Hace solo unos días se dio cuenta de la decisión de un Fiscal antidrogas que dispuso la liberación de un sujeto detenido con drogas bajo el argumento que presentaba síntomas de Covid y fiebre alta, por lo que determinó que la autoridad lo cite para los efectos de continuar la investigación.
No hay que ser un especialista en leyes para saber que una persona que ha sido detenido en flagrancia de delito, con estupefacientes destinados a la venta al menudeo recibe una medida de restricción de su libertad y generalmente en enviado al Penal debido a la connotación y gravedad del delito.
Sin embargo, en estos tiempos de pandemia se ha optado por disponer la liberación de los detenidos bajo el argumento de presentar un diagnóstico probado de Covid, pues lo que se busca es evitar que su presencia en el centro penitenciario procure el contagio masivo de los reclusos.
En el caso comentado, el sujeto intervenido, de unos 34 años de edad, fue intervenido con un alijo de 201 gramos de marihuana a granel y en su defensa adujo que presentaba fiebre y manejaba una prueba rápida, del hospital La Caleta, que confirmaba que se trataba de un caso positivo de Covid, razón suficiente para que se dispusiera su inmediata libertad.
A propósito de este tema, hace solo algunas semanas la televisión nos trajo una denuncia que mostraba a un Fiscal de Chiclayo ordenando la liberación de un detenido también por transportar drogas, cuyo abogado había advertido a las autoridades que estaba contagiado por Covid y que al realizarse la prueba rápida había incurrido en maniobras que ni siquiera permitieron a la autoridad verificar que la información era cierta.
Por ello las imágenes, propaladas por indignados Policías, permitían observar a un Fiscal ofuscado e incómodo por las preguntas y cuestionamientos de la Policía, afirmando que disponía la liberación del detenido por existir un “presunto” contagio de covid y que procedía de esta manera por disposición superior.
En realidad la justicia no se puede manosear de esta manera, menos aún se puede permitir que una realidad tan lacerante para el país y el mundo, como es la pandemia del Covid 19, pueda ser utilizada como un pretexto para liberar a la delincuencia, no creemos que las advertencias relacionadas con la prevención en materia penal puedan derivar en providencias inmediatas de libertad pues ello se presta para muchas cosas.
Es cierto que el Covid es una enfermedad sumamente contagiosa y que puede tener efectos mortales, incluso, es de dominio público que ha generado serios estragos en los establecimientos penitenciarios cuando al iniciarse la emergencia no se adoptaron medidas preventivas en un escenario en donde la tugurización es el pan de cada día.
Se debieron adoptar muchas medidas para impedir que este mal se entronice en los centros de reclusión, se dictaron normas legales que permitieron liberar a aquellos sentenciados que han cumplido la mayor parte de su condena, para permitir el egreso de reclusos vulnerables, entre otros dispositivos.
Inclusive, los propios jueces y fiscales se muestran más flexibles al momento de decidir una privación de libertad, empero, ello no puede dar lugar a que los delincuentes que cometen delitos graves puedan ganar las calles y eludir la acción penal rápidamente.
El Covid 19 o Sars Cov 2, como se le denomina, es una enfermedad contagiosa que se puede controlar con una cuarentena cuando no se tratan de casos severos que requieren hospitalización, como es el caso de los delincuentes que alegan estar contagiados, de allí que no se entiende como en cualquier otra actividad las autoridades disponen que los casos positivos vayan a una cuarentena de 15 o 20 días y luego se retiren a sus hogares. ¿Acaso no se puede hacer lo mismo con los detenidos? ¿No han podido las autoridades disponer de un inmueble convenientemente vigilado para someter allí a los traficantes, violadores o estafadores que aleguen tener el Covid para poder enviarlos a prisión una vez que han superado el contagio?
Esta falta de previsión ha permitido que se procure un mecanismo ilegal con el cual se puede conseguir la liberación de avezados delincuentes, es la ventana por la que se vienen escapando sujetos peligrosos a los que no solo les basta estar contagiados, sino que llegan a contratar a abogados al servicio de mafias que son capaces de conseguir pruebas positivas para justificar una libertad que luego se convertiría en impunidad. Creemos que este tema debe ameritar una cuidadosa revisión, más aun cuando tendremos que vivir mucho tiempo más con esta pandemia.