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SÁNCHEZ HA TRAZADO EL CAMINO, ALGO ES ALGO

Y ahora que vengan los otros:

Ha tomado de sorpresa la decisión de César Sánchez Ulloa, ex – directivo de José Gálvez, quien de su propia iniciativa decidió pagar deudas con los ex jugadores galvistas chimbotanos que figuran en esa larga lista hecha pública hace algunas semanas.

José Falconí Rivero, Luis Mayme Quijandría y David Ponce De León Quiroz son los tres jugadores con los cuales Sánchez arregló para cancelar las deudas con la única condición que los tres tenían que firmar ante la SAFAP que ya no había deuda de por medio.

Sánchez Ulloa formó parte de la directiva de José Gálvez, cuando en julio del 2013 llegó a la presidencia Augusto Sipión Barrios. Sánchez era uno de los vicepresidentes.

Se entiende que él conoció en detalle todo lo que ocurrió en ese año y medio que el club descendió hasta la Copa Perú, desde el fútbol profesional.

Como hincha galvista ha seguido de cerca todo este proceso en los años siguientes, y ahora aprovechando que estuvo presente en un evento deportivo, donde participaban los tres ex jugadores antes mencionados, conversó con ellos y arregló las deudas ya conocidas públicamente.

Él ha dado el primer paso y el siguiente lo tienen que dar los otros ex directivos y sus allegados que estuvieron en el entorno de Augusto Sipión Barrios en aquel año; 2013. Los nombraremos porque aquí en estas páginas no nos hemos olvidado de ninguno de ellos, por ejemplo: Felipe Chu Rubio, quien fue la persona que visitó casa por casa a los socios galvistas solicitándoles el voto por Sipión. Otro personaje, controvertido él en ese momento, se trata de William Hernández Collazos, quien incluso en una votación impidió la salida de Sipión.

Y además el no menos discutido, controvertido, díscolo Julio Peñaranda Bonilla, que después del paso de Sipión por el club él fue su abanderado que siguió sus pasos y desprestigió la función dirigencial.

Chú Rubio,  Peñaranda Bonilla y Hernández Collazos están obligados a seguir el camino que está trazando César Sánchez Ulloa porque ellos tienen una enorme responsabilidad en la llegada de Sipión a la directiva galvista.

Esa deuda a simple vista es impagable, pues hay cifras hasta inconcebibles, pero son reales y es más, ante un error garrafal de la actual directiva, han firmado una adenda que resulta una especie de certificado de defunción pero, si el club tiene hinchas como Sánchez Ulloa, estamos completamente seguros que esa cifra va a disminuir; no de manera considerable pero será asimismo el reconocimiento a los errores cometidos.

Chú Rubio, Peñaranda Bonilla y Hernández Collazos están en la obligación de seguir los pasos de Sánchez Ulloa, pues sus erráticas decisiones con llevaron a la desgracias del club.

No debemos olvidar también que si Sipión ganó en aquella oportunidad fue porque los socios votaron por él y estos mismos, hoy están escondidos, en la penumbra observando como agoniza el que se supone es el club de sus amores. Sánchez ha trazado el camino. (El Editor)