Mg. Efren Rebaza Custodio:
El histórico distrito de Santa, puerta norte de la entrada a la costa de la región Ancash; siempre ha estado ligado a los momentos históricos de nuestra Patria e indudablemente también ha enfrentado a la presencia de una serie de epidemias que afectaron a un buen número de su población y se llevó a la tumba a muchos de nuestros ciudadanos tal y conforme hoy sufre el pueblo entero los rigores de esta nueva pandemia denominada COVID-19 que igual que otras epidemias, está dejando el dolor y el llanto en varias familias.
La historia recoge a la primera epidemia denominada La verruga “los invasores españoles y su aliado epidemiológico” acabaron con la vida de miles de aborígenes del Tahuantinsuyo entre los años 1528 – 1529 incluyendo el soberano Inca Huayna Cápac. No olvidemos que el 13 de Mayo de 1528 Francisco Pizarro y sus tropas desembarcaron en el Puerto Santa, sin dudas ya traían esta primera epidemia mortal. Otra terrible epidemia fue la llamada Peste Bubónica, conocida como “Peste Negra” ocasionada por las pulgas albergadas en las ratas que abundaban en los barcos de aquel entonces. El primer indicio está registrado con la llegada de la expedición libertadora de Lord Cochrane al Puerto de Santa, el 16 de Noviembre de 1819, en un parte escrito por el Capitán Enrique Gutike dirigido a Cochrane se lee que una de las razones por las cuales anclaron en Santa fue para “Dar atención médica a las decenas de enfermos de peste negra que en un mayor número estaban a bordo del navío “San Martín” y sepultar a los fallecidos a bordo”. En otros documentos se manifiesta que muchos soldados murieron con esa enfermedad y al igual que los fallecidos a bordo, fueron sepultados en las arenas del Puerto Santa. De igual manera se registra que en el año 1882 – en plena guerra con Chile- una nueva pandemia llamada Fiebre Amarilla atacó la costa norte desde Ancash hasta La Libertad, las tropas del ejército chileno acantonados en Trujillo para combatir a la resistencia en la sierra norte sufrieron considerables bajas a causa de esta peste, en un documento escrito por el Comandante Chileno Erminio Gonzales desde Trujillo al Crl Patricio Lynch ubicado en palacio de gobierno; le informa de la muerte de 419 soldados chilenos entre oficiales y tropa de los diversos batallones, entre ellos el Sargento Mayor Marcos Latham Squella el cual como Capitán estuvo en la destrucción de la Hacienda Santeña “El Puente” un 13 de setiembre de 1880 dirigida por Lynch. La fiebre amarilla retornó el año 1921, empezó en Piura y rápidamente se propagó a Lambayeque, Trujillo y el norte de Ancash, se manifestó entre los habitantes de las haciendas azucareras de la costa norte peruana. En un informe del Médico norteamericano Robert Hanson – contratado por Leguía- indica que “La fiebre amarilla atravesó una ineficaz cuarentena terrestre infecto el departamento de La Libertad. Para entonces la epidemia se extendió desde el sur de Piura hasta el norte del Departamento de Ancash”. Indudablemente Santa también fue atacada por esta plaga presente entre el campesinado que laboraba en las haciendas del Valle. Antes el año 1918 la pandemia que causó una gran mortandad en el mundo – 50 a 100 millones de muertos – la mal llamada Gripe española, aparece en plena Primera Guerra Mundial, también se presentó en el Perú causando una gran mortandad en diversas ciudades del Perú, Marco Cueto en una investigación refiere que “Una segunda oleada se produjo en el mes de noviembre de 1918 y febrero de 1919 en la costa norte de Ancash, Trujillo e Iquitos”, tácitamente se puede inferir que esta epidemia también golpeó a la población santeña.
Entre los años 1940 hasta fines de los años 1950, otra epidemia atacó a la población costera del norte peruano, principalmente a los jóvenes andinos que bajo el explotador sistema del “enganche” venían a trabajar en las haciendas azucareras de la costa, esa epidemia era la llamada Malaria, paludismo o terciana, esta enfermedad era ocasionada por la hembra de un zancudo Anopheles (Plasmodium) que se incuba en las aguas estancadas y encuentra condiciones apropiadas como el calor del verano costero y la vegetación. Es conocido que muchos jóvenes (varones y mujeres) llegados del ande liberteño y ancashino, murieron en las haciendas del valle víctimas de esta letal enfermedad pues “a los estragos físicos de las explotadoras jornadas, se sumaban el cambio de clima, la alimentación y la falta de atención sanitaria en las haciendas”, varios de estos braseros del ande jamás regresarían a sus pueblos de origen pues fallecieron en las haciendas del valle santeño. El año 1991 una nueva epidemia atacaría al Perú, el Cólera afecto a 322,562 personas y dejó un total de 2909 fallecidos. El Doctor Ciro Maguiña y otros señalan que “los tres hospitales de Chimbote durante el mes de febrero de 1991 atendieron a 300 pacientes por día”, aun gran parte de la población santeña recuerda los estragos de esta epidemia ocasionada por las pésimas condiciones de salubridad y la falta del agua potable. Finalmente, hoy no encontramos con la nueva Pandemia, el COVID-19 – para algunos con origen geopolítico- que al igual que las anteriores descritas- epidemias y pandemias- han llegado al distrito de Santa y están causando estragos en la sufrida población pero como las anteriores pasaran dejando tristes recuerdos, de gente que no acata las cuarentenas, la falta de infraestructura sanitaria, hogares donde algún familiar ya no se encontrará jamás, frías estadísticas y recomendaciones que como antes nunca se ejecutan, pero definitivamente la vida no volverá a ser la misma de antes, en todos sus aspectos, solo tenemos que cambiar volviendo la mirada hacia nuestro origen, la naturaleza que hoy frente al repliegue del hombre vuelve a sus antiguos espacios.