Por: WALTER MIGUEL QUITO REVELLO (*)
Desde que apareció el virus SARS-CoV-2, que causa el COVID-19, han aparecido diferentes variantes. Siendo de mayor preocupación el Delta y el Ómicron. Que, al 15 de enero del 2022, se han llevado la vida de 5 768 personas en Ancash entre amigos vecinos y familiares como refiere la Dirección Regional de Salud Ancash. En donde nos queda la pregunta ¿El COVID-19 nos está matando?
Según la Dirección Regional de Salud Ancash, hasta el 15 de enero del 2022, en nuestra región han fallecido 5 768 personas. En nuestra provincia del Santa han fallecido: en Chimbote 2271, y en el distrito de Nuevo Chimbote 952, en el distrito de Santa 119, en el distrito Nepeña 86, en el distrito Coshco 127, en el distrito Moro 31, en el distrito Samanco 28, en el distrito Cáceres del Perú 16, en el distrito Macate 1. Y se han confirmado 104 440 casos, con las pruebas: antígenas, serológicas y PCR. Con una tendencia al incremento en los últimos días que obligó al gobierno, a continuar decretando el estado de emergencia, en la que considera a nuestra provincia en nivel de alerta alto e implanto restricciones a la libertad mediante diferentes Decretos Supremos.
En lo personal considero que esas cifras no son reales. Que los casos por fallecidos y contagiados son muchos más. Un informe publicado el 31 de mayo del 2021 por el The New York Time refiere que en Perú habían fallecido hasta el 22 de mayo 180 764 personas por COVID-19 y no los 68.000 fallecimientos que refería el gobierno central. Esto a razón que la Organización Mundial de la Salud obligo a sincerar las cifras al Estado peruano. Y mientras que al 15 de enero del 2022 la Dirección Regional de Salud Ancash registra 5768 personas fallecidas, el gobierno central refiere que son 6773, los fallecidos en nuestra región. ¿Cómo creer al gobierno? Si cuando en su punto más alto de deseos había una avalancha de fallecidos en nuestra provincia, el distrito de Macate reporta solo un fallecido hasta la fecha. Lo que demuestra que los datos que nos arrojan las diferentes instituciones del gobierno no son reales y que probablemente sea muchos más los fallecidos a nivel nacional y en la región Ancash.
Si bien es cierto, hay un incremento por una variante del COVID-19, en una parte por responsabilidad de nosotros los ciudadanos que no acatamos las medidas sanitarias. Por otro lado, las autoridades de control no vienen realizando sus funciones exponiendo a los ciudadanos que si cumplen las medidas sanitarias. Los municipios no controlan en los centros de comercio sus aforos. La Policía Nacional del Perú no realiza operativos preventivos sensibilizadores o disuasivos. El Ministerio Público brilla por su ausencia. En honor a la verdad nuestras Instituciones Públicas han tirado la toalla y se rindieron dejando la tarea prácticamente solos al personal de Salud para enfrentarse a los enfermos de COVID-19.
En Chimbote los comercios, los bancos, las grandes tiendas no cumplen los aforos. Cada semana bailes, parrilladas y diferentes actividades se realizan con una variante del SARS-CoV-2, de llapa. En vista y paciencia de todo tipo de autoridad.
En los demás distritos de la provincia, parrilladas, eventos de música, mercados, el fulbito de fin de semana acompañados de actividad bailable también lleva de yapa su COVID-19.
Los cierto es que hay una doble moral. Para las cámaras y los flashes están trabajo y luchando contra el COVID-19 nuestras autoridades locales pero cuando se van las cámaras y los flashes ni ellos cumplen con las medidas sanitarias.
En un país, en donde abunda la informalidad como el nuestro. En donde tenemos una cultura al desorden. El desempeño de nuestras autoridades debe ser vital para enfrentar esta pandemia. Esa teoría de que cada quien se cuida ahora no es de recibo. Porque hay ciudadanos consientes que intentan cumplir las medidas sanitarias y no pueden ser víctimas de irresponsables y para ello está el Estado a través de sus funcionarios para protegernos.
Nepeña 15 de enero del 2022
(*) Abogado CAS # 2748
DNI 32950023