Cientos de estudiantes se concentraron, previo a la nochebuena, en el frontis del rectorado de la ULADECH Católica, la Universidad que alberga a miles de chimbotanos y que en estos momentos atraviesa por una aguda crisis generada por la deficiente actuación de sus autoridades que la han llevado al riesgo de un cierre inminente.
Así reaccionaron los estudiantes luego de conocerse que la SUNEDU virtualmente ha desestimado el licenciamiento de la mencionada casa de estudios superiores y que para evitar la inminente clausura de sus actividades, como ha ocurrido con la Universidad San Pedro, han conseguido fusionarse con una Universidad de Trujillo, la misma que asumirá el activo y pasivo de la entidad chimbotana para los efectos de no interrumpir los estudios del vasto alumnado que tiene.
Sin embargo, esto es lo que se ha dicho y repetido por parte de las deficientes autoridades “angelinas” como suelen calificarse por el nombre de la Universidad, quienes solo dieron a conocer que habían llegado a un acuerdo con la Universidad Católica de Trujillo, que no debe tener ni la cuarta parte de la infraestructura educativa de la ULADECH, en la medida que esa entidad universitaria si se encuentra licenciada por la SUNEDU.
Hay quienes, inclusive, consideran que esta clase de acuerdos resultan chocantes en la medida que la fusión de dos universidades debería darse en igualdad de condiciones, pues el hecho que una universidad no licenciada se fusione con una que sí lo está, no cambia absolutamente las condiciones de deficiencias que le detectó la SUNEDU para negarle esa calificación.
Sin embargo, las propias autoridades de la SUNEDU han señalado que esa clase de fusiones si son permitidas por la ley, empero, los estudiantes no han sido informados de nada, no saben como mantendrán sus actividades académicas, a quien responderán en sus matrículas y quienes serán los catedráticos que llegarán para continuar con sus estudios.
Inclusive, hay quienes señalan que los estudiantes chimbotanos deberán trasladarse a Trujillo para activar sus matrículas y pagos cotidianos, empero, eso no debe ser cierto pero lo deberían de haber ya aclarado los funcionarios de la Universidad.
Justamente, esta ha sido una de las poderosas razones por las cuales los estudiantes han rechazado a las autoridades de la ULADECH y han pedido la renuncia inmediata del cuestionado rector Julio Domínguez Granda quien se encuentra al frente de esta casa universitaria nada menos que 23 años, por ello lo señala como el gran responsable de la crisis por la que atraviesa la Universidad.
Al respecto, habría que recordar que el pasado mes de octubre o noviembre, cuando se celebró un aniversario más de la Universidad Los Angeles como una entidad católica, el obispo Ángel Francisco Simón Piorno, hasta entonces Canciller de la mencionada alma mater, le exigió públicamente justificaciones al rector Julio Domínguez por la situación de la universidad y el licenciamiento que hasta el momento no se obtenía y que, por el contrario, se escuchaban noticias negativas al respecto.
Esto ocurrió en el marco de una homilía realizada en la Iglesia matriz de Chimbote, al cabo de cuyo oficio religioso el rector pidió la palabra y anunció su alejamiento de la Universidad, hizo una audaz mezcla de palabras para decir que estaba “poniendo su cargo a disposición” y que se concretaría apenas se consolide el licenciamiento de la Universidad.
No se trataba de una renuncia ni de un alejamiento efectivo, el rector Julio Domínguez dejó su “voluntaria” desafectación al proceso de licenciamiento que se realizaba con algunos años de incertidumbre y que ha finalizado, precisamente, con esta suerte de negativa encubierta en una fusión que solo un pequeño grupo conoce.
Entonces, si la fusión se ha implementado para impedir que la negativa del licenciamiento genere el cierre de la ULADECH ello quiere decir que se ha cumplido la condición que públicamente hizo saber el rector Julio Domínguez, es decir, que ha concluido el licenciamiento y, por ende, debe hacer efectivo su paso al costado.
Los hombres de bien deben saber honrar la palabra, tienen que tener el valor de hacer cumplir un compromiso aun cuando éste resulte pernicioso, por algo empeñó su promesa de dejar el cargo de manera definitiva.
De allí que la protesta de los estudiantes estaba justificada en tanto que demandaban que se haga efectivo el alejamiento de quien consideran como el responsable de la crisis por la que atraviesa, del único responsable de haber implementado un régimen vertical que llevó a los docentes a promover su propio Sindicato y hacer valer sus derechos, que llevó a los estudiantes a salir a las calles y demandar mas respeto a sus derechos como estudiantes.
Para nadie es un secreto que se ha cerrado un ciclo en la Universidad ULADECH Católica y este guarda relación con la crítica situación en la que se encuentra, existe una comisión que ha fracasado en la pretensión del licenciamiento y junto al rector tiene que responder por esta descalificación que ha obtenido en el sistema universitario del país.
De nada vale en este momento renegar de la posición de la autoridad universitaria, de la presunta falta de equidad en los cuestionamientos a las diversas casas superiores de estudios, lamentablemente, la única Universidad en Chimbote que no cuenta con un campus universitario, con una ciudad universitaria es la ULADECH.
Muchos no entienden las razones por las cuales el rector ha decidido adquirir predios en diferentes lugares de la ciudad para implementar las diversas escuelas en cada una de ellas cuando se supone que una Universidad es una entidad única que presta sus servicios en un solo y amplio local.
Sabemos que esta ha sido una de las razones por las cuales se le ha denegado el licenciamiento a la ULADECH aun cuando éste no se hizo efectivo por la fusión que plantearon como una carta bajo la manga, pues el rector y sus funcionarios sabían de antemano que no podrían lograr el objetivo y se anticiparon en generar una fusión que a estas alturas resulta incierta y perjudicial para los estudiantes.
Esperemos que se escuche la voz de los estudiantes, de los docentes y los trabajadores de la ULADECH, pero sobretodo que se honre la palabra empeñada y el rector decida de una buena vez dar un paso al costado tal y como se lo ofreció al Obispo.