INFORME IPE
Según el Ministerio de Educación (Minedu), en marzo del 2022 se planea retomar las clases presenciales al 100% en todas las instituciones educativas a nivel nacional. Esta noticia resulta importante luego de más de 15 meses del cierre de las escuelas que implican grandes pérdidas de aprendizaje para los más de 8 millones de estudiantes del país. No obstante, el retorno a clases presenciales o semipresenciales enfrenta diversos retos que considerar y analizar.
Brechas de infraestructura y conectividad
En Áncash, los locales educativos presentan notables brechas de infraestructura, que afectarían el cumplimiento del protocolo sanitario para hacer de la escuela un espacio seguro. Entre el 2019 y 2021, el porcentaje de colegios -públicos y privados- de la región con acceso a los servicios básicos se redujo de 50.2% a 41.5%, aunque se ubica por encima del promedio nacional de este año (38.8%). Con ello, más de la mitad de colegios ancashinos carece de acceso a electricidad, agua y desagüe.
Además, a nivel provincial, los datos del Minedu señalan un acceso heterogéneo a los servicios básicos. El porcentaje de escuelas públicas con acceso a estos tres servicios en provincias como Aija (70%), Huari (61%) o Huarmey (53%) supera ampliamente a provincias como Pallasca (4%), Sihuas (13%) o Mariscal Luzuriaga (20%).
Las brechas educativas de Áncash también se manifiestan en el acceso a las tecnologías de la información y comunicación (TIC). El porcentaje de escuelas de primaria y secundaria con acceso a internet disminuyó de 57.8% en 2019 a 46.7% en 2020, ubicándose por debajo del promedio nacional (49.1%). Con ello, menos de la mitad de los 3,300 locales educativos de la región cuentan con acceso a internet.
Importancia del retorno
Según un informe del Banco Mundial, la pandemia podría aumentar la pobreza de aprendizaje -medida como la proporción de niños de 10 años que no pueden leer un texto básico- de 53% a 70% en los países de ingresos bajos y medios. Se esperaría que este impacto sea aún mayor en las zonas rurales, donde las brechas educativas ya son mayores. Tal es el caso del analfabetismo de Áncash, donde el porcentaje de la población de 15 años a más que no sabe leer ni escribir en las zonas rurales se incrementó de 17.8% en 2019 a 21.4% en 2020, mientras que en las zonas urbanas pasó de 4.5% a 4.8%.
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, señala que millones de niños habrían perdido al menos un año completo de escolaridad, por lo que la pandemia ha causado la mayor pérdida de capital humano de la historia. Por ello, si no se asegura la recuperación de los aprendizajes de los años perdidos, las consecuencias del cierre de las escuelas podrían perdurar durante décadas, contribuyendo a ampliar la pobreza y la desigualdad.