Pero en Chimbote siguen operando:
Colectivos informales ponen en riesgo integridad física y salud de usuarios.
Mientras que en Trujillo, las autoridades han clausurado los paraderos de los colectivos informales que cubren la ruta Trujillo- Chimbote- Trujillo; en nuestra ciudad, este numeroso grupo de conductores continúan actuando impunemente, poniendo en riesgo la vida de sus pasajeros.
Ni siquiera la injusta y dolorosa muerte del joven ciclista Lance Ramírez de 12 años de edad provocada por un chofer de estos colectivos informales que lo atropelló cuando circulaba de Chimbote a Trujillo, ha generado la indignación de las autoridades ligadas al sector transportes que no han hecho nada al respecto.
Pero mientras en Chimbote se deja circular libremente a los colectivos informales, en la ciudad de Trujillo, ayer un operativo conjunto entre la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (SUTRAN), Fiscalía de Prevención del Delito, Municipalidad Provincial y Policía Nacional- sección tránsito, permitió la clausura de los paraderos.
Sin embargo, aquí en Chimbote, ayer mismo, los conductores informales de estos vehículos, formaban colas en plena avenida Los Pescadores frente a los almacenes RAMSA buscando llenar sus vehículos y ofreciendo pasajes a un costo de 20 soles.
En efecto, estos mismos vehículos que en el último año 2018 sufrieron accidentes, incluso ocasionando la muerte de uno de sus conductores, además de choques diversos y hace poco, causaron la muerte de un joven ciclista de 12 años, circulan sin ningún control ni permiso desde nuestra ciudad.
A vista y paciencia de todo el mundo, los “llenadores” ofertan el viaje a Trujillo, pese a no tener SOAT ni asumir ningún tipo de responsabilidad civil en caso accidente. Es decir, las personas que utilizan este servicio viajan expuestos a todo tipo de riesgo y peligro.