en aquellos años uno de los que se encargaba de darle el visto bueno al proyecto era el entonces primer ministro Pedro Pablo Kuczynsaki, quien se vio envuelto en un escándalo cuando se puso al descubierto que desde el mismo cargo habrías participado en una suerte de pagos a través de asesorías con la misma empresa brasileña.
En realidad esto huele muy mal, si los chimbotanos revisaran los archivos periodísticos se encontrarán que por entonces se hicieron una serie de reparos a este proyecto, uno de ellos estuvo relacionado con los materiales utilizados, con la tubería que se pensaba colocar cuya duración no garantiza una obra para muchos años.
La empresa ejecutora llevó con todos los gastos pagados a una delegación de regidores hasta el Brasil y solo después de ello consiguió que se levanten todos los reparos, lo que ahora nos dejaría mucho que pensar por la forma como se manejaron tras bambalinas los alcances de este proyecto.
Hay que tener en cuenta que el informe que ha propalado IDL Reporteros es una investigación periodística que se recoge del trabajo que se viene realizando en el escandaloso caso Lavajato, no existe hasta la fecha algún denunciado o enjuiciado por este soborno en el P-25, sin embargo, si es que ya se ha hurgado la famosa caja chica del gigante brasileño de la corrupción, el famoso departamento de operaciones estructuradas que manejó el dinero negro destinado al pago de coimas y en aquel ha aparecido un antecedente relacionado con el otrora proyecto de saneamiento de Chimbote, es evidente que más adelante se conocerán nombres.
Lamentablemente, este es legado que nos han dejado gobiernos que hicieron alarde de honestidad y transparencia, que renegaron de la corrupción fujimontesinista que se presentaron como la alternativa de probidad pero que al final comprobamos que el “remedio resultó peor que la enfermedad”, ojalá algún día se pueda conocer todos los entretelones de la corrupción en este proyecto muy mentado como fue el P-25.