Ya falta menos de seis meses para que las actuales autoridades del gobierno regional de Ancash y los principales funcionarios del proyecto especial Chinecas dejen sus cargos en manos de una nueva gestión. Lo que significa que después de tres años y medio de haber disfrutado los encantos de la burocracia regional, a estas alturas ya deben estar alistando sus maletas.
Pero ante esta cercana e inexorable despedida, no deja de llamar la atención que recién, hace dos días, el gerente general del proyecto irrigador, Ing° Jeff Cárdenas, haya convocado a los representantes de los agricultores del valle de Santa para abordar un tema del que jamás quiso saber absolutamente nada. Nos referimos a la necesidad de insistir en la aplicación de la Ley 31345 que declara de interés nacional la ejecución de Chinecas, pero que al mismo tiempo plantea la exigencia de compartir una misma bocatoma con el proyecto liberteño Chavimochic, tal como lo establece el proyecto original.
Como bien recordamos, ante el reiterado reclamo de los agricultores para tratar este decisivo tema a comienzos del presente año los funcionarios de Chinecas se vieron forzados a convocar con este propósito la implementación de una mesa de diálogo. La cual efectivamente fue convocada. Sin embargo cuando en la primera cita los agricultores advirtieron que en la agenda a tratar no aparecía el referido tema, se sintieron totalmente burlados y no tuvieron otra alternativa que abandonar la reunión en señal de protesta. La mesa de diálogo nunca más volvió a ser convocada.
Desde entonces, las autoridades del gobierno regional y los funcionarios de Chinecas optaron por guardar un silencio sepulcral. No abrieron la boca ni siquiera cuando a mediados de marzo los medios de comunicación denunciaron que el proyecto Chavimochic había construido inconsultamente un dique de concreto en medio del cauce del río Santa para captar un mayor volumen de agua. Si esto se permite sin decir una sola palabra, quiere decir que cualquiera puede disponer de los recursos naturales de Ancash a su regalada gana ¡y no pasa nada!.
De ahí que el repentino cambio de opinión de 180 grados por parte del principal funcionario de Chinecas, haya dejado a la opinión pública literalmente con la boca abierta. Después de tres años y medio de no haber movido un solo dedo a favor de la ejecución del proyecto, ahora se quiere aparentar que existe voluntad de hacerlo. Pero ¿qué es lo que podría hacer en menos de seis meses?.
La respuesta a esta inquietante pregunta parece haberla dado el mismo gerente: nada. En la reunión con los agricultores el funcionario ha dicho que toda la documentación relacionada con Chinecas va a ser remitida al ministerio de Desarrollo Agrario para que este organismo se encargue no solamente de elaborar el perfil y el expediente técnico, sino también de la ejecución del proyecto. ¿Para qué entonces está el ente burocrático que él todavía dirige?. Como lo hemos dicho en más de una oportunidad ¿no hubiera sido mejor que Chinecas continuase en manos del gobierno central?. Tal vez así no se hubieran perdido treinta años inútilmente.
Todo parece indicar que ante este desolador panorama, lo que realmente quieren las autoridades regionales y los funcionarios de Chinecas, es deshacerse del bulto y que el gobierno central cargue con el muerto.