Pescadores fueron ignorados:
En declaraciones ofrecidas al Diario de Chimbote, el Ing. Pablo Cordero Silva, director regional de PRODUCE, sector de dirige la actividad pesquera en Ancash, ha hecho público un acertado e incuestionable llamado de atención. Y es que ni en el programa oficial ni en ninguna de las ceremonias que se han llevado a cabo con motivo de la fiesta patronal de San Pedrito, se ha tenido en cuenta la participación de los hombres de mar; ello no obstante que cada 29 de junio el mundo católico celebra el Día del Pescador.
Desde luego, eso es algo que de ninguna manera puede aceptarse, mucho menos en el caso específico de Chimbote. Si existe una actividad que constituye la razón de ser de Chimbote y al mismo tiempo sirve de piedra angular para la celebración de la fiesta patronal de San Pedrito, esa actividad es justamente la pesca. No hay otra.
Desde que nació como una humilde ranchería hace más de doscientos cincuenta años, el destino de Chimbote se mantiene ligado a la labor que diariamente realizan los hombres de mar. Pero tanto como medio de sustento y motor del desarrollo industrial, la pesca ha proporcionado a los habitantes de esta tierra una sólida identidad espiritual y cultural, la misma que prevalece profundamente enraizada.
Justamente la más fiel expresión de esta identidad es la multitudinaria procesión marítima que se realiza cada 29 de junio, con San Pedrito a la cabeza, cuyo mensaje es el deseo de procurar que la riqueza pesquera siga siendo una bendición. A propósito, en el peor de los casos podría no ser cierto que sigamos siendo el primer puerto pesquero del Perú y el mundo, pero si es cierto que la pesca se mantiene como el principal impulsor del movimiento económico y comercial de Chimbote. Asimismo, después de la minería y la agroexportación, la pesca ocupa el tercer lugar entre las actividades que generan más divisas a favor del estado.
No se explica por eso cómo es que esta significación haya sido ignorada esta vez por los organizadores de esta tradicional festividad. A diferencia de otros años, en esta oportunidad ningún pescador, ningún dirigente gremial y tampoco ningún empresario, han sido invitados a representar a este sector productivo en algún acto oficial, como si la pesca no significara nada para Chimbote.
Una detenida mirada al lujoso programa de festividades, permite ver con mucho desencanto que se está repitiendo la misma tendencia de los últimos años donde los actos cívicos, religiosos y culturales no gozan de la misma preferencia que los espectáculos artísticos y netamente lucrativos. Sería una lástima que por culpa de una mala organización la fiesta patronal de San Pedrito esté perdiendo su esencia.
En una celebración cuya raíz histórica es la actividad pesquera y donde la fecha central es justamente el Día del Pescador, los organizadores de la fiesta se han acordado de todos, menos del dueño del santo.