Tenía orden de cese de violencia que no cumplió:
Gustavo Alonso Reyes Rodríguez antes de ser llevado al Penal de Cambio Puente.
Un joven de solo 23 años de edad fue condenado a dos años de prisión efectiva por atacar violentamente a su anciano padre de 84 años y estar en permanente acoso, exigiéndole dinero. Se le halló responsable del delito contra la vida, el cuerpo y la salud, en la modalidad de agresiones contra integrante del grupo familiar, tipo penal que se castiga con carácter de efectiva en amparo a la Ley N° 30364.
Se trata de Gustavo Alonso Reyes Rodríguez (23), quien fue capturado días atrás por personal del Escuadrón de Emergencia al tener una requisitoria en el Segundo Juzgado Penal Unipersonal por no presentarse al juicio oral que se le seguía por agresiones a su propio padre, identificado como Marcelino Reyes Honores. Tras culminar con los actos finales del proceso, terminó siendo condenado y pasará dos años recluido en el Penal de Cambio Puente.
La situación de Reyes Rodríguez se agravó porque ya contaba con una orden de cese de violencia emitida por el Tercer Juzgado de Familia de la Corte del Santa, sin embargo, a pesar de ello, continúo acudiendo a la casa de su padre Marcelino Reyes Honores de 84 años para hostigarlo, exigiéndole dinero y aprovechando su incapacidad para defenderse.
Según el Ministerio Público, el pasado 03 de mayo del presente año, al promediar las 10:30 de la noche, Gustavo Alonso Reyes Rodríguez, fue encontrado por su padre arrojando sus pertenencias en el interior del domicilio que compartían, por lo que el agraviado le increpó por esta actitud.
Al verse reprimido por su padre, Gustavo Reyes reaccionó de manera agresiva cogiendo del cuello al anciano quien por su edad no pudo defenderse. Rápidamente fue arrojado al piso desde donde el iracundo sujeto procedió a patearlo en reiteradas ocasiones, generándole un sangrado en la nariz, hecho que propició que detuviera sus ataques, no sin antes continuar insultándolo con palabras soeces.
El valiente padre no dudó en denunciar a su vástago, siendo el juez Juan Carlos Castro Ávalos quien tras evaluar todos los elementos debatidos durante la modalidad de proceso inmediato, decidió que este sea recluido de inmediato en el establecimiento penal de Chimbote, por los próximos dos años.