BAMBALINAS
El recientemente reaparecido ex gerente municipal de Nuevo Chimbote, Rodolfo Barrantes Machaca ha formulado una acusación bastante delicada en el marco de la última conferencia que ofreció a los medios de comunicación anteayer jueves. Ha dicho que las denuncias formuladas contra el ex alcalde Juan Gasco Barreto, y, consecuentemente, contra su persona han sido producto de una venganza del empresario Edwin Borja pues el ex burgomaestre no le permitió involucrarse en la conducción de la Municipalidad. Sustentó su dicho en el hecho que el mismo médico le pidió al hijo del ex alcalde Gasco la suma de un millón de soles para levantar las denuncias y sacar a su padre de esta situación, sin embargo, esta aseveración solo se ha corroborado hasta el momento en la declaración de un testigo y hasta donde entendemos en estos temas los testigos dicen y se desdicen perdiendo toda clase de credibilidad. Empero, lo que ha señalado respecto a Borja llama la atención porque arguye que la finalidad de la denuncia era sacar a Juan Gasco del cargo para que asuma su lugar el primer regidor de entonces, Robert Sáenz Huamanchumo, “de esta forma el denunciante tendría el manejo de la comuna para sus intereses empresariales” ha señalado de manera tajante tratando de darle forma a su hipótesis de la venganza y ambición de poder. Por eso los periodistas le preguntaron como podría hacer eso si Borja no era amigo de Sáenz ni correligionario del movimiento que lo llevó al Municipio, por lo que, manifestó que “el ex regidor habría sido también parte del plan”. Huummm, esto sí que es bien delicado, ahora que Don Rodolfo Barrantes está libre y solo sujeto a un mandato de comparecencia restringida, tendrá mucho tiempo para poder demostrar su teoría acusatoria, pues jamás nos habríamos siquiera imaginado que existía otra persona tras bambalinas que estaba a la espera de la caída de Gasco Barreto y que ese individuo haya sido nada menos que su primer regidor.
DIFICIL
Lo que si resulta difícil de concebir en esta suerte de explicación que ha otorgado el ex gerente municipal es que la modalidad aludida no encaja. En efecto, nadie puede pensar que formulando una denuncia antojadiza contra un funcionario será suficiente como para sacarlo del cargo, pues cualquiera que tiene dos dedos de frente es consciente que una denuncia requiere de un tiempo de investigación, está sujeta a manifestaciones, pericias, inspecciones, etc., no puede salir de la noche a la mañana como para pensar que la fiscalía solicitaría la prisión del ex alcalde de manera inmediata o que le sancionen una vacancia. Por el contrario, esta clase de denuncias se toman su tiempo en la tramitación, como que en efecto, solo concluyó la investigación preliminar cuando ya el ex acalde había dejado el cargo, por ello es difícil de pensar que los cargos se formularon contra Gasco Barreto solo para dejarlo fuera del puesto, eso es realmente infantil y no dice nada bien de las coartadas que proporcionan los involucrados en el festín que la Fiscalía investiga al ex alcalde y sus familiares que están sujetos a lavado de activos.
JULITO
No entendemos las razones por las cuales el gobernador regional nombra al frente de la UGEL Santa, a un ex director que fue cuestionado y que dejó el cargo en medio de la repulsa de la comunidad educativa de Chimbote, como es el otrora “Doctor Chapatín”, Francisco Domínguez Timoteo. Lo más grave es que este funcionario parece que solo ha llegado a prestar juramento y en la sede educativa no lo ven, dicen que viaja a Huaraz en comisión de servicios, por ello apenas pisó suelo chimbotano hizo migas con el controvertido ex director de la sede educativa Julio Vargas Sánchez, a quien suele encargar el despacho cuando sale de viaje. Esto es bastante sintomático en la medida que un funcionario que debería estar descansado en su casa “por límite de edad”, se ha convertido de la noche a la mañana en el verdadero mandamás de la UGEL. Esto no es falso, los funcionarios educativos sujetos a la ley 20530 cesan en sus cargos apenas cumplan 65 años de edad, este es un trámite automático que se ha visto en todos los ex funcionarios que han llegado a esa edad, pero curiosamente no funciona en el caso de Julio Vargas, quien no solo ha encontrado la manera de neutralizar el trámite la emisión de la resolución que debe cesarlo por límite de edad, sino que ha persuadido al actual director para que se vaya tranquilo a su tierra que él maneja la entidad. Inclusive, los servidores de la UGEL han advertido que ya se nota la mano de “Julito” porque en silencio han regresado las ahijadas, quienes son las únicas contratadas que cobran viáticos y bonificaciones. Ayayyaayyyyy, que penita por la UGEL.