COJEA
La testarudez es la peor de las deficiencias que puede tener una persona y que la puede llevar a fracasar una vez más a pesar que se supone ya tendría la experiencia como para no volver a tropezar. Es el caso del candidato del partido Morado, Julio Guzmán Cáceres, a quien permanentemente sus enemigos políticos le recuerdan sus desvaríos personales y familiares cuando fue sorprendido en una cita intima extramatrimonial al desatarse un incendio en la alcoba en la que se encontraba. Recordemos que Guzmán quedó al margen del último proceso electoral presidencial debido a una errónea afiliación a la que se sometió por carecer de un movimiento propio para postular, apostó por lo que en política se conoce como “vientre de alquiler”, para integrar las filas de un movimiento ya acreditado, pero no tomó en cuenta los procedimientos de democracia interna que lo llevaron a ser descalificado cuando tenía las mejores opciones. Cuatro años después, ya con todo el desgaste que ha significado su ambición de llegar a la primera magistratura del país, Guzmán vuelve a cometer otro craso error que le puede costar la elección. En esta oportunidad, pese a las sugerencias de los abogados y de los personajes con experiencia electoral, decidió inscribir al actual presidente Francisco Sagasti como primer vicepresidente. Ovinamente, el organismo electoral no ha aceptado esa postulación por una cuestión lógica y puntual como es el hecho de ser el actual jefe de estado, su posición a la fecha le impide postular a un cargo público, sin embargo, pese a todo ello Julio Guzmán insistió en incluirlo en su plancha presidencial bajo el argumento que solo ha remplazado al vacado ex presidente, cuando en realidad es congresista y no puede volver a postular. Ahora, el Jurado Nacional de Elecciones ha decidido declarar improcedente su postulación y ha inscrito la plancha del partido morado incompleta, es decir, solo va con el candidato presidencial y una candidata a la primera vice presidencia. Los peruanos ya saben lo que sucede con las planchas incompletas, esto le puede costar muy caro al candidato moradito.
QUINTA
La semana pasada se dio cuenta de la condena que se le impuso en Huaraz al ex presidente regional César Álvarez Aguilar por un caso de malversación de fondos que tenía pendiente en la justicia de esos lares. Dijimos que se trataba de la cuarta condena que se imponía al ex titular de Áncash y la primera de la justicia huaracina, empero, tenemos que reconocer que hubo un error en esa anotación. En realidad, se trataba de la quinta condena contra el ex presidente regional y la segunda que se le dicta en Huaraz, pues la primera fue en el mes de enero del presente año cuando un Juzgado unipersonal dictó una condena de 10 años de cárcel contra el ex presidente regional en un proceso penal que se le siguió por delito de corrupción en el caso de la construcción del estadio “Rosaspampa” de esa ciudad. En efecto, contra César Álvarez se han dictado dos condenas en Chimbote, una en Lima y dos en Huaraz, la primera en nuestra ciudad es por el caso de malversación de fondos en la que se le impuso dos años de pena efectiva, la segunda fue en Lima en donde se le aplicó 8 años y 3 meses por el caso de la carretera Chacas San Luis, la tercera condena fue la del sonado caso SISA en la que se le impuso 4 años de carcelería, la cuarta fue en Huaraz por el mentado caso del Estadio “Rosaspampa”y la quinta fue la semana pasada en Huaraz en donde se le impuso cuatro años de pena suspendida por un caso de malversación. La sexta condena será la que se dicte en estos días en el caso Nolasco. Por el momento suma 24 años de cárcel y pueden acumularse otros más porque después del caso Nolasco se viene el caso La centralita.
MULTAS
La reciente ordenanza municipal que ha publicado la comuna provincial del Santa establece nuevamente la multa por arrojar basura a la vía pública. Estos casos se refieren a aquellos inescrupulosos que llevan basura de otros lugares para arrojarla a los botaderos que se forman en determinados lugares de la ciudad. Bueno pues, la comuna ha limpiado gran parte de ellos y los viene protegiendo, de tal suerte que aquellos que fueran sorprendidos llenando nuevamente las calles de desperdicios serán multados. Es de esperarse que se ejecute esta ordenanza y no quede en letra muerta. Ya es momento de defender la ciudad de la terrible contaminación que generan los cochinos, esa gente que lejos de sacar su basura en los horarios que pasa el carro recolector prefiere arrojarla en plena vía pública. Mano dura con ellos.