Hace apenas unas semanas, el gigante de los refrescos Coca Cola experimentaba en cuestión de minutos un descenso millonario en su valor bursátil por una cantidad de más de 3.900 millones de dólares.
El motivo tuvo su origen en la anécdota protagonizada por el futbolista luso Cristiano Ronaldo quien, en la rueda de prensa realizada después del encuentro futbolístico entre Portugal y Hungría, rechazaba con semblante serio sendas botellas del famoso refresco mientras tomaba en su mano un botellín para pedir que le trajesen agua. Esta sencilla declaración de intenciones, en el mundo hiperconectado en el que nos movemos, recorrió el planeta en cuestión de segundos derivando en el consiguiente desplome del valor en bolsa de la famosa compañía de refrescos.
Siendo Coca Cola uno de los patrocinadores más relevantes de la Eurocopa, la UEFA ha manifestado que este desplante del futbolista podría dar lugar a sanciones, aludiendo a las obligaciones contractuales en referencia a los patrocinadores. Y es que tras un año de parón por la pandemia, la UEFA corre a celebrar todos los eventos posibles a pesar de los reproches recibidos por uno de los ministros alemanes, que llegó a calificar al organismo de irresponsable por reunir a grandes multitudes en sus torneos, a pesar del repunte de casos causados por la variante delta.
Cómo ha afectado a Coca Cola
Si bien el gesto del jugador ha sido claramente despectivo hacia la popular bebida, el suceso no ha llegado a mayores pues, aunque su valor en bolsa sufrió un rápido y notable descenso, ya parece haberse recuperado y las acciones de Coca Cola se cotizan en este momento en 53,87 dólares. Además, hay que tener en cuenta que existen otros factores que pueden haber influido en esa caída, como el descuento de dividendos que realizó la compañía, hecho que justificaría una parte importante de la pérdida.
Los tiempos cambian y las empresas cambian con ellos
Así es. Hace años las empresas accedían al consumidor a través de unos medios definidos y concretos, pero esta situación ha cambiado y la nueva era requiere de flexibilidad y una rápida implementación de las acciones necesarias para la adaptación.
Las nuevas redes sociales permiten a los deportistas acercarse a sus fans de una manera cada vez más espontánea y natural y en casos como el del jugador Ronaldo y su cuenta de Instagram, consiguen hitos en cuanto a la cifra de seguidores, lo que nos proporciona una visión bastante clara de lo que las redes suponen en el mundo actual y el efecto inmediato de las acciones de los influencers.
Y las empresas son muy conscientes de ello. Especialmente cuando se trata de una empresa líder en su sector que ha logrado mantener sus posiciones incluso en el contexto en el que la economía se ha movido desde el inicio de la pandemia.
Estrategia de Coca Cola en redes
Conocedora de la importancia de la presencia y la imagen en las redes sociales y de su potencial para llegar a nuevos consumidores, la compañía no ha dejado de tomar parte en los sucesos con tinte social que se están sucediendo en los últimos tiempos. Así, dada la relevancia que ha tomado la salud medioambiental, convirtiéndose en una de las prioridades de las principales potencia mundiales, la empresa apostó por aportar su granito de arena impulsando el proyecto “Mares Circulares”, cuya misión es abordar el problema de los vertidos de residuos plásticos desde todas las perspectivas, al tiempo que mejora su imagen pública.
Otro ejemplo del uso de su presencia en las redes lo constituye la decisión adoptada el pasado año al suspender su actividad publicitaria durante treinta días -decisión que también fue adoptada por otras muchas empresas destacadas- en todas las redes sociales con motivo de las protestas raciales que sacudían los EEUU.
Invertir en empresas sólidas
Es, en definitiva, un ejemplo claro de una compañía que ha sabido adaptarse a los tiempos y así lo demuestra la evolución del precio de sus acciones a lo largo de los años. No olvidemos que otro de los factores que puede incitar a los inversores de empresas como Coca Cola es el reparto de dividendos que lleva realizando a lo largo de varias décadas.
El precio de las acciones se ha ido incrementando a lo largo de los años, desde el 2009 hasta el 2020 el precio ha aumentado en un 200%, pero incluso aunque un inversor no disponga de un capital elevado, pero sí tenga experiencia realizando trading online, puede comprar acciones a través de derivados financieros como las CFDs pues estos productos funcionan a través del apalancamiento -que precisamente eleva el riesgo de las inversiones de forma importante, por lo que no resulta adecuado para todos los inversores-, y buscan obtener beneficio de las fluctuaciones en el precio a corto plazo.