Mg. Miguel Koo Vargas (*)
Una semana más sin conocer con claridad los resultados del proceso electoral de la segunda vuelta, y en medio de esta incertidumbre, siguen apareciendo evidencias concretas que ponen en tela de juicio un proceso lleno de irregularidades y destapes escandalosos. El tiempo se va agotando de cara a la toma de mando, y la ONPE todavía estancada en un callejón tan oscuro como el presente que nos rodea. No les importa en lo absoluto llegar hasta el fondo de la verdad, pues, existen muchos intereses debajo de la mesa que están en juego. Intereses que también mantienen expectantes a muchos países y empresas extranjeras.
Estos entretelones han sido útiles para comprender cómo es que las fuerzas que luchan por establecer la mentira, el fraude y la violencia, vienen operando a vista y paciencia de las autoridades de turno. El presidente Sagasti salió hace poco a denunciar que militares en retiro se encontraban instigando al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas a “promover un golpe de Estado”, cuando la verdad sobre dicho oficio, no era más que el de recordarles cuál es su deber como hombres custodios de la soberanía de la nación, frente a los aviesos actos de intimidación, zozobra y amenazas por parte de un sector radical del comunismo. A pesar de los audios reveladores que han salido a la luz la última semana, la respuesta del Ejecutivo sigue siendo el mutis de siempre al que nos tienen acostumbrados, una actitud pasiva, deleznable, paupérrima y pusilánime. ¿Estarán esperando que ocurra una desgracia para que recién intervengan a los involucrados?
Lo cierto es que las autoridades que están llamadas a velar por la integridad, la justicia y el orden interno, no hacen más que hacerse de la vista gorda y dejar que el ladrón ingrese a la casa por la puerta abierta. El modus operandi del comunismo de los 70’ y 80’ regresa con fuerza al presente para levantarse en peso a todos aquellos que representen un estorbo en el camino, una piedra en el zapato, un “skandalon” (obstáculo en griego) al plan socialista revolucionario. El Perú está en un estado de emergencia, y no precisamente por la pandemia, pues el virus del marxismo/leninismo/mariateguismo está ya inoculado en buena parte de la población peruana y está haciendo estragos mucho más nocivos para nuestra sociedad.
Esta situación de indiferencia frente a las evidencias, me recuerda mucho las revelaciones que dijo la Santísima Virgen en Garabandal, cuando les dijo a las niñas que muchos pastores de la Iglesia, estaban arrastrando a millones de almas a la condenación, producto de la corrupción en sus corazones y sus pecados. Los obispos de aquella época, a pesar de los múltiples milagros, negaron las apariciones de Garabandal, y apoyaron investigaciones irregulares que quisieron restar legitimidad a estos acontecimientos ocurridos en este pequeño pueblo de España. Simple y sencillamente, un intento inútil del hombre por intentar apagar la verdad con el engaño, como querer tapar el sol con un dedo.
He reflexionado mucho sobre esta situación que vivimos, y como no podría se de otra manera, le encuentro una relación directa con aquello que Dios nos revela en su Palabra, día tras día. Cuando la mentira intenta hacerse pasar por verdad, siempre deja pistas para que sean descubiertas por aquellos que se acercan a la luz para demostrar que sus obras están hechas según Dios. El engaño nunca es completo, pues la verdad siempre amanece. Al final de todo, la luz brillará en medio de las tinieblas, y las tinieblas no podrán vencerla. Entonces, los destapes de esta máquina de falacias se seguirán dando a lo largo de los días venideros. Estemos muy atentos con el desenlace de esta novela dramática que pone en jaque al bicentenario de nuestra república, y no dudemos ni un minuto en hacer prevalecer la verdad, sobre todo.
(*) Analista y asesor de comunicaciones