La semana pasada un equipo de auditores de la oficina regional de la Contraloría General de la República llegó al hospital III de Laderas del Norte con la finalidad de recoger información y solicitar documentos relacionados con la contratación de servicios por parte de la Red Asistencial Ancash de esta institución.
La presencia de los auditores guarda relación con los públicos cuestionamientos que se formularon a partir de reclamos de empresarios de rubro funerario por un supuesto favorecimiento a una sola empresa, en los servicios de los pacientes fallecidos a causa del Covid 19.
Dicho cuestionamientos estaban relacionados con la contratación de una empresa sin que se haya tomado en cuenta a otras no solo en lo que concierne al retiro de los cadáveres y su traslado al camposanto, sino en la cremación de los mismos.
En realidad esta no es una novedad, no se trata de un cuestionamiento nuevo, por el contrario, fue recogido de manera irresponsable en medio de la crisis y la pandemia por medios que atendieron los intereses de empresarios que inicialmente ni siquiera le prestaron atención al tema y que no estaban dispuestos a exponerse en un caso tan delicado como es la manipulación de cadáveres de personas contaminadas con covid.
Justamente, en esa oportunidad el gerente de la red asistencial III de Essalud, Dr. Ramón de la Cruz Castillo, explicó detalladamente los alcances de la contratación de la empresa que estaba a cargo de estos trabajos, específicamente la funeraria encargada del retiro de los cuerpos porque en lo que se refiere a la cremación no existía argumento alguno en la medida que solo hay una empresa que se dedica a estos servicios.
Y por entonces el galeno mostró los documentos que demuestran el accionar correcto y legítimo de su institución para la contratación de esta empresa, recordó por ejemplo que en esos meses, hablamos de marzo y abril, nadie quería saber nada con el covid, se espantaban con la sola mención de esta labor y la única empresa que atendió la convocatoria fue la que ellos contrataron.
Inclusive, recordamos aquellos pasajes en la que el gerente narraba que esta situación era tan crítica, en tiempos en que los muertos llegaban a 15 por día, que ni siquiera existía personal para trasladarlos y en varias oportunidades tuvo que ponerse el overol y cargar los cuerpos adoptando todas las medidas sanitarias del caso.
De allí que pensábamos que este tema ya estaba superado, que las justificaciones que proporcionó el gerente de Essalud fueron lo suficientemente comprensibles como para dar vuelta a la página y seguir adelante con la batalla contra el covid, empero, la intervención de la Contraloría ha generado que se remuevan los conchos que dejó esta batahola.
Lo que nos llama la atención es que se distrae la atención para investigar a los únicos que en el momento más crítico de la enfermedad, cuando no se conocían sus reales alcances y cuando ni siquiera se conocía como manipular convenientemente a los contagiados sin temor a contaminarse, resultaron siendo los que pusieron el pecho ante la crisis sanitaria.
Esos que lidiaron en medio de serias carencias con la enfermedad y debieron apelar a lo que había en ese momento, hoy vienen siendo cuestionados cuando en aquellas ocasiones nadie “quería cargar con el muerto”.
En realidad, ahora se comprende las reacciones de la competencia, pues nadie pensó que el entierro o cremación de los fallecidos por el Covid se convertiría en un negocio realmente atractivo y lucrativo, el manejo de las cuentas ha puesto al descubierto que aquellos que desdeñaron este tema y se resistieron a participar de esas actividades, ahora quieren tomar parte presionando para que nuevamente se someta a un proceso de selección.
De todas manera, las acciones y decisiones de los funcionarios que manejan recursos del estado o aquellos que aporta el estado, está sujeta a una permanente fiscalización, de allí que los representantes de Essalud acogieron la llegada de los auditores y apoyaron las pesquisas que necesiten realizar para un necesario deslinde.
Es la manera como se debe proceder aun cuando, somos conscientes que este tema ya se había superado y golpeaba de manera injusta a quienes se mantuvieron en primera línea en la lucha cerrada el Covid cuando realmente “las papás quemaban”.