Los resultados a boca de urna en la elección provincial no dejaban duda alguna que el gran triunfador de la jornada dominical electoral había sido el candidato de Ancash a la Obra, el ex regidor y ex funcionario municipal Roberto Briceño Franco, quien ya es el virtual alcalde provincial electo a expensas que aún no lo declara así la autoridad electoral.
Y es que si se revisa las razones por las cuales el conocido arquitecto ha llegado a ese sitial llegaremos a la conclusión que no solo su mensaje claro y directo, sus ambiciosas, prudentes y coherentes propuestas para el desarrollo provincial generaron impacto en el electorado santeño, sino que el derecho que tenía para acceder a este cargo se arrastraba desde hace cuatro años atrás.
Habrá quienes digan y sostengan que uno de los factores que habría posibilitado a Briceño Franco a conseguir este mérito es el hecho que se haya quedado sin sus principales contendientes, pues el candidato a derrotar era Julio Cortez Rojas, el representante de Rio Santa Caudaloso, empero, a dos meses del proceso electoral fue condenado a pena efectiva de cárcel y virtualmente su opción quedó enterrada.
De la misma manera, a dos meses de las justas electorales el alcalde de Nuevo Chimbote, quien era otro serio aspirante en la parrilla electoral de la comuna provincial del santa, decidió por voluntad propia retirarse de la contienda, inclusive, al no poder renunciar a la candidatura por haberse vencido el plazo, optó por desistirse y abandonar su campaña de difusión y propaganda en las calles y los medios.
Esto ocurrió cuando el Ministerio Público le embargó todos sus bienes y los de sus familiares en el marco de la investigación que le sigue por delito de lavado de activos, un hecho que ensombreció sus posibilidades y que calificó como una persecución producto de su candidatura y prefirió la tranquilidad de su familia antes que su permanencia en la actividad política.
Sin embargo, a solo dos semanas de las elecciones, el mismo alcalde sureño, quien se mantenía con la licencia que su pleno edil se negó a revocar, decidió retornar a la campaña, dijo haberlo pensando bien y que “ante el pedido de los pobladores de diversos pueblos” optó por retomar su campaña rumbo al sillón municipal.
Decisión que debe haberle costado mucho, pues los resultados nos dicen ahora que cosechó un segundo y sorpresivo lugar, debajo del ganador Roberto Briceño a quien, en un gesto digno de resaltar, saludó esa misma noche y se puso a su disposición para apoyarlo en lo que considere prudente, una reacción madura de un político que corresponde a quien es derrotado pero se mantiene con la cabeza en alto.
Sin embargo, aun cuando en estos dos casos haya resultado un hándicap para el ganador del proceso electoral, lo cierto es que quien se mostraba como seria aspirante fue la actual regidora Norma Alencastre, quien con las sedas de “Somos Perú”, apenas si ha conseguido un tercer lugar pero a muchos cuerpos del segundo, una derrota significativa para quien había invertido mucho dinero no solo en difusión sino en psicosociales que fueron denunciados en su debida oportunidad.
Hay que tener en cuenta que la elección provincial tuvo nada menos que 19 candidatos habilitados, incluso, aquellos que fueron excluidos y reconsiderados a última hora por el jurado nacional de elecciones, por lo que es evidente que la gran mayoría de ellos ha sido ignorado por electorado y quedaron sumamente rezagados.
Ahora bien, estos detalles son solo anécdotas dentro de la evaluación de los resultados obtenidos el último domingo para la Municipalidad Provincial del Santa, que uno u otro candidato haya quedado fuera de carrera no representa mucho en las opciones que ha puesto en evidencia el ganador Roberto Briceño Franco, más aun cuando todos eran conscientes que su propuesta era envidiable, sus antecedentes así lo confirmaban y que llegó a presentar en sociedad sus proyectos y sus visiones como urbanista en una conferencia de la cual muchos salieron convencidos que era el indicado para el cargo.
En efecto, el caudal profesional y funcional de Roberto Briceño es uno de los factores que lo encumbran en esta elección, en Chimbote se conoce de su labor en el Municipio en los años que se desempeñó, primero, como regidor y luego como funcionario, como gerente de obras al frente de cuyo cargo fue el verdadero promotor de las últimas grandes obras que puede mostrar la ciudad.
Esto es lo que recuerda el electorado de Chimbote, sabe y es consciente que si Roberto Briceño será el conductor de la ciudad es porque hace cuatro años atrás fue despojado de un legítimo triunfo cuando, postulando por la sedas de Alianza para el Progreso, quedó a solo 100 votos y fue perjudicado por un extraño avance de votos en el distrito de Moro, en donde no tuvo candidato y menos personeros como para impedir que se haga un anforazo que hasta uno de los miembros del jurado electoral de entonces lo admitió.
Lo cierto es que ya le tocaba a Roberto Briceño demostrar su capacidad y su sapiencia profesional al frente de la comuna provincial del santa, si en el anterior proceso electoral lo perjudicaron con las conocidas maniobras de quienes saben manejar resultados desde los mecanismos electorales, en esta oportunidad la población porteña le ha otorgado el necesario espaldarazo para que termine con la politiquería de siempre, aquella que no es capaz de pensar en el desarrollo de la provincia sino únicamente en el provecho que puede representar hallarse en tan importante cargo.
La victoria electoral de Roberto Briceño ha generado el natural impacto del arrastre de votos en favor de su candidato distrital en Nuevo Chimbote, en donde el empresario Domingo Caldas ha sido virtualmente ungido como el nuevo alcalde sureño y será el responsable de la conducción del distrito en los próximos cuatro años.
Los conocidos agoreros de la política podrán decir muchas cosas a la luz de los resultados del domingo en la provincia del santa, sin embargo, lo que no se podrá negar es que el voto democrático y mayoritario emitido por los pobladores porteños ha favorecido a un candidato que tiene todas las aptitudes para desarrollar una importante gestión, es el alcalde esperado de las mayorías y ahora tendrá el tiempo y el espacio suficiente como para concretar y redondear una carrera política que no le ha regateado a nadie sino que la ha labrado con tiempo y sacrificio, con obras y no con palabras, desde aquí le deseamos toda la suerte del mundo y estaremos siempre apoyándolo en cuanto emprenda una gestión lucida y transparente como nos la ofreció en toda la campaña.