Editorial

¿QUIÉN DEFIENDE LOS RECURSOS NATURALES?

Conforme lo hemos dado a conocer en nuestra edición de ayer, en este momento existen en la Fiscalía Penal Provincial del Santa ocho denuncias contra otras tantas personas que han sido plenamente identificadas como autoras de  graves daños contra la propiedad privada y el medio ambiente en perjuicio de la reserva natural conocida como los Humedales de Villa María. Sin  embargo, y muy a pesar que estas denuncias datan desde el  mes de agosto del año pasado,  llama la atención que hasta el momento ninguna de las personas denunciadas haya sido formalmente acusada.

A través de sus propias declaraciones, estas personas han reconocido haber ocasionado estos daños pero aún así las autoridades del ministerio público no actúan con el debido rigor, otorgando a favor de los acusados una peligrosa sensación de impunidad. Para nadie es un secreto que, encima de practicar la tala ilegal de totora, junco y carricillo,  son estas personas quienes prenden fuego a los tallos que quedan a ras del suelo en la creencia que la ceniza sirve de abono para una próxima extracción. Sin embargo, cuando el viento reactiva el fuego y éste se sale de control, es cuando se desencadena una verdadera tragedia ambiental.

Precisamente la última de estas denuncias tiene que ver con un hecho de violencia ocurrido el pasado  4 de octubre, un día después de haberse producido un pavoroso incendio que afectó la zona adyacente al mercado La Perla. Ese día, una veintena de individuos, fuertemente armados con palos y piedras, destruyeron una costosa maquinaria pesada que realizaba trabajos para una empresa privada, argumentando ser ellos los “dueños” de todos los humedales. Según la denuncia, los daños sobrepasan los 15 mil dólares. Pero no obstante que cuatro de estas personas fueron detenidas in fraganti y conducidas a la Comisaría de Alto Perú, a las pocas horas fueron puestas en libertad  por orden de la fiscalía de turno, como si nada hubiera pasado.

Conforme al debido proceso, las denuncias que están siendo evaluadas por la Primera Fiscalía Penal se refieren a los delitos de daños contra la propiedad privada, peligro común y usurpación agravada. Pero ninguna de ellas, ni por asomo,  implica a los denunciados como autores del delito colateral contra el medio ambiente y la depredación de recursos naturales. ¿Ninguna importancia tiene el valor que representa para Chimbote, la presencia y conservación de los humedales de Villa María?. Si esto fuera así, ninguna razón de ser tendría la presencia en esta ciudad de la Fiscalía Ambiental, la Policía Ecológica y la Sub Dirección Regional de Flora y Fauna Silvestre. En el caso especifico de los humedales, estas dependencias están facultadas para actuar de oficio y eso es lo que han debido de hacer hace mucho tiempo.

Los humedales de Villa María es  una de las poquísimas reservas naturales de su tipo  que aún subsisten a todo lo largo de la costa peruana. Es un pulmón verde que purifica el aire y como tal es indispensable para combatir la contaminación ambiental y mantener el equilibrio ecológico. Y no solo eso. Es también un paraíso para las aves migratorias y estacionarias  y un aula abierta para crear conciencia ecológica e identidad cultural. En consecuencia, ya es hora de poner punto final a la tala ilegal y los incendios forestales y eso depende única y exclusivamente de las autoridades correspondientes.