Editorial

::: CHANKILLO ES AHORA PATRIMONIO MUNDIAL :::

Confirmado: 500 años antes de la era cristiana, los antiguos pobladores de Casma ya podían predecir, con mucha anticipación y total certeza, en qué momento y con qué magnitud se iban a producir determinados fenómenos climáticos y atmosféricos. Hablamos de lluvias, mareas altas, olas de calor y el evento que ahora conocemos como fenómeno El Niño.

Para obtener esta valiosa información los antiguos casmeños contaban con Chankillo, un centro de observación astronómica que les permitía seguir con asombrosa exactitud el movimiento del sol, astro al que también veneraban. Hace dos días, Chankillo acaba de ser declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, lo que representa un merecido reconocimiento al aporte cultural de los antiguos peruanos y un justo regalo al país en el marco del Bicentenario de nuestra independencia nacional.

El observatorio consiste en una imponente construcción de piedra que se levanta sobre una pequeña meseta  desértica, que se halla a 10 kilómetros al sur de la ciudad de Casma. Está formado por tres murallas concéntricas de 8 metros de altura que encierran pasadizos laberínticos y asimismo por trece pequeños torreones alineados en dirección este a oeste.

Todo lo que ahora se conoce acerca de este importante complejo arqueológico, se debe a un trabajo de investigación científica desarrollado a lo  largo de 10 años por el arqueólogo Iván Ghezzi, director del museo instalado en el mismo lugar. La conclusión más resaltante de la investigación, y por ahora la más indiscutible, es que Chankillo constituye el observatorio solar más antiguo de América.

Gracias a este trabajo de investigación, y merced a las gestiones emprendidas por el patronato de cultura y turismo de la ciudad de Casma, el ministerio de Cultura solicitó a la UNESCO inscribir a Chankillo en la lista de monumentos considerados patrimonio mundial. Para ello también fue necesario que el Congreso de la República declare de interés nacional esta gestión. Este último requisito se obtuvo gracias a la aprobación por unanimidad del proyecto de ley 1826 de fecha 25 de agosto del 2017, sustentado por el entonces congresista ancashino Carlos Domínguez Herrera.

No cabe duda que la declaratoria de Chankillo como patrimonio mundial, va a tener un enorme impacto en el turismo regional. Se espera que el flujo de turistas nacionales y extranjeros que vendrán a visitar este valioso patrimonio, sea considerable. Eso obliga a las autoridades del gobierno regional y de la municipalidad de Casma a tener que pensar en una campaña de promoción turística cuidadosamente diseñada.

Este flujo de visitantes va a requerir de una mayor cobertura no solamente  por parte de los servicios básicos de guía, hospedaje y restaurantes, sino también de los servicios complementarios de transporte y recreación. Eso significa crear las condiciones de seguridad y confianza  para atraer la inversión privada.

Algo que también es importante tener en cuenta, es la necesidad de fortalecer la conciencia o turística de la población, indispensable para el desarrollo responsable y sostenido de esta actividad. Para ello se tendrá que implementar un programa de charlas informativas y de motivación, dirigidas tanto al sector empresarial como a la población escolar y universitaria.

La UNESCO y el ministerio de Cultura ya cumplieron con poner su parte. Ahora le corresponde al gobierno regional y local poner lo suyo.