Era testigo clave del primer atentado contra Ezequiel Nolasco Campos y la silenciaron la madrugada del 11 de julio del año 2013. El asesinato de Hilda Saldarriaga Bracamonte, “la mama”, no quedará impune, pero la carpeta fiscal tuvo que ser llevada a Lima para que se esclarezcan los hechos, de lo contrario, tal vez nunca se hubiera conocido la verdad.
Para la Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Organizada, el expresidente regional de Ancash y el exalcalde provincial del Santa, César Álvarez Aguilar y Luis Arroyo Rojas, respectivamente, ordenaron el asesinato de Hilda Bracamonte Saldarriaga y para ello utilizaron como intermediarios al entonces efectivo policial Ricardo Patiño Marmanillo quien tenía acercamiento con la víctima y a Rubén Moreno Olivo, alias “Goro” quien contrató a los sicarios.
Este último contactó a los delincuentes Jorge Luis Malca Valencia, alias “Chino Malca”; Christian Joel Crúzate Pereda, alias “colombiano” (asesino confeso de Ezequiel Nolasco Campos), Kenyi Iván Cruz Alejos y Adán Siccha Vilchez (este último quien hizo la labor de reglaje con un tercero aún no identificado) para que ejecuten el crimen por lucro en favor de la organización criminal.
Junto a ellos, también será investigada Sheila Ethan Ramírez Policarpio, increíblemente la abogada de la víctima, quien logró persuadirla inicialmente para que reciba dinero a cambio de su silencio, por encargo de los propios instigadores del homicidio calificado, para posteriormente traicionarla y ocultar información sobre las personas que planificaron su muerte.
El Fiscal Álvaro Bernardo Rodas Farro, responsable de la Tercera Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Organizada ha dispuesto formalizar y continuar investigación preparatoria por el plazo de ocho meses en contra de estas nueve personas a quienes ha acusado de los delitos de homicidio calificado, asociación ilícita para delinquir, encubrimiento real, omisión de denuncia y obstrucción a la justicia.
Rodas Farro ha establecido en su teoría de la imputación, que Hilda Saldarriaga Bracamonte fue asesinada porque estaba dispuesta a participar del juicio oral en contra de los procesados por el primer atentado de Ezequiel Nolasco Campos y porque iba a acudir a la diligencia de peritaje fonético para confirmar su voz en los audios y vídeos donde se le observa dialogando con el suboficial Ricardo Patiño Marmanillo y el abogado José Carrasco Alvarado, exigiendo dinero a cambio de mantener su silencio.
De los nueve investigados, ocho de ellos permanecen presos en diferentes penales del país, procesados por los casos “La Centralita” y “Crimen de Ezequiel Nolasco”; en tanto que la abogada Sheila Ethan Ramírez Policarpio es la única que por ahora será investigada en libertad. Al no haberse solicitado ninguna medida coercitiva en particular, son investigados bajo comparecencia simple, hasta que el Fiscal solicite alguna medida distinta que puede ser comparecencia con restricciones o prisión preventiva, estas dos últimas que deben dirimirse en una audiencia única ante el Juzgado de Crimen Organizado.
Fiscalía identificó e investiga a 9 personas por crimen de Hilda Saldarriaga.