San Pedrito:
Después de dos años de obligada espera, hoy se reinician las celebraciones con motivo de la Fiesta Patronal de San Pedrito y Semana Cívica de Chimbote; acontecimiento que esta vez viene a ser un reencuentro presencial del pueblo de Chimbote con la más grande y entrañable de sus tradiciones. Como ninguna otra actividad, la celebración de San Pedrito es la más fiel expresión de identidad chimbotana.
Declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 11 de mayo del 2018, el origen de esta celebración viene entrelazado y debidamente testificado por la historia. Su partida de nacimiento es una antigua crónica de fecha 13 de mayo de 1774 escrita por el párroco de Santa, Don Valentín Noel de Rojas. En este histórico documento, que se conserva en los archivos de la iglesia Señor Crucificado del vecino distrito, el cronista sostiene que “la Villa de Santa tiene un anexo nombrado Chimbote en donde concurren y residen cuatro o seis indios y otros fraileros que vienen a la pesca y juntos celebran al apóstol San Pedro…”.
Reseñas que se han transmitido oralmente de generación en generación, refieren que en esa época las primeras familias que se instalaron en Chimbote construyeron sus ranchos de estera a orillas del mar, en un lugar apacible situado al norte de la bahía. En un primer momento el lugar fue conocido con el nombre de Caleta Colorada, ello en alusión a la coloración del cerro que penetraba en el mar y que les servía de protección natural. Se afirma que en medio de la ranchería construyen una capilla, también de estera, donde colocaron la estatua de San Pedrito en un rústico altar hecho de adobe. Cada 29 de junio, la imagen del santo era sacada en procesión por toda la bahía a bordo de un caballito de totora. ¿Quién mejor que el pescador de Galilea y primer papa de la iglesia católica, para bendecir una nueva temporada de pesca?
Las mismas reseñas dan cuenta que, cierto día, un maretazo arrasó con toda la ranchería incluyendo la capilla, obligando a los primeros pobladores a tener que buscar otro lugar más seguro y retirado del mar. Fue así como nació la nueva ranchería conocida como Pueblo Nuevo, ubicada en medio de pequeñas dunas de arena donde ahora se levanta el bulevar Isla Blanca. En esta nueva ubicación, la capilla en honor al patrón de Chimbote fue construida con una mezcla de quincha y madera, que le daba un aspecto impresionante como lo detalla un dibujo de la época.
Viejos chimbotanos que nacieron a comienzos del siglo XX, solían referir que al promediar la década de 1930, la caída de una vela encendida produjo un pavoroso incendio que redujo la capilla a cenizas. Fue a raíz de este incidente que se decidió construir una nueva iglesia, esta vez de adobe, pero en una nueva ubicación, la esquina formada por la avenida Pardo y el jirón Guillermo More.
Con cada uno de estos acontecimientos, la celebración de la festividad de San Pedrito ha ido adquiriendo nuevas expresiones que al mismo tiempo han ido consolidando el sentimiento de identidad chimbotana.
Una de las expresiones de este sentimiento fue precisamente la promulgación de Ley 16597 , de fecha 22 de junio de 1967, que oficializa la fiesta patronal y crea la Semana Cívica de Chimbote comprendida entre los días 23 y 29 de junio de cada año. Es a partir de ahí que la celebración compromete la participación organizada de instituciones, organismos públicos y de la sociedad civil, bajo la responsabilidad compartida de la Municipalidad Provincial del Santa, la Diócesis de Chimbote y el Club de Leones de Chimbote.
Después de dos años de paralización, el reinicio de la celebración de San Pedrito permitirá al pueblo de Chimbote expresar su renovada fortaleza cultural y espiritual ya que, como bien lo dicen las sagradas escrituras, no solo de pan vive el hombre.