Por: WALTER MIGUEL QUITO REVELLO (*)
Con emoción los vecinos de la Cuenca de Nepeña recibieron la noticia que un juzgado del Distrito Judicial del Santa condenó por delito ambiental a un ciudadano. Porque ven reflejado en esa sentencia condenatoria sus esperanzas de justicia por el despojo de sus tierras, la quema de sus forestales y la miseria a la que son condenados a la vista y paciencia de todo tipo de autoridad.
Con sorpresa los medios de comunicación de la Provincia informaban que, por primera vez, después de más de veinte años de funcionamiento de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), en la provincia del Santa, logró que la Corte Superior de Justicia dicte sentencia de prisión efectiva contra un empresario a quien se halló culpable del tráfico ilegal de productos forestales (madera). Al parecer la sorpresa no solo fue para la ciudad de Chimbote o para la cuenca de Nepeña sino también para toda nuestra provincia.
En la Cuenca de Nepeña, una actividad económica milenaria trasmitida de generación, en generación que lucha por subsistir y que está a un paso de desaparecer es la extracción de recursos renovables como son: el carrizo, la caña brava, la totora, el algarrobo, el huarango, etc., que se encuentran en sus bosques naturales. Y que en la actualidad prácticamente casi han desaparecido por la expansión de los cultivos de caña de azúcar. Para tener una idea, en el Centro Poblado de Capellanía en el distrito de Nepeña existían más de cien hectáreas de humedales, cincuenta hectáreas de algarrobales y otras cincuenta hectáreas de terrenos de pastoreo, en donde la ex cooperativa azucarera pastaba, su cebú. Hoy en día para justificar el daño ecológico que ha sufrido nuestro Cuenca, perjudicando los microclimas, que hacían posible nuestra gran biodiversidad, afectando con ello al ecosistema SERFOS (Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre) han incluido como zona de forestal, los márgenes del Rio Nepeña. Con la intención de justificar todo el negociado que realizó por los terrenos que estaba obligado a defender.
Las áreas que ha incluido SERFOS son áreas prácticamente secas nada comparados con los humedales producto de las filtraciones que teníamos, y que por las malas prácticas agrícolas, como las famosas sangrías (Cortes en el suelo de hasta dos metros de profundidad por metro y medio de ancho) y en otros casos han instalado tubos a metro y medio de profundidad con la intención de drenar terreno para matar el humedal y ganar terreno para los campos de cultivo de Caña de azúcar.
Nuestra Constitución Política en su Art. 68°, refiere: “El Estado está obligado a promover la conservación de la diversidad biológica y de las áreas naturales protegidas” Sin embargo, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre ante las denuncias en su oficina en la Av. Pardo, en el Agencia Agraria, es inoperativa, en la práctica no existe. La Autoridad Local de Aguas entrega permisos para aprovechamiento de agua mediante extracción tubular cerca de los humedales para favorecer a las grandes empresas que se dedican al rubro del azúcar y se hace los ciegos con las sangrías que reduce la Napa Freática contribuyendo a la extinción de los humedales. Los fiscales, siguen pidiendo informes técnicos a estas instituciones desprestigiadas cuando lo pueden hacer a sus órganos superiores fundamentando su teoría del caso. El legislador para el que roba un celular con arma de fuego, robo agravado lo condenan de 10 a 20 años de privación de la libertad, Art 189° C.P. Pero cuando se daña a toda la población con el perjuicio del ecosistema, la biodiversidad y un ambiente saludable el legislador decidió que la pena sea de 4 a 6 años, Art 310° C.P. ¿Será, porque este delito a diferencia del anterior lo cometen en su mayoría empresarios? O porque al Estado no le interesa proteger nuestros recursos naturales?.
El problema pareciera ser solo el delito ambiental pero no es así. Es mucho más grave. Van en curso otros delitos como la usurpación, daños agravados. Porque por el poder que tienen utilizan la Ley por mano propia y le quitan el terreno que tenía en posesión el extractor utilizando maquinaria pesada y personas de mal vivir contratadas como chalecos y después destruyen todo el recurso renovable a vista y paciencia de todo tipo de autoridad. Muchos de esos malos funcionarios se sientan en el Centro Poblado de Capellanía a comer los exquisitos platos que ahí se preparan y ven el problema de cerca sin embargo a lo Shakira se hacen los ciegos, sordos y mudos.
Urge afrontar el problema desde políticas más profundas, con sanciones más drásticas, con organismos que defiendan los bosques, los forestales, sus faunas y reivindique al extractor de recursos naturales. Extractor que representa a nuestro incario en su forma de cómo aprovechar los recursos sin perjudicar el medio ambiente y no esperemos que nuestra provincia sufra la gravedad de las consecuencias de los problemas ambientales como lo vivió Europa y sobre todo Inglaterra a partir de la Revolución Industrial.
Nepeña 23 de enero del 2022
(*) Abogado CAS 2748