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ARQUITECTURA DEL PERIODISMO

Local del Diario de Chimbote:

• El edificio debía ser una fiel expresión del poder de la prensa.

• “En eso coincidimos con don Willy Peláez” recuerda Arq. Marcos Benites Guevara, autor del diseño.

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Emblemático edificio se levanta en la Urb. Buenos Aires.

Arquitecto Marcos Benites Guevara.

En el momento de sentarse frente al tablero de dibujo para empezar a diseñar el edificio del Diario de Chimbote, el arquitecto Marcos Benites Guevara ya estaba convencido de lo que se proponía.

Días antes, cuando el director del diario, don Wilfredo Peláez Gularte, le encargó este trabajo, el joven profesional sabía que no se trataba de plasmar en el papel un diseño cualquiera. Se trataba del primer edificio de Chimbote especialmente diseñado para albergar a un medio de comunicación.

¿Asumió usted este trabajo como un reto o como algo especial?

Yo diría que las dos cosas. Por un lado, el diseño tenía que ser una fiel expresión de la solidez y fortaleza que siempre ha caracterizado al Diario de Chimbote en lo que a opinión y línea informativa se refiere. Por otro lado, se trataba de hacer realidad el primer edificio de Chimbote especialmente diseñado para un periódico. Que sepamos, hasta hoy no existe otro similar en toda la región Ancash y en el norte del país. Para todo arquitecto este proyecto será siempre algo muy especial.

En una oportunidad me dijo usted que este diseño es una manera de darle forma arquitectónica al periodismo.

Así es. Las formas del edificio debían transmitir el principio de independencia y equilibrio que identifica a la prensa, el mismo que está representado en la simetría de la estructura arquitectónica. En eso coincidíamos plenamente con don Willy Peláez. Eso incluye el tratamiento minucioso que otorgamos a la iluminación y la ventilación, qué en ambos casos es de origen natural, lo que va de la mano con otro principio periodístico como es la transparencia con la que debe conducirse un medio de prensa..

¿Hablaron de estos temas con don Willy Peláez?.

Por supuesto. Don Willy era extremadamente minucioso. Quiso que le explique al detalle todo lo relacionado con la parte arquitectónica. Previamente él también me explicó en líneas generales lo que exactamente deseaba. Recuerdo que también me dijo “quiero que este edificio sea una fiel expresión de todo lo que realmente significa el Diario de Chimbote”.

¿Se puede decir que no quedó nada al azar?

Así es. Cada una de las etapas de la elaboración del periódico tiene su espacio propio. Hablamos del despacho de la dirección, sala de reuniones, redacción, diseño y talleres. Pero como quiera que don Willy siempre se proyectaba al futuro, me dijo que también considere un espacio para una estación de radio y televisión. No contento con eso, me dijo que dijo que se proponía hacer del edificio una Escuela de Periodismo donde los estudiantes universitarios pudieran palpar en la práctica lo que aprendían en las aulas.

¿En cierta ocasión me dijo usted que el diseño también incluyó algunas sugerencias de la señora Paula?

Por supuesto, el toque femenino lo propuso ella. Las sugerencias de la señora Paula tuvieron que ver con el diseño del comedor y la sala de visitas, entre otros ambientes. Éstas debían tener la calidez necesaria para que las personas se sintieran en un lugar familiar y afable.

¿Qué recuerdos tiene de la presentación oficial de los planos?

No recuerdo exactamente la fecha, pero fue un día sábado en la casa de don Willy.  Recuerdo que entre los asistentes se hallaban Alfredo López Aguilar, Ricardo Sevillano Valderrama, Alejandro Cerna Huerta, Carlos Ruiz Ayala. La bendición de los planos estuvo a cargo de nuestro obispo monseñor Luis Bambarén Gastelumendi, En el fondo, el edificio del Diario de Chimbote, es la arquitectura convertida en periodismo.

¿Y qué otros recuerdos tiene de don Willy Peláez?

Muchísimas cosas. Pero en este momento viene a mi memoria un hecho anecdótico. Cierto tarde, cuando la Dirección del diario funcionaba en la esquina de Elías Aguirre y Bolognesi, nos hallábamos conversando con don Willy y de pronto alguien lo llama por teléfono. “Hola mi querido Sofo” le escucho decir a don Willy y al término de una amena conversación me dice que quien lo había llamado era nada más y nada menos que Luis Felipe Angell, el famoso Sofocleto. En otra ocasión, también le escuché conversar animadamente con César Hildebranth. Me contó que se habían hecho amigos en la redacción del diario “La Prensa”.

Buenos, ahora hábleme de usted. ¿Podemos empezar con la fecha y lugar de nacimiento?

Nací en Lima el 04 de octubre de 1957, pero vivo en Chimbote desde los cuatro años. Antes mis padres radicaron en Lima. Desde 1963 mi madre y hermanos residimos en Chimbote.

¿Dónde aprendió las primeras letras?

Toda la primaria la hice en la Escuelita Fiscal 333 hoy 88004 de la Avenida Enrique Meiggs del antiguo Barrio Miramar. Luego pasé por la GUE San Pedro, la GUE Alfonso Ugarte en Lima y terminé la secundaria integrando la Octava Promoción del Colegio Militar Gran Mariscal “Ramón Castilla” de Trujillo.

¿Y dónde hizo la carrera de arquitectura?

Fue en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario, República Argentina. Pertenezco a la Promoción 1982.

¿Siempre soñó usted con ser arquitecto?

Cuando llegué a Argentina recién había cumplido 16 años. Los test vocacionales del colegio militar Ramón Castilla, sugerían que iba a ser un exitoso Ingeniero Electrónico. Así que inicié esta carrera, pero me di cuenta que no era lo mío. Posteriormente asistí a unas clases de Medicina hasta que me desmayé en la primera lección de anatomía cuando estuve frente a un cadáver. Luego en la ciudad de Rosario inicié estudios de Ingeniería Civil e Ingeniería de la Construcción en la Universidad Tecnológica de Argentina hasta que finalmente descubrí que mi verdadera vocación era la Arquitectura y hasta ahora creo que fue un hermoso acierto.

¿En ningún momento consideró la posibilidad de ejercer la profesión en Argentina?

Siempre consideré el retorno a la patria. Cuando todavía era estudiante, con unos amigos obtuvimos un premio en el Concurso Nacional de Arquitectura, Segundo Premio en un Concurso Regional y fuimos seleccionados como expositores de la Primera Bienal de Arquitectura Argentina.

En el verano de 1983, tan pronto como recibí mi Diploma de Arquitecto, regresé al Perú.

¿Qué fue lo primero que hizo?

En esos días el Ministerio del Interior convocó un concurso para diseñar el Monumento a los Policías Caídos en la Lucha Contra el Terrorismo. Obtuve el Tercer Puesto y el encargado de entregarme el premio fue precisamente el titular de esa cartera, Dr. Luis Pércovich Roca, quien me dijo que conocía a mi familia. Fue él quien me presentó a personas quienes me encargaron mis primeros trabajos de diseño y ejecución de obras.

Pero usted también ha desempeñado varios cargos públicos.

Si. En 1987 llegué a ser Director Provincial, Sub Regional y Regional de Ancash de Cooperación Popular. Luego Sub Jefe Nacional del Programa de Apoyo al Ingreso Temporal, PAIT, y asimismo Gerente de la Sub Región Pacífico. Fue por esa época cuando obtuve una Beca de Estudios que me concedió la Histadrut y el Gobierno de la Republica de Israel.

¿Cómo llegó a la alcaldía de Chimbote?

En 1990 fui elegido Teniente Alcalde de la Municipalidad Provincial del Santa. Un año después, en 1991, el alcalde Alberto Alfaro Beltrán fue elegido presidente del Gobierno Regional de Ancash. Por ley me correspondió reemplazarlo en la Alcaldía Provincial del Santa.

¿Fue durante su gestión cuando se construyó el Palacio Municipal?

Construimos el Palacio Municipal y remodelamos la Plaza de Armas. Asimismo el Óvalo Paúl Harris, el Mercado de Pescado y el Óvalo de Las Américas. También iniciamos la gestión para la creación del distrito de Nuevo Chimbote.

A propósito, ¿se ha enterado usted que la actual gestión municipal va a convertir la Sala de Arte del Palacio Municipal en oficina del programa Techo Propio?

No, no lo creo, quizás se realice la presentación del Proyecto Techo Propio en la Sala de Arte, pero no creo que eso signifique el cierre de la Sala de Arte. Cuando empecé a diseñar el Palacio Municipal, lo que es ahora la sala de arte iba a ser el estacionamiento de la camioneta de alcaldía, pero le dimos preferencia a la cultura. Como todos sabemos, el desarrollo de una ciudad no se mide solo por las obras de ladrillo y cemento, sino por su nivel cultural. La Sala de Arte es el único especio del que dispone Chimbote para promover el arte y la cultura. Reitero, no creo que se

clausure la Sala de Arte, pues su historia va de la mano con la historia de Chimbote, más aún cuando el actual Gobierno Municipal asegura estar identificando con el trabajo cultural.

¿Últimamente qué otras obras ha diseñado?

Doce edificios para la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional del Santa, el Boulevard del Río Quillcay para la Municipalidad Distrital de Independencia Huaraz, la Fiscalía de Nuevo Chimbote y varios edificios privados incluso en Trujillo, Lima e Ica.

¿Usted también ejerce la docencia, no es así?

Sí, me inicié en la Docencia en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón de Jesús. Actualmente soy profesor en la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad San Pedro y siempre considero que nuestro principal logro entre varios de nosotros los arquitectos ha sido el de materializar la creación de la Primera Escuela de Arquitectura de nuestra Región.

¿Finalmente, qué opinión le merece el desarrollo urbano de Chimbote?

A estas alturas es imprescindible crear la Autoridad de Planificación y Desarrollo Urbano de la Provincia del Santa. Somos una Provincia en constante crecimiento poblacional. Así lo demuestra la creación de los distritos de Coishco y Nuevo Chimbote, que se han desarrollado sorprendentemente. El nuevo distrito de San Pedro va a potenciar ese desarrollo. Para ello se debe abrir por lo menos seis nuevas avenidas paralelas a Gálvez, asimismo una o dos nuevas vías entre Chimbote y Nuevo Chimbote. Del mismo modo se tiene que pensar en demoler el Puente José Gálvez, y abrir los jirones Elías Aguirre y Manuel Villavicencio hacia la avenida Industrial.

¿Eso es todo lo que necesita Chimbote?

Necesitamos generar trabajo y una alternativa podría ser reactivar el proyecto de la Zona Franca Industrial que iniciamos hace veinticinco años pero que lamentablemente quedó trunco. La capacidad para hacer realidad este proyecto existe. La provincia del Santa es inmensamente en recursos y potencialidades.