Editorial

Editorial: ::: NEFASTO ATAQUE :::

Un niño de apenas 11 años de edad ha sufrido gravísimas lesiones que le han desfigurado el rostro como consecuencia del feroz y criminal ataque de un perro de raza Pitbull que lo atacó en la calle cerca a su domicilio en el A.H. Balcones del cono norte de Chimbote.

El hecho se registró al promediar las 8.00 de la noche del pasado miércoles cuando el menor de 11 años estaba cerca de su casa y pasó un adolescente que paseaba a dos perros de raza Pitbull y uno de ellos, que no llevaba bozal, se abalanzó sobre el menor y se prendió de su rostro con absoluta fiereza.

El niño lanzaba gritos pero el perro no lo soltaba. Lo había mordido en el rostro y la gran cantidad de sangre desesperó a los transeúntes que acudieron en su auxilio, se expusieron a un ataque del animal pero había que retirarlo de alguna manera pues ni siquiera su propio dueño podía hacerlo.

Fueron momentos dramáticos y cuando por fin consiguieron separar y ahuyentar al animal comprobaron el que menor presentaba graves heridas en el rostro, estaban frente a un caso de desfiguración y por ello lo trasladaron de inmediato hasta el hospital La Caleta en donde los médicos comprobaron la gravedad del caso.

De acuerdo con el diagnóstico inicial del médico de guardia, el menor presentaba herida cortante múltiple en el rostro y cuero cabelludo ocasionado por mordedura de perro, por lo que procedieron a realizar curaciones de urgencia a efectos de detener la abundante sangre que manaba del rostro.

Sin embargo, era inoperativo que el menor fuera sometido a una cirugía no solo para restaurar las profundas heridas sino para reconstruirle el rostro, quienes llegaron a ver al menor señalaron que había perdido parte de la nariz, el ataque había sido feroz y ese hecho configuraba, qué duda cabe, un delito.

Por ello es que los efectivos de la Comisaría de San Pedro, al ser notificados del hecho, se dirigieron en busca de los dueños del animal y dieron con la vivienda de María Corales Aranda, en el A.H. “Jesús de Nazareth”, quien reconoció que su perro había sido el que atacó al menor y que fue como consecuencia del desprendimiento de la correa con la cual lo sostenía su hijo de 14 años.

Al margen de cualquier justificación, que no existe ante un hecho de esta naturaleza, no hay nada que lo defienda, por el contrario, existe marcada negligencia por parte de los dueños del perro al sacarlo a la calle a sabiendas de su ferocidad, y, fundamentalmente, sin la protección  que exige la ley, es decir, sin que lleve un bozal que impida, justamente., que pueda atacar a una persona.

Esto es imperativo y determina la grave responsabilidad que pesa sobre la mujer y sus familiares, ellos deben responder por las consecuencias que genere el animal, con mayor razón cuando no han tomado las previsiones del caso cuando lo han sacado a la calle a sabiendas que allí transita gente que queda expuesta a ese peligro.

Por si fuera poco, dos días después de este grave incidente se produjo otro casi de las mismas características, cuando otro perro Pitbull atacó a un hombre mayor de edad que caminaba por las calles del P.J. San Isidro y de pronto salió el fiero animal que a la carrera se prendió de su pierna izquierda, a la altura de la pantorrilla.

Tal como ocurrió con el menor, el fiero animal no soltaba la pierna del agraviado y mientras lo mordía pedía auxilio al dueño del animal que se encontraba a pocos metros libando licor y se limitó a reírse de la salvajada que hacía su perro, tal como lo dio a conocer el agraviado al sentar la denuncia respectiva.

El agraviado, identificado como Pablo Arellano Ferrer, de 78 años de edad, debió dirigirse por sus propios medios hasta la Posta de Salud de la Magdalena con la finalidad que le suturen las heridas, en donde el personal le hizo las curaciones pertinentes pero le advirtió que hable con los dueños del animal a efectos que lo trasladen al centro antirrábico del hospital La Caleta con la finalidad de descartar que pudiera tener rabia, pues en ese caso la situación de salud del herido podría agravarse y requeriría de un tratamiento diferente e inmediato.

Sin embargo, los familiares del agraviado manifestaron que los dueños no solo se resisten a hacerse responsables de los gastos de las curaciones sino que se han negado a llevarlo al centro antirrábico, hecho que deberán tomarse en cuenta al momento que se investigue este nuevo caso y se sancione a los dueños de este perro que pertenece a una raza sumamente peligrosa y que no debería permitírse que salgan a las calles sin la debidas protección que exigen las normas.

Hay que tener en cuenta que estos no son los dos únicos casos de ataques de perros Pitbull, conocido es que se trata de una raza sumamente agresiva, bastante feroz y capaz de atacar al hombre en cualquier momento.

Por ello es que las autoridades, al margen del sacrificio que se debería decretar de estos animales por haber atacado de manera violenta a dos personas, lo que debería regular es la crianza de estos canes que, por su propia naturaleza son sumamente peligrosos, consecuentemente no deberían ser domesticados o tenerlos como mascota en casa. 

Seguramente que aparecerán detractores de esta postura en la medida que no todos los perros de esta raza tienen esta proclividad por el ataque a las personas, sin embargo, no se puede soslayar que son habitualmente feroces, que tienen esa tendencia a arremeter contra los desconocidos y una fuerza tal que ni siquiera sus propios dueños pueden controlarlos.

De allí que las autoridades no pueden seguir esperando que se produzcan hechos más graves por la mordedura de estos animales hay que tener en cuenta que solo el año pasado se han registrado 280 casos de mordeduras de perros y seguramente que ninguno ha sido materia de una sanción, de allí que las autoridades competentes en este caso deberían tener en cuenta este  nefasto ataque registrado la semana pasada y que ha dejado a un niño con el rostro desfigurado. Esto no puede seguir así.