Editorial

Editorial: ::: ESTIGMA DE SIEMPRE :::

Hace algunos años, luego que la justicia pusiera a buen recaudo al ex presidente regional César Álvarez Aguilar y los funcionarios de su cúpula, se identificó a nuestra región Áncash con el estigma de la corrupción, fue descalificada por el accionar doloso de aquella gestión a la que se calificó en el congreso de la república como “la red de corrupción” y luego como la red criminal.

Ello porque, a decir de los informes congresales, la gestión de Álvarez fue una de las más corruptas que conozca la historia de nuestra región y se enredó en un abanico de hechos criminales que no solo trasuntaron los manejos turbios de los dineros públicos sino que recalaron en crímenes políticos que hasta la fecha no han sido sancionados, como los atentados contra el ex conejero regional, asesinado el años 2014, el asesinato del vicepresidente regional Luis Sánchez Milla y el homicidio de Roberto Torres Blas ambos el año 2010.

Este repudiable legado lo único que generó es el desprestigio de la región, tras la caída de Álvarez los gobiernos no quisieron darle una mano a Ancash, por el contrario, dejaron que solucione su crisis de gobernabilidad y hasta se resistían a derivarle presupuestos para la ejecución de obras, preferían manejar los recursos a través de sus niveles sectoriales en nuestra región.

De allí que, como dice el dicho “el tiempo cura las heridas”, se pensó que esta mácula desparecería en Ancash con la presencia de nuevas autoridades, de otros funcionarios y se enrumbarían los destinos de la Región por sendas que no se encuentren contaminadas con estos descalificados vestigios.

Sin embargo, una reciente estadística proporcionada por el coordinador de las Fiscalías anticorrupción a nivel nacional, Fiscal Superior Omar Tello, nos ha dejado en el mismo pedestal de siempre, al señalar que Ancash es la región que más investigaciones enfrenta por casos de corrupción de funcionarios.

Hay que tener en cuenta que en esta estadística se encuentran aún los procesos penales que se arrastran desde la época de la red de corrupción., sin embargo, no deberían ser tantos si es que algo hubiera cambiado en lo que se refiere a la corrupción.

El Ministerio Publico ha señalado que Ancash es la que acumula más de 600 pesquisas que virtualmente duplica a su más cercano seguidor que es la región Cusco.

Y decimos que tiene el doble de investigaciones porque la estadística se ha entregado en función a los distritos judiciales del país y se señala que Ancash registra 431 investigaciones pero líneas más abajo se considera a “El Santa (Chimbote) con 219 investigaciones

En los medios judiciales se identifica a El Santa como la Corte Superior de Justicia del Santa que tiene como jurisdicción a las provincias de la Sub Región Pacifico más la provincia de Corongo, mientras que Ancash tiene competencia en las demás provincias de la zona sierra.

Por ello es que en toda la región las investigaciones superan las 600 y eso sí que es preocupante, más aun cuando el mismo informe señala que uno de los factores para que se incremente los casos de corrupción es la existencia de las regalías mineras, el canon que suele entregar millones de soles a los municipios en donde se engendra la corrupción.

Claro, en Áncash se cuenta con los ingresos del canon minero y esa fue una de las fuentes de las cuales bebió a raudales la corrupción en la gestión de César Álvarez, fue circunstancial que el canon minero se multiplicara justo cuando accede al cargo el representante de “Cuenta Conmigo” y ya todos saben cómo se esfumaron esos millones.

El Ministerio Público identifica los delitos que son habituales en la corrupción, como peculado, colusión y tráfico de influencias pero también identifica que la mayor parte de los casos de corrupción se incuba en los Municipios, especialmente en los distritales, en donde recalan muchos ex funcionarios que abandonan otras ciudades cuando son denunciados.

“Muchos de estos funcionarios investigados son captados por las mafias, migran a otras municipalidades y ahí cometen el mismo delito”, señala el revelador informe.

Si muchos pensamos que después de Álvarez se tejería otra historia en nuestra región, aparentemente estuvimos equivocados, este flagelo sigue vigente en todas las entidades públicas en donde la deshonestidad y el ventajismo están a la orden del día.

EN EL CAMPO

La semana pasada el alcalde de Nuevo Chimbote, Domingo Caldas Egusquiza, decidió inspeccionar personalmente el avance de los trabajos de la millonaria obra de cambio de las redes de agua y alcantarillado en nueve urbanizaciones del distrito y verificar personalmente las muchas quejas que han formulado los vecinos contra la empresa ejecutora de estos trabajos.

De esta manera, el burgomaestre no solo se entrevistó con los residentes de la obra, sino con los propios vecinos que le trasmitieron sus inquietudes, muchas de ellas en forma de queja por los serios inconvenientes que han denunciado públicamente.

En realidad, es un acierto del alcalde sureño haber llegado a la misma zona de los trabajos, más aun cuando permanentemente ha cuestionado a los medios que se difundan quejas cuando hay de por medio situaciones técnicas que se deben observar desde esa dimensión, sin embargo, creemos que personalmente ha comprobado que muchas de esas quejas tienen asidero.

Por ello lo que hizo fue exhortar a los ingenieros destacados en la obra que se tomen todos los correctivos que se requieren para que los trabajos no perturben la tranquilidad de los moradores, en materia de seguridad, en materia de limpieza y en lo que se refiere a las interrupciones y cierres de calles.

Es pertinente este desplazamiento en la medida que no solo fueron los pobladores los que se quejaron, también otras entidades como la Dirección Regional de Trabajo, la empresa Seda Chimbote y la contraloría general de la república, quienes emitieron opinión reprochando los mecanismos de trabajo. Esperemos que la iniciativa del alcalde promueva mejoras en una obra que aún no termina y que sigue extendiéndose por gran parte del distrito sureño. Pronto veremos los resultados.